Discriminación en el colegio: “Hablan de que no les gusta la violencia, pero ellos son violentos con nosotros”

  Marta Gómez sigue pidiendo que el obispo la reciba para hablar sobre sus hijos, Facundo y Joaquín, apartados del Instituto María Madre Nuestra sin motivo. Aún espera una respuesta. Marta Gómez, madre de Facundo (13) y Joaquín (10), luego de cuatro meses de intensa lucha logró una reunión con representantes del colegio María Madre Nuestra, con quien está en medio de un conflicto por discriminación, y el obispado de Zárate Campana. Sin embargo, las respuestas no fueron las que esperaba y la mujer aún aguarda que alguien pueda explicarles por qué sus hijos quedaron de forma repentina sin vacante en el instituto. Marta, además, contó entristecida que su familia es parte de la comunidad educativa hace 40 años, ya que la familia de su esposo estudio allí. Entre mediaciones con el INADI, la DIPREGEP y más, se realizó otra reunión que no llegó a buen puerto y Marta pide que el obispo mismo la reciba. “El martes tuvimos una reunión con Patricio Barber Soler, la persona que maneja el obispado, quien está a cargo. Pedí a DIPREGEP que enviara una mediadora, para evitar que haya violencia, pero la condición que pusieron fue que no, que no hubiese”, explicó Marta Gómez a Diario Resumen. Asimismo, detalló que durante la charla estuvo presente junto a su esposo y que también se presentó el representante legal del instituto, Federico Varangot: “les contamos, le mostramos la documentación, la carta documento, el hostigamiento que sufrimos. Nosotros queremos saber qué pasó, que originó todo. Están violando los derechos de mis hijos, los están discriminando y no me parece que ellos manejen esta institución, que es tan querida por todos”.

No entiendo como la Iglesia puede decirme que las cosas que hace esta gente están bien”

Lamentablemente, dijo, el representante del obispado no tuvo la misma visión que ella. “Nos dijo que no iba a revertirse la situación, que no le importaban las pruebas que nosotros teníamos. Nos pidió que comprobáramos la violencia que recibimos, le mostramos los audios, no supo que decirme.  Les conté muchas situaciones que están ocurriendo en el colegio, pero no me decía nada, se oponía a todo”, relató. “Le supliqué una entrevista con el obispo. Nosotros somos creyentes y realmente, pensamos que el obispo desconoce lo que está ocurriendo. Este hombre no representa al obispado, sino no estaría haciendo esto, por lo menos haría que se disculpen por la violencia, por habernos difamado como familia porque el colegio pegaba comunicados en la institución, hablando mal de mi familia”, se quejó Marta y añadió que ya no callará más lo que está sucediendo. Por otro lado, aseguró que “si tengo que mandarle una carta al mismísimo Papa, lo voy a hacer” porque “no entiendo como la Iglesia puede decirme que las cosas que hace esta gente está bien”. “Hablan de que no les gusta la violencia, pero ellos son violentos con nosotros”, apuntó Marta Gómez. Al momento, comentó, no pudo comunicarse con la máxima autoridad y espera poder hacerlo. “Llamo a la secretaria Daniela Nicolini y me corta el teléfono. Me dice que no le importa. Incluso, llamé en medio de la reunión para que vean que no miento. Quedaron en ver si podían gestionar la reunión que pedimos”, comunicó. “Creo que no quieren dar el brazo a torcer, siguen equivocándose con nosotros, lo único que pido es una disculpa y que esta gente se vaya. Nosotros vivimos acá, no podemos ver todo lo que pasa en el colegio, me indigna. Yo seguiré peleando, tengo pruebas, no voy a parar hasta que alguien haga algo”, cerró Marta Gómez.