Saulo Josías Rojas tenía 23 años cuando el 14 de junio de 2013 fue encerrado en una habitación dentro de la comunidad terapéutica San Camilo. Horas después, Saulo era encontrado sin vida.
San Camilo fue cerrado en 2017, luego de que la investigación del periodista Pablo Galfre (devenida en el libro La Comunidad), revelara maltratos, torturas y abusos.
Casi nueve años después, finalmente, el juicio por la muerte de Saulo llegará el 2 de agosto y tendrá como acusado a Ángel “Pipi” Suñez, que era uno de los operadores en dicha comunidad, por “homicidio culposo”.
“Tengo una mezcla de sentimientos. Por fin llega el momento, aunque el que llega a juicio es Suñez, el de vigilancia, último que vio con vida a mi hijo. Me hubiese gustado que los tres imputados estén en el banquillo, pero Martín Iribarne que era el director del lugar y Alejandro Jacinto, el director terapéutico, ellos con una probation, pasaron”, dijo Myriam Lucero, madre de Saulo, a Diario Resumen.
Consultada por sus sensaciones al saber que ni Iribarne ni Jacinto llegan al juicio, dijo que tuvo “un poco de decepción”: “yo buscaba justicia para mi hijo y lamentablemente no puede ser así. Buscaba una sentencia ejemplar, para que estas cosas no sigan pasando, para marcar un antes y un después”.
Por otro lado, Lucero recordó cómo fue que su hijo llegó a Pilar desde su Mendoza natal: “él estuvo en tratamiento, era diabético. Cuando empezó con el consumo, fue algo que no paró y fue peor. Tuvo depresión, la no aceptación de su diabetes. Se dio cuenta que no podía manejarlo (a su adicción) y al no haber en Mendoza, se envió la historia clínica a tres instituciones. San Camilo, es el único que respondió”.
Además, contó que ella supo tras la muerte de Saulo todo lo que su hijo vivió allí adentro y que cree fervientemente que su muerte podría haberse evitado: “a mi hijo lo noté triste el día que lo llamé, el miércoles, le preguntaba qué le pasaba y me dijo ‘mamá, lo que pasa es que hay tantas cosas que yo no digo’. Cuando pasa todo esto, uno ata cabos. Quizás alguien lo escuchó, pensó que iba a empezar a decir lo que pasaba ahí. El viernes, cuando llamo me dicen que no pueden darme con él. A las 22.30, me llaman para decirme que había tenido un infarto”.
Por último, aseguró que “nunca, jamás en la vida, me imaginé las cosas que pasaban dentro de ese lugar”. “Con el hecho de que Iribarne y Jacinto no estén en el banquillo de los acusados, para mi justicia no voy a encontrar. Más allá de que Suñez vaya preso, que no sería por esta causa sino por acumulación de causas, que si va preso bien merecido lo va a tener porque era una persona inhumana. Iribarne y Jacinto son los responsables de la muerte de mi hijo, ellos le quitaron la esperanza”, concluyó.
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