Pablo David Gómez y su hermano Fabio eran adolescentes cuando decidieron emprender una actividad productiva relacionada con la cría de conejos en la localidad de Fátima. Estaban terminando el secundario y en sus ratos libres se dedicaron a la cría, faenamiento y venta de una carne entonces muy preciada no solo en restaurantes sino en la dieta semanal de muchas familias, además de la venta del pelo de los animales, muy requerido por peleterías capitalinas.
La suba desmedida de insumos a fines de los ’80 hizo no rentable la actividad y tuvieron que poner fin al emprendimiento. Los hermanos se dedicaron entonces a otras tareas y en el caso de Pablo, como hobby se volcó a la cría de canarios.
“De todas maneras, siempre me quedó como asignatura pendiente poder volver a criar conejos, pero esta vez con un fin competitivo –confesó Gómez a Resumen- y la oportunidad llegó el año pasado cuando compré dos ejemplares de la raza neozelandesa en la Rural de Palermo. Al tiempo adquirí otro en la Rural de Junín y un cuarto de un criador particular. Las dos hembras y dos machos nos dieron entre 15 y 20 gazapos, de los cuales nos quedamos con algunos para seguir criando con miras a presentarlos en exposiciones”.
Cuatro ejemplares, cuatro premios
Cumpliendo con todos los exigentes trámites de inscripción, Pablo Gómez presentó cuatro ejemplares para competir este año en la exposición Rural de Palermo. El pasado viernes fue la ceremonia de premiación y para sorpresa y alegría del criador pilarense, los cuatro animalitos presentados merecieron premios.
“Se juraron un total de 30 ejemplares aproximadamente en dos categorías machos y hembras de raza neozelandesa –detalló Gómez – y salieron premiados todos los que presenté: un macho Gran Campeón Argentino (Premio Olivieri); macho joven reservado Gran Campeón Argentino; hembra joven Gran Campeona Argentina y hembra joven Segundo Premio”.
La parte mala del reglamento es que los ejemplares ganadores deben indefectiblemente ponerse a la venta, impidiendo que Pablo Gómez pueda quedarse con alguno de ellos como era su idea.
“La única alternativa es poner un precio de base muy alto para desalentar las ofertas, pero de no aparecer compradores igual hay que pagar la comisión al rematador que es muy onerosa”, se lamentó el cunicultor pilarense que ahora está preparando otros cuatro conejos para presentarlos el próximo mes de agosto en la Rural de Junín.
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