Las provincias de La Rioja y Jujuy lo implementarán. En territorio bonaerense Zárate será el primer municipio.
A medida que avanza la pandemia de coronavirus, también crecen las medidas de las personas para evitar su contagio. Y además de la higiene permanente, una de las más expandidas es la utilización del alcohol en gel o de barbijos para salir a la calle.
Pese a que la Organización Mundial de la Salud desestimó por ahora el uso de mascarillas, muchos gobiernos occidentales comenzaron a encomendar, y hasta obligar, a los ciudadanos a cubrirse la cara al transitar en la vía pública. Y ese debate ya se trasladó a nuestro país donde las provincias de Jujuy y La Rioja obligarán a los ciudadanos que salgan a la calle a usar barbijos. Y una medida similar tomó el intendente de Zárate, lo que convierte al primer distrito bonaerense en utilizar esta herramienta.
Aún en disidencia con los lineamientos establecidos por el Gobierno nacional en medio de la pandemia, las autoridades de La Rioja y de Jujuy anunciaron la obligatoriedad del uso en el transcurso de esta semana.
En La Rioja, el gobernador Ricardo Quintela firmó un decreto en el que estableció el uso obligatorio de barbijos o protectores faciales para cualquier ciudadano que circule por la calle a partir del lunes a las 0 horas. Mientras su par jujeño, Gerardo Morales, advirtió que la misma medida será implementada en su territorio a partir del viernes y con multas de hasta mil pesos.
La medida en Zárate, que entrará en vigencia a partir del primer minuto del martes, convierte a este distrito en el primer municipio bonaerense en adoptarla, y obliga a los casi 99 mil habitantes de la ciudad a usar barbijo tanto para trasladarse como para concurrir a espacios públicos, entidades financieras, comercios y sitios de reunión, entre otros. La pregunta, lógica, es: ¿Cuánto tardarán otros distritos o provincias en seguir ese camino?
Desde la Provincia de Buenos Aires, el viceministro de Salud, Nicolás Kreplak aseguró que existe alguna controversia científica respecto de la eficacia del uso generalizado. “Creo que en términos de política sanitaria para todos tiene importancia, puede ser positivo. Además, sabemos que puede ayudar como medio de barrera para cubrir una distancia”, dijo, aunque reconoció que los que usará la población no serán tan sofisticados como los del personal sanitario.
Pese a que las recomendaciones de OMS siguen siendo que solo deben llevar barbijo las personas con síntomas y los que cuidan a enfermos, cada vez más países están generalizando el consejo de uso para toda la población.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio el volantazo al rubricar la recomendación de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) sobre cubrirse la cara cuando salgan a la calle, aunque recomendaron mejor el uso de máscaras de paño y no barbijos médicos, para no agotar el stock y reservarlo al personal de la salud.
En el mismo sentido, el ministro de Salud español, Salvador Illa, dijo que el Gobierno prevé recomendarlo a la ciudadanía española. “Estamos estudiando un conjunto de medidas y probablemente las vamos a implementar”, señaló.
Ya hay un buen número de gobiernos centroeuropeos que reconsideraron su postura y la OMS está en pleno debate sobre el asunto. Es una medida que vienen implementando desde hace tiempo los países asiáticos, que son también los que mejor han contenido la pandemia, y ciudades como Nueva York o Los Ángeles, muy golpeadas por el virus.
Hay varias razones por las que hasta ahora el barbijo no sea de uso obligatorio, ni siquiera recomendado, en muchos países occidentales. Sin saber utilizarlo, llevarlo puede suponer más inconvenientes que beneficios. Al no manipularla bien y tener una mayor sensación de protección, es posible que incluso se incremente el riesgo de contagio.
Según la OMS, el COVID-19 se transmite por gotitas de saliva proveniente de tos, estornudos o de la simple respiración de alguien que tiene el virus, pero no queda flotando en el aire. De acuerdo a un documento del organismo, el virus es pesado y no se dispersa más allá de un metro, por lo que el riesgo de contagio se da si no se mantiene una distancia mínima de seguridad mayor a esa distancia.
Sabemos que puede ayudar como medio de barrera para cubrir una distancia”
“La transmisión por gotitas se produce cuando una persona que se encuentra en estrecho contacto (menos de un metro) de otra que tiene síntomas respiratorios (como tos o estornudos) y entra así en riesgo de poner sus propias mucosas (boca y nariz) o sus ojos expuestos a sus gotitas respiratorias potencialmente infecciosas”, sostiene el documento.
Mascarillas caseras
Para evitar agotar las existencias de los productos médicos, también sirven las mascarillas hechas en casa o por fabricantes textiles. Según los científicos, sirven para evitar contaminar a los otros pero no para protegerse de la enfermedad.
En Alemania, el instituto Robert Koch, a cargo de la lucha contra la pandemia, alentó a los ciudadanos a utilizar mascarillas hechas en casa. En Francia, la Academia de Medicina, también consideró que una mascarilla para la población en general debería ser obligatoria en el exterior durante y después del confinamiento.
La OMS sigue en su posición inicial, puesto que teme que el uso de la mascarilla dé una “falso sentimiento de seguridad” y haga olvidar las medidas más importantes como la distancia social o el lavado de manos. Su director general, Tedros Adhanom, admitió sin embargo que la institución seguía “evaluando el uso potencial de la mascarilla de manera más amplia”.
En Argentina, por ahora, sigue firme la postura de uso exclusivo de los barbijos como instrumento de Salud Pública. Es decir, deben usarlos quienes estén infectados, para no contagiar al resto, y quienes podrían estar en contacto con casos sospechosos o confirmados en centros de salud.
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