Domingo 24 de Noviembre de 2024

Un jugador de Real Pilar se suma a la campaña “basta de jugar días de semana”


  • Martes 17 de Octubre de 2017
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En las últimas fechas, Real Pilar ha afrontados partidos los lunes, miércoles y viernes, lo que complicó a los deportistas en sus respectivos trabajos. La bandera debutó el 26 de septiembre pasado; salió a la cancha con los planteles de Liniers y Centro Español. Como el partido fue un martes a la tarde, pocos alcanzaron a verla en vivo y en directo: en el estadio no había más de 150 personas. Pero, gracias a las redes sociales, la imagen de los jugadores de ambos clubes, con el pedido “Basta de jugar días de semana. El jugador D ascenso trabaja”, llegó a todo el ambiente del fútbol argentino. Como en toda cuestión, o problemática, hubo una gota que rebasó el vaso. Y fue 24 horas antes al día del partido, que debería haberse jugado el lunes. Ese día, 90 minutos antes del pitazo inicial, todo se suspendió. Los planteles ya estaban en el vestuario. Más de la mitad de los jugadores había pedido permiso para faltar a trabajar, o había cambiado de turno, sin imaginar que al día siguiente deberían estar ahí otra vez, con las dificultades que eso implica: volverían a perder dinero. Esa desorganización hizo que ambos planteles se decidieran a salir a reclamar y decirle basta a los partidos entre semana, y que sus colegas los copiaran. Todavía esperan que alguien atienda el pedido. Asimismo, a esta campaña se sumaron jugadores de otros planteles, como es el caso de Juan Pablo Ghilglioni (24 años) de Real Pilar, plantel cuyo “sueldo más alto es de 8 mil pesos”. Hay un cortador de pasto, un remisero, un vendedor de viajes de egresados, un peluquero y un profe de una escuelita de fútbol. "Jugar entre semana implica dar constantemente la cara con tu jefe, porque pedís faltar por un partido y tal vez te lo permiten, pero a las horas de trabajo las tenés que recuperar en algún momento”, comenzó relatando el joven deportista en una entrevista a Clarín. “Algunas veces nos pasa de que esos partidos se suspenden. Y tenemos que volver a pedir el mismo favor. Que nos ocurra una vez, vaya y pase, el problema es que es cada dos por tres. El trabajo es una responsabilidad. En este momento estoy en Real Pilar y la verdad es que, por lo general, jugamos los fines de semana. Pero antes jugué en Ballester y Lamadrid, y me tocó seguido sufrir la problemática. Por eso me sumo a la protesta. Hay que ser solidario y saber que el año que viene podemos estar en un club que juegue los lunes o martes”, añadió. Su vida detrás del fútbol “Trabajo en el Ferrocarril; soy conductor de trenes. Hubo épocas en las que entraba a las 22, salía a las 4 y me despertaba a las 6 para ir a entrenarme. Era un zombi en la cancha. Lo triste es que nunca fui el único del plantel: tengo un compañero que es remisero, trabaja de madrugada y venía sin dormir. Por mi trabajo me alejé del fútbol por seis meses. Estuve un campeonato afuera y volví. Necesitaba el fútbol. Era como que vivía fastidioso. En mi primer partido de mi segunda etapa me sentí como el día del debut. Estaba tan o igual de nervioso. Todo ese año me la pasé llegando tarde a los entrenamientos, por mi trabajo. Salía a las corridas, y me cambiaba durante el viaje”. “Lo más triste que me pasó fue en Ballester. La mujer de un compañero perdió a su bebé y en el plantel le juntamos algo de dinero. No fue mucho; llegamos a 2000 pesos. Pero fue lo único que tuvo, ya que esa semana no pudo laburar. Son muchos los aspectos en los que estamos a la deriva. Hay muchas cuestiones a mejorar, como las lesiones. Lesionarnos nos implica perder el trabajo y dejar de cobrar el viático por no jugar”, contó. “Real Pilar me paga lo que gano en una semana de mi trabajo. Pero la plata del fútbol es la que más valoro. Es lindo ir y comprar algo y pensar ‘me lo compré con lo del fútbol’. En algún aspecto, y pese a las adversidades, somos privilegiados. Hay miles y miles de personas que pagan por jugar; porque las inscripciones a torneos son carísimos. Recibir dinero por hacer lo que te gusta, aunque sea poco, es único", concluyó.

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