La familia Mansilla desde octubre de 2019 se enfrenta a la burocracia que, muchas veces, ocurre en las instituciones educativas. Facundo y Joaquín quedaron sin vacante sin motivo alguno y la familia, que siempre perteneció a la comunidad educativa del Instituto María Madre Nuestra de Manuel Alberti, comenzó la lucha para conocer los motivos de esta decisión y conseguir que se revierta.
Tras una investigación del caso, en el que Marta Gómez aseguraba que sus hijos habían sido discriminados y la familia violentada por la representación legal del colegio, la Dirección de Educación de Gestión Privada (DIEGEP) les dio la razón y le exigió al instituto la reincorporación de ambos menores, pero el colegio se negó.
Marta, además, buscó hablar con el Obispado, institución que está al frente de los colegios religiosos, desde donde afirmaron estar a su disposición aunque al momento no ha habido ninguna respuesta sobre cómo ayudar a la familia Mansilla.
A pesar de los obstáculos que han enfrentado la familia se mantiene firme en su decisión no solo de visibilizar el maltrato que existe en el Colegio María Madre Nuestra para con ellos, sino también para con otras familias que formaron parte del instituto y, por motivos similares o incluso peores, fueron desvinculados.
“Son unas 40 familias, me trajeron un escrito. Vamos a hacer una denuncia general en DIEGEP y esperaremos a ver qué pueden hacer para ayudar”, explicó Marta Gómez en diálogo con Diario Resumen.
La mujer afirmó que están siendo asesorados por abogadas sobre cómo proseguir con las denuncias y esperan poder presentarlas pronto. “Cuando les manifesté sobre otras denuncias a DIEGEP me decían que me preocupe solo por mi familia. Con mi abogada, cuando tengamos todo armado, vamos a hacer pública la historia de muchas otras familias”, dijo.
Gómez detalló que ella le ha informado en reiteradas oportunidades a las autoridades que el colegio tiene antecedentes de mal manejo con las familias: “le he dicho a Inspección de Escuelas que no solo a nosotros nos pasó. Lo que ocurre es que yo no voy a dejar que maltraten a mis hijos, Facundo es abanderado, Joaquín tuvo una enfermedad pero no es maleducado, no es un mal chico”.
“El Estado subvenciona a estos colegios, entonces, el Estado está subvencionando colegios donde se discrimina a chicos humildes de barrio. El mismo Papa debería involucrarse porque quienes representan al colegio, al Obispado, representan a la Iglesia”, apuntó y añadió que “esas personas violentan y discriminan”.
Por otro lado criticó el mal manejo del colegio luego del pedido de DIEGEP: “hubo una investigación, hubo una resolución, se le exigió al colegio que reincorpore a mis hijos, el colegio se niega y asegura que no le importan las consecuencias. ¿Nadie va a hacer nada? El estado subvenciona estos colegios cuando alrededor hay cinco colegios con muchas necesidades, sin bancos, mesas, sin agua, los comedores no abren porque no hay que suministrar, pero subvencionan este tipo de colegios. Es injusto”
“Las personas que están representando al colegio, a la Iglesia, son personas a las que no les importa el otro, el prójimo, mucho menos los niños”, cerró Marta Gómez.
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