Tras las intensas lluvias que han azotado el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) en los últimos días, vuelve a preocupar la presencia del "mosquito de la inundación", el Aedes albifasciatus. Esta especie, que había hecho su primera aparición en diciembre pasado, ha resurgido en zonas urbanas donde las precipitaciones han reactivado los criaderos que permanecían en estado de latencia.
El Aedes albifasciatus, caracterizado por su tamaño más grande, su picadura agresiva y su tendencia a agruparse en colonias