A 20 años del cierre de la Clínica Privada Pilar

El edificio, ubicado en Rivadavia casi Ruta 8, fue inaugurado en 1974, mientras el sanatorio cerró el 24 de mayo de 2001 en medio de un conflicto debido a la mala administración de la empresa propietaria. A pesar de que debía reabrir el 1 de junio de ese mismo año, esto nunca ocurrió.

A fines de mayo de 2001 cerraba sus puertas una de las clínicas más importantes de nuestro distrito luego de un conflicto desatado por la mala administración. Por la Clínica Privada pasaron no solo grandes profesionales de la salud pilarense sino también cientos de vecinos.

En Diario Resumen quedó plasmada la protesta de los trabajadores de la Clínica Privada, que dejó a 150 administrativos, enfermeros y médicos en la calle y el cierre definitivo del edificio, ubicado en Rivadavia al 300.

Por aquellos días los profesionales de la salud incluso denunciaron los problemas existentes por la falta de presupuesto, entre ellas, la falta de medicamentos y de alimentos que aquejaban a la clínica.

El jueves 24 de mayo, nuestras páginas relataban el fin. “Durante la mañana y ante la falta de trabajo, los empleados fueron intimados por la policía local a desalojar los puestos de trabajo”, informábamos. Al día siguiente la clínica no abrió sus puertas.

Esto desató un conflicto que venía gestándose desde 1999 sobre la falta de cobro del salario: el nosocomio debía entre cinco a diez meses de salarios a administrativos como enfermeros y médicos, por lo que fue necesaria la intervención del Ministerio de Trabajo.

Una conciliación obligatoria determinaba que el 1 de junio de 2001 la clínica debía abrir sus puertas nuevamente, pero los propietarios no acataron la medida y si bien se había anunciado la apertura del sanatorio en otro sitio, esto nunca ocurrió.

La inauguración del nuevo edificio

Aunque desde hacía algunas décadas funcionaba justo en frente, en julio de 1974 se inauguró la primera etapa del moderno edificio justo en frente de donde funcionaba el centro asistencial en Rivadavia  336.

En sus páginas, Resumen contaba: “tuvo las características de un acontecimiento local pero -a juzgar por la concurrencia- con eco en el ámbito médico nacional, la inauguración de la primera etapa de la construcción del moderno edificio de la Clínica Privada Pilar”.

“Luego de una breve y ajustada introducción del Dr. Luis Pedro López Pasquali, habló el presidente del directorio, Dr. Roger Montenegro, quién agradeció “no sólo los halagos sino también las críticas constructivas” y dijo luego que con la creación de la “cooperativa” médica -así denominó a la Clínica- se había logrado nuclear a “una generación nueva que ha dado un mentís a rivalidades”, resaltaba la crónica.

“Se refirió, acallados los aplausos que premiaron las palabras del Dr. Montenegro, a los méritos de los iniciadores de la Clínica el Dr. Cabral Tolosa, presidente de la Comisión de Salud Pública del Senado de la Nación, quién elogió la obra y expresó la adhesión “de un santiagueño viejo a estos tres changos santiagueños" (Dres. Leónidas M. Castillo, Luis Pedro López Pasquali y Roger M. Montenegro)”, apuntaba Resumen.

Según la misma nota, los asistentes tuvieron oportunidad de admirar la funcionalidad y detalles modernos no exentos de buen gusto, de la parte habilitada; planta de recepción, línea de consultorios externos y oficinas de dirección y administración. Esto, tal como se proyectó y fuera comentado oportunamente en estas páginas, será complementado en dos etapas más para trasladar al nuevo edificio, de siete plantas, los modernos quirófanos, salas de partos, unidades de rayos, internación y terapia intensiva; etapas que se prometen inmediatas bajo el lema de los responsables de la Clínica, "el mañana ya ha comenzado para nosotros".