La cumpleañera celebró en compañía de sus seres queridos. “La familia lo disfruta porque nos mantenemos”, expresó. Compañeros del Asilo de Ancianos estuvieron presentes.
La vida es un transcurso universal repleta de incertidumbres y circunstancias indescifrables. Lo que le da relevancia al privilegio de respirar es el hecho de no saber en qué momento acabará este recorrido. Puede culminar hoy, puede ser mañana, lo único cierto es que es un secreto. Una abuela de Pilar festejó con gozo hoy sus 105 años de vida, en compañía de su familia y compañeros de hogar. También festejó la hermana de la anciana, quien arribó al centenar de edad.
En compañía de toda la familia, festejaron los aniversarios vitalicios del par de hermanas, quienes agradecieron a los asistentes tan bonitos gestos. A la reunión de celebración acudieron además de sus parientes de sangre, sus compañeros del Asilo de Ancianos Silvio Braschi de Pilar.
“La familia lo disfruta porque nos mantenemos”, comentó emocionada la menor de las celebrantes, “Lala”, al noticiero de Telered, antes de hacer gala de su excelso manejo del idioma italiano.
“Yo cumplí mis 100 añitos en febrero, pero la familia aprovechó la oportunidad para celebrar juntos nuestro cumpleaños. No cualquiera llega a esta edad y tiene estas ganas de vivir”, expresó.
La mayor demostró que los años no le opacan los sentidos. A todas las palabras y preguntas, respondió con el mismo entusiasmo de quien recién cumple sus 15 primaveras.
“105 años cumplo y me mantengo”, celebró la cumpleañera, Luisa, mirando la torta de frutilla que tenía en frente, como un niño mirando sus dulces. “Este sabor es mi favorito”, dijo.
La edad no le fue excusa para impartir un consejo a las personas más jóvenes, a quienes invita a vivir “tranquilamente y sin meterse en problemas. Yo considero que mi clave para contabilizar tantos amaneceres ha sido no meterme con nadie, eso me ha llevado por el buen camino a lo largo de mi vida”, explicaba la mayor al momento de ser interrumpida por su hermana para resaltar entre risas “¡Y una buena copita de vino!”.
La hija mayor de la cumpleañera alabó a su madre por la cordura que ha mostrado a lo largo de los años y aseguró: “Es lindo llegar a esta edad, pero cuesta”.
Una de sus sobrinas felicitó a su familiar a quien aseguró valorar como un ejemplo de vida.
La celebración consistió en un compartir con sus compañeras cercanas del centro para adultos mayores al que pertenecen y todos los integrantes del círculo familiar.
Luego de cantar cumpleaños y soplar sus velas, las abuelitas disfrutaron de cantos de su época.
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