Jueves 25 de Abril de 2024
Grandes hombres y mujeres de Pilar

Edelma Lembeye, la guardiana del templo de la lectura en Pilar

Nacida en Pilar en 1924, cursó sus estudios primarios en la Escuela Nº1 de Pilar. Asidua concurrente a la biblioteca “Bartolomé Mitre” desde que su hermana Nene era la bibliotecaria. En 1951 fue nombrada en ese mismo cargo y prosiguió durante 53 años ininterrumpidos.


  • Domingo 17 de Julio de 2022
Edelma Lembeye

Edelma Edith Lembeye nació en Pilar el 4 de enero de 1924. Cuarta de cinco hermanos: Isolina, Isabelino (Nino), Elvica (Vica) y la menor, “Nene”. Por supuesto, Edelma también tuvo su apelativo, por el que la conocieron propios y extraños: “Mema”. Su padre Sebastián era oriundo de Capilla del Señor y se dedicó a tareas rurales, su madre Carlina además de dedicarse a las labores hogareñas fue una reconocida planchadora de ropa. Eran primos lejanos y por ello, ambos llevaban el apellido Burgueño.

A partir de que se casaron, la vida familiar de la numerosa familia comenzó a desarrollarse en Pilar, muy cerca del actual emplazamiento de la biblioteca popular “Bartolomé Mitre”. De hecho, uno de los primeros negocios del centro de Pilar - una sodería y embotelladora de bebidas en la esquina de Belgrano y Pedro Lagrave, donde también se comenzaron a comercializar las primeras gaseosas conocidas en el país: “Bidu” y “Spur Cola”- fue “Lembeye Hermanos”, de la familia de Oscar, el futuro esposo de Mema; fondo de comercio que luego compraría Alexis Demarchi, al tiempo esposo de Nene, la hermana menor de Edelma.

Como no podía ser de otra manera, Edelma estudió en la Escuela Nº1 hasta quinto grado, ya que en esos años no había más que hasta ese nivel. De pequeña sintió una irresistible tentación por la lectura, afición que compartía mientras cuidaba niños de vecinos, para ayudar a la economía familiar. La precoz lectora frecuenta la biblioteca frente a su casa, donde cumplía funciones de bibliotecaria su hermana Nene –la única que había podido terminar el secundario- y lee extasiada todos los libros que tiene a su alcance, aunque su predilección pasaba por los autores rusos.

Urbano Santiago Oscar Lembeye y sus hermanos, abren el almacén de ramos generales “Lembeye Hnos.” en Independencia y San Martín. Mema era también “la chica de los mandados” de su familia, así que frecuentaba el almacén de los Lembeye, donde conoce al joven buen mozo de Oscar -11 años mayor que ella- y empiezan a noviar. Al vender el negocio, Oscar ingresa al Municipio como recaudador y sus hijas lo recuerdan recorrer el pueblo a pie “de estricto traje y portafolios”. El otro recaudador municipal era Antonio Pescatore de La Lonja.

Oscar y Edelma se casan el 29 de abril de 1944, fecha que siempre papá Lembeye recordaría con humor ya que es el Día del Animal. La vida del matrimonio Lembeye Burgueño pasa apaciblemente, hasta que Nene decide dejar su función como bibliotecaria y sabiendo de su amor por el lugar le ofrece su puesto a la ya joven madre Edelma. En ese momento era presidente de la institución José Rossi.

Para Mema fue tocar el cielo con las manos, por eso siempre recordaba el día que se hizo cargo: el 12 de noviembre de 1951. Al principio cubría las dos horas diarias en que estaba abierta al público y se fue adaptando luego a las prolongaciones de los horarios, es por ello que sus hijas Edtih y Sonia pasaban gran parte del día con su madre en la biblioteca que se convirtió en su segundo hogar.

Edelma fue durante muchos años una idónea en su función, sentía que estaba en deuda con ella misma por no haber podido estudiar, hasta que ya mayor, le llega una comunicación sobre un curso por correspondencia de bibliotecología auspiciado por la UNESCO. La oportunidad de cumplir con su asignatura pendiente había llegado y no la desaprovecharía, hizo el curso junto a su hija Didi (Edith) y se recibieron juntas. El esfuerzo no fue en vano, a los 80 años se jubiló como bibliotecaria.

Su esposo había fallecido el 11 de enero de 1976 de un sorpresivo infarto a los 62 años, un duro golpe que se sumó al del fallecimiento de su madre dos años antes. Sus nietos, sus hijas y por supuesto la biblioteca fueron su gran consuelo y lo que dio el ánimo suficiente para seguir adelante con su dilatada vida.

