La caída del puente peatonal del kilómetro 61,500 de la Ruta N° 8, a la altura de la localidad de Fátima, aún no se ha solucionado a pesar de que han pasado largos meses desde que éste se derrumbó.
El incidente tuvo lugar el pasado 8 de mayo cuando un camión Mercedes Benz que traía enganchada una batea, impactó contra el puente a la altura del kilómetro 61,5000 de Ruta 8, provocando el desmoronamiento de parte del puente. Lo que ocasionó el accidente fue una falla en el sistema mecánico de la batea que provocó que se levantara en medio de la autopista.
Afortunadamente no hubo que lamentar víctimas fatales en aquel momento, pero la historia cambiaría algunas semanas después con un accidente que podría haberse evitado si el puente hubiese sido reconstruido, o eso es lo que muchos vecinos piensan.
Es que el viernes 23 de junio llegaría la noticia que nadie quería escuchar: un hombre fue arrollado por un automóvil y perdió la vida cuando intentó cruzar la ruta, a la altura del kilómetro 60. El puente peatonal que debería haber usado para poder cruzar sin peligro era, nada más y nada menos, que el del kilómetro 61, no estaba reconstruido y el más cercano estaba a dos kilómetros y medio de donde se encontraba el hombre.
Los vecinos solicitaron en reiteradas oportunidades que la estructura fuese reconstruida por el bienestar de todos los que circulan por la zona, pero no fueron oídos. En momentos de campaña pre-elecciones primarias incluso algunos candidatos buscaron elevar aquel pedido desde la política.
Una de las que exigió por la reconstrucción fue Jésica Miranda, quien era precandidata a concejal del FIT-U, afirmando que “desde el incidente la gente cruza la ruta corriendo, arriesgando su integridad física”.
Otra de las que alzó críticas por la situación fue la candidata a concejal Analía Leguizamón, de Juntos por el Cambio, luego de haberse reunido con vecinos de la zona que buscaban una solución. La exconcejal, tras lamentar lo ocurrido y afirmar que no se tomaron las medidas necesarias criticó que “ante la evidencia del peligro, ni siquiera enviaron alguien de tránsito que impida el cruce de peatones”.
Sin embargo, a pesar de las quejas de los vecinos y de los políticos de Pilar, las cosas no han cambiado y el puente peatonal continúa sin ser reconstruido. Esto, sin dudas, se vuelve una problemática para todos los que viven o trabajan en la zona, que se ven obligados a caminar dos kilómetros y medio de más para poder cruzar de un lado al otro, pero, lo más grave es que se vuelve una trampa mortal para aquellos que, apurados por el día a día, deciden cruzar por donde antes estaba erguido el puente, atravesando la ruta en medio de los autos.
Nada parece alertar a las autoridades de la autopista de la urgencia de la reconstrucción que, todo indica, continuará haciéndose esperar.
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