Una vez más, Pilar fue sede para la 124º Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), que finalizó con duras críticas desde la Iglesia hacia el Gobierno por la situación en la que viven los jubilados, el cierre de comedores comunitarios y la paralización de programas en barrios populares.
Esta postura se dio a conocer a través de un comunicado que lleva la firma de todos los obispos que participaron de la cita, y alertaron que “a muchos se les presenta el drama de elegir entre comer o comprar medicamentos”.
El documento sostiene que “desde hace décadas vivimos tiempos difíciles en nuestra querida Argentina. Hay muchas situaciones que atentan contra la dignidad infinita de la persona humana”. Y en ese marco, trazó un severo diagnóstico de la situación social, advirtiendo que “millones de niños y niñas se debaten entre la miseria y la marginación”.
Asimismo, los religiosos aseguraron que a “muchos abuelos y abuelas se les presenta el drama de elegir entre comer y comprar los remedios porque la jubilación no alcanza”, a la vez que denunciaron el cierre de comedores comunitarios y la “discontinuidad de políticas de integración de barrios populares”.
El pronunciamiento de la Conferencia Episcopal Argentina está contenido en un “mensaje al pueblo de Dios”, titulado “En tiempos difíciles, amar a los demás y alegrar sus vidas”. Este fue difundido al término de cinco días de deliberaciones del centenar de obispos de todo el país en la casa de ejercicios espirituales “El Cenáculo”, de Pilar, donde analizaron la situación social del país y la problemática del narcotráfico, además de cuestiones religiosas.
Los obispos también lamentaron la situación de “hermanos que pierden su trabajo, que sienten que su vida está de sobra”, de “una sociedad que parece vivir en el permanente enfrentamiento, donde priman el individualismo y una libertad sin amor” y, como lo vienen haciendo hace tiempo, advierten que “avanza la pandemia silenciosa del narcotráfico”.
Si bien los referentes católicos se refieren a problemas que están presentes hace décadas en la sociedad argentina, el texto pone énfasis en la política social del actual Gobierno.
“Asistimos a la discontinuidad de políticas públicas de integración de barrios populares, logradas con el consenso de gobiernos de distintos signos políticos y representantes legislativos; también familias despojadas de su tierra natal en beneficio de intereses económicos; hermanos que pierden su trabajo, que sienten que su vida está de sobra, y que no pueden poner el hombro en la construcción de la Patria”, señalaron.
En esa misma línea, el documento concluyó expresando que “en el actual contexto económico y social argentino es fundamental sostenernos en esa alegría, una alegría profunda y duradera, la que nace del encuentro con el Señor. Es una alegría que nos libera de la desesperanza y del desaliento, evitando transformarnos en profetas de calamidades que sólo desparraman pánico y angustia”.
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