La granja de rehabilitación San Camilo fue clausurada tras denuncias por torturas, abuso y abandono

Ubicada en Derqui, hace cinco meses la institución fue puesta en el ojo de la tormenta por las denuncias en el libro La Comunidad, una investigación sobre tres muertes ocurridas allí. Hace una semana el director médico renunció y se precipitó la clausura. La granja de rehabilitación San Camilo, ubicada en Presidente Derqui, estuvo al pie del interés en nuestro distrito luego de la publicación del libro La Comunidad, de Pablo Galfré, en donde el periodista relató la cruda realidad de los pacientes: los maltratos, el abandono, el abuso y las torturas. Además, la obra narra las muertes de Saulo Josías Rojas (23) fallecido en 2013, la de Felipe Mariñansky (44), ambas ocurridas en San Camilo y la de Matías Lamorte, en San Antonio. Fueron estas tres muertes la que, sin dudas, desataron que, finalmente, el pasado miércoles San Camilo cerrara sus puertas, luego de que la Comisión Provincial por la Memoria constatara “la existencia de torturas y tratos crueles, inhumanos y degradantes contra 60 jóvenes y adultos con padecimiento mental, y se tomó conocimiento también de un caso de abuso sexual contra un adolescente de 14 años”. “La resolución fue tomada desde Provincia. Hace varios meses se está trabajando con los Juzgados de Familia, con el Juzgado de Garantías, áreas provinciales de Salud Mental e Inspección Sanitaria, junto con el Poder Ejecutivo y Legislativo municipal”, afirmó Daniel Agostino, Director de Prevención en Adicciones de la Comuna, a Diario Resumen. Agostino explicó que durante la primera inspección realizada en San Camilo había 35 pacientes y se logró que más de 20 volvieran con sus familias. “El momento más complejo fue cuando renunció el director médico (Sergio Rey) y ya existía una clausura preventiva, la semana anterior”, contó. Tras un relevamiento se comprobó que aún había 12 pacientes en San Camilo, que fueron evaluados por equipos del Municipio y de Provincia con el fin de reubicarlos en otras instituciones o con sus familiares, dependiendo de cada caso. “La institución decidió darles salida porque estaban voluntariamente. De cerca de seis pacientes, desconocemos su paradero y estamos activamente buscándolos. Uno de ellos, el último que quedaba en San Camilo, fue derivado al Hospital Sanguinetti”, expresó Agostino. De la misma forma, no dudó en mostrar su disconformidad con el accionar de la granja que “de manera unilateral no acepta ayuda provincial o municipal”. “No hubo colaboración por parte de la institución, haciendo todo más difícil”, agregó el director de Prevención y Adicciones. Por otro lado, aseveró que la clausura genera sentimientos encontrados. “Ellos confiaron, y es una lástima, pero fue una firme decisión de todos que este tipo de dispositivos de salud mental funcionen bajo las reglamentaciones vigentes. Esta no cumplía con ninguna y los últimos días, no tenían ni director médico. Estamos satisfechos por la resolución, pero también tristes por los pacientes, por sus historias y sus familias, pero fue la mejor medida que se pudo haber tomado”, comentó. Por último, Pablo Galfré apuntó a reivindicar la lucha contra San Camilo. “La lucha fue de Miriam Lucero (madre de Saulo), de los abogados, de la Comisión Provincial por la Memoria, la mía y el ejercicio del periodismo, cuando esta lucha no fue difundida por grandes medios”, expresó a Resumen.