Ya retirada de la actividad, la cercanía con el lugar que tanto quiso la tenía como asidua visitante, hasta que una caída accidental le produjo una fractura de cadera que le impidió luego caminar. Falleció a la edad de 96 años el 22 de enero de 2020.

Aficiones y sueños cumplidos

Aparte de la lectura, Edelma Lembeye tenía otras aficiones. Le gustaba mucho el cine y no se perdía ningún estreno en la sala del Cine del Gran Rex ubicado a metros de su casa. Cada fin de semana el programa era vestirse de punta en blanco y perfumada con su fragancia favorita “Flor de manzano”, concurrir junto a su esposo a ocupar sus localidades reservadas en la fila 20, butacas 2 y 4.

También amaba a los perros de la calle, a los cuales cuidaba y alimentaba. Tanto que sus nietos la habían bautizado como “La presidente honoraria de la Fundación PPP (Pobres Perros Pobres)”. En una oportunidad -corría el año 1997- un perro la empezó a seguir cuando iba hacia el cementerio. El pobre animal tenía muy lastimada una pata y cojeaba. A pesar de su problema, el fiel can la siguió hasta su casa. Mema, viendo el pésimo estado del perrito lo llevó al veterinario, donde le amputan la pata lastimada. Desde ese momento fue su compañero, hasta que al poco tiempo contrajo rabia. El animal fue entonces sacrificado y toda la familia debió viajar durante 15 días a Capital Federal para realizarse el tratamiento antirrábico preventivo. Por suerte y más allá del contratiempo nadie contrajo la enfermedad.

Mema era muy creyente y cada vez que alguno de sus nietos tenía que dar un examen no dejaba de rezar y prenderle la vela a algún santo de su devoción. Sin embargo, una vez salió a hacer mandados olvidándose la vela encendida, que provocó un incendio en su vivienda. Con la pronta asistencia de los bomberos y la rápida reacción de los vecinos, el foco ígneo se sofocó rápidamente, pero hubo importantes daños en el interior de la vivienda. Para su sorpresa, espontáneamente llegaron a su hogar un carpintero y un electricista que se habían enterado del percance y enseguida se pusieron manos a la obra. En un rato, la casa quedó habitable otra vez y por supuesto, los gentiles y solidarios colaboradores no quisieron cobrarle nada por su trabajo, ni por los materiales que debieron utilizar en la refacción.

Otro de los sueños de Edelma era poder viajar. Se quedaba extasiada mirando los aviones surcando el cielo pilarense, preguntándose qué destino final tendrían. La mayor parte de su vida había podido conocer el mundo a través de manuales y novelas, pero su gran sueño era poder conocer ese mundo literario “en vivo y en directo”. Y la oportunidad llegó de la mano de su hermana Nene, que logró una buena posición económica y la invitó a compartir junto a su marido un crucero por México y el Caribe.

Pero el destino le tenía preparada otra hermosa sorpresa a la soñadora bibliotecaria. A principios de 1994 sus hijas Didí y Sonia planearon en estricto secreto un plan para viajar a Europa. No se lo comentaron a nadie. Para ello comenzaron a pagar en cuotas un tour de 47 días donde recorrerían ocho países europeos y en el cual la idea era integrar a Mema. Prorratearon la inversión entre las dos hermanas y para solventarlo tomaron horas de profesorado vespertinas y nocturnas. En octubre de 1994, en pleno festejo familiar por el Día de la Madre dieron la gran noticia.

Para desazón de Sonia y Didi, tanto Jorge (esposo de Sonia) y Edelma se niegan rotundamente a aceptar la idea. El tema pasaba por lo oneroso que representaba semejante periplo. Es entonces cuando el plan minuciosamente elaborado por las confabuladas hermanas se hace público y a regañadientes fue aceptado. Los nietos, presentes en la reunión se suman para reunir dinero para los gastos extras, siguiendo el ejemplo de Edith y Sonia, consiguiendo los recursos con trabajos extras y changas. Finalmente el inolvidable viaje se concretó en enero de 1995. Edelma pudo concretar su gran sueño de conocer el mundo a sus 61 años.

Reconocimientos

A lo largo de sus 53 años como bibliotecaria en la “Bartolomé Mitre” Edelma Lembeye recibió múltiples reconocimientos, entre ellos de la CONABIP (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares) en octubre de 2004; El Premio “Evita” a la “Mujer Destacada Bonaerense”, otorgado por la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires en julio de 2005 y la distinción “Bibliotecaria Ilustre de Pilar” otorgada por la Municipalidad de Pilar en 2007.

Oscar Mascareño

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