La Unidad de Medicina Fetal del Hospital Universitario Austral brinda este tipo de intervención quirúrgica desde 2015, y fue el primer centro del país con un programa de abordaje sistemático de mielomeningocele.
Asimismo, es uno de los tres centros con mayor número de estas cirugías realizadas en Hispanoamérica. Consiste en operar al feto dentro del útero de la mamá, idealmente entre la semana 24 y 26 de gestación, con el objetivo de corregir la enfermedad conocida como espina bífida.
Uno de los primeros casos fue el de Male, una niña que hoy tiene 7 años, pero que mientras se encontraba en la panza de su madre se le detectó un desarrollo incorrecto de la médula.
“Nosotros tuvimos un embarazo muy lindo, veníamos muy bien con los controles y cuando hicimos el scan de los cuatro meses, de la semana 20, nos dijeron palabras como cerebelo en forma de banana, cráneo en forma de limón, ventrículos dilatados. Términos que no habíamos escuchado nunca, y nos dijeron que eran compatibles con una patología”, relata Valeria, mamá de Male.
“Nos ofrecieron venir al Hospital Austral, que había mejores equipos y estaba el equipo de Medicina Fetal, que nos recibió con una gran sonrisa, con calidez. Muchísima contención. Fue lo primero que encontramos”, aseguró.
A partir de allí, junto a Eduardo -padre de la pequeña-, comenzaron a tomar conocimiento con las probables consecuencias de la mielomeningocele: “Desde ya, traía hidrocefalia, daños cerebrales que son irreversibles, la parte motriz, la parte de continencia. Male tiene afectada la parte inferior de la columna. Fue muy duro el momento del diagnóstico, cuando nos dijeron que ella era una candidata a la cirugía intrauterina. Iba a ser la segunda cirugía de ese tipo en el país”.
Sin embargo, Valeria cuenta que estaban “ante la posibilidad de mejorar la calidad de vida de Male”, por lo que no dudaron en hacerlo. “Gracias a toda la gestión del equipo del Austral pudo avanzar, porque también hay un término para hacer la operación. Eran muchos nervios para ver si llegábamos con los tiempos”.
El procedimiento se llevó a cabo, y la esperanza era la gran protagonista. “Faltaba hueso, faltaba músculo y faltaba piel. Eso se tapaba con un pache, aunque lo que estaba implementando la gente del Austral en ese momento era cerrar directamente con la piel de ella”, sostuvo la madre. Y agregó: “Podía no resultar como se esperaba, pero resultó de manera fantástica”.
Luego de la cirugía, Male nació por cesárea con 2,3 kilos, y periódicamente debía concurrir al Hospital para controles. “Lo más probable es que si ella no se sometía a esta cirugía hubiese tenido algún daño cerebral. Probablemente hubiese tenido que estar en silla de ruedas desde chiquita, sin la posibilidad de caminar como lo puede hacer hoy. Salta, corre, nada. Solo nos queda un sentimiento de agradecimiento al Hospital, que son como parte de nuestra familia”.
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