Uno de los grandes objetivos de las medidas de prevención que las autoridades han tomado desde el comienzo de la pandemia, ha sido el de cuidar a los sectores más vulnerables de la población, entre ellos los adultos mayores.
Y allí, los geriátricos se han encontrado con el gran desafío de cuidar de sus residentes, quienes comenzaron a enfrentar otra de las problemáticas de la pandemia, el de no poder tener contacto con sus seres queridos.
Este panorama se ha profundizado a 150 días del comienzo de la cuarentena, y sin un final próximo en el horizonte, era momento de tomar cartas en el asunto para preservar la salud mental y emocional de estas personas.
Con esa idea en mente, Adrián Galante, responsable de la residencia geriátrica Los Aromos (ubicada en el kilómetro 63 de Ruta 8, Fátima), puso en marcha una iniciativa con la cual los residentes han logrado reencontrarse con sus familias.
Se trata de una cortina de PVC con mangas, que permite no solamente poder verse y charlar, sino también fundirse en un tan necesario y anhelado abrazo.
“Nosotros cerramos la residencia el 3 de marzo, antes de que el Gobierno lo dictamine. Ahí tuvimos bastantes problemas con los familiares, porque ellos querían seguir viniendo, sin usar barbijos y un montón de cosas a las que me opuse. Propusimos que podían llevar a los adultos a sus casas y después se veía el regreso sin problema, pero era una determinación que uno tenía que tomar”, contó a Resumen, Galante.
Asimismo, agregó: “Después vino la cuarentena total, y siempre pensábamos que esto iba a pasar, pero ya van cinco meses que los abuelos no veían a la familia y se empezaron a deprimir. Así que vi la idea de Tandil, que pusieron un PVC cristal con mangas en la puerta con la familia en la calle, y la adaptamos, ya que en este caso, Los Aromos brinda la posibilidad de estar en el lugar, permite a las personas estar sentadas de un lado el residente y del otro lado la familia. Se puedan ver sin barbijos, charlar y abrazarse”.
“Lo entablé con una empresa de Entre Ríos, lo hicimos, se habilitó el lunes, y la verdad que fue muy movilizador ver el primer encuentro. Vino la hija de Adriana, una residente, y fuimos testigos de cómo se abrazaban y lloraban las dos porque realmente lo necesitaban. También vimos cómo los otros abuelos se ponían a llorar al ver esa escena muy linda”, describió.
Por otra parte, al pensar en la situación de los adultos mayores, Galante confió a este medio: “Ellos lo sienten, son los que más sufrieron y sufren esta pandemia, porque además de ser los más expuestos, lamentablemente se han tenido que desarraigar de sus familias. Es duro y lo seguirá siendo por ahora, porque el virus está, y acá nadie se relajó. Sabemos que nos puede agarrar, y si es así esperemos que sea con la vacuna, pero esto va para largo”.
Más allá de la iniciativa que llegó para dar alegría a los residentes de Los Aromos, Galante dejó en claro que el objetivo principal es mantener la prevención entre los adultos mayores para continuar sin complicaciones derivadas de la pandemia.
“Compramos una cabina sanitizante y se alquiló un container sanitario para aislar en el caso de que aparezcan contagios de Covid, que por suerte no hemos tenido. También se le pidió ayuda al Municipio y realmente (el intendente Federico) Achával a través de Daniel López, el encargado de Adultos Mayores de Pilar, se portaron muy bien y nos preguntaron qué necesitábamos. Pedimos que se haga el hisopado cada 14 días a los empleados y nos están ayudando con eso, nos dan camisolines y a disposición por si se necesita algo más. Además, nos mandan un micro para que los empleados no utilicen el transporte público”, relató.
En el lugar viven unas 40 personas, y tal como señaló Galante “la situación actual es la que lamentablemente nos tocó vivir”, pero “acá lo importante es sacar lo bueno, agradecer que no tuvimos problemas con el Covid. La gente nos entendió, las familias nos entendieron y los abuelos mismo lo entienden, pero llegó el momento donde teníamos que encontrar una manera en la que ellos pudieran verse”.
Las visitas, que ya se pusieron en marcha, tienen tres horarios diarios, a las 9, 11 y 15. “El contacto con la familia es fundamental y más en una residencia para adultos mayores. Por eso está bueno que se pueda dar este espacio”, concluyó.
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