A la renuncia como tesorero de Fernando D’Auria, continuó la licencia especial de Rosario Beláustegui y hace una semana dejó su puesto la secretaria administrativa Pilar Martínez. Los cargos fueron reemplazos por Marcelo López, Agustina Astrada y Lucas De Souza.
En los últimos días se conocieron nuevos cambios de autoridades en el Consejo Escolar de Pilar. A la renuncia presentada oportunamente por el extesorero Fernando D’Auria, se sumó la solicitud de licencia especial, otorgada a la consejera escolar Rosario Beláustegui. A esto se suma ahora la desvinculación a su puesto de la ex secretaria administrativa Pilar Martínez. Los reemplazantes en orden de asunción han sido Marcelo López como tesorero, la suplente de Beláustegui, Agustina Astrada, y Lucas De Souza, flamante secretario administrativo.
Es necesario aclarar que los cambios en la gestión del conductor de tesorería y de la secretaría administrativa fueron promovidos por los representantes del Interbloque ‘Juntos por el Cambio y Peronismo Unido’ marcando una reorganización de la institución desde la mayoría de bancas, según consignó a Resumen el profesor D’Auria, presidente de la Comisión Ambiental del cuerpo colegiado de educación distrital.
“El Consejo Escolar de Pilar, fiel como institución pública a cargo de los edificios y predios escolares de las escuelas públicas pilarenses, nunca dejó de sesionar, aún en estos tiempos históricos de aislamiento obligatorio por pandemia COVID-19 y con los recaudos necesarios propuestos el Gobierno y su comisión de asesoramiento”, apuntó el profesor de biología.
Acciones durante la cuarentena
Hasta antes del 20 de marzo, fecha de declaración oficial del aislamiento social, preventivo y obligatorio, el Consejo Escolar realizó intervenciones escolares para el mantenimiento de los edificios y los predios de las escuelas públicas. Luego de un breve lapso impuesto por la cuarentena, y a partir del pasado lunes 4 de mayo, se reiniciaron las tareas para continuar todas aquellas que no se habían terminado y otras que siendo nuevas son necesarias para evitar deterioros en las construcciones o iniciar las tareas denominadas preventivas sanitarias y de cuidado edilicio. “A través de reuniones de las comisiones se propusieron tareas y entre ellas, la limpieza de todos los techos de edificios escolares que pueden según su diseño acumular hojas secas y otros residuos ambientales que tapan desagües pluviales y perjudican los techos ya que empezaron las lluvias otoñales y el agua se acumula en ellos”, detalló a Resumen el consejero D’Auria.
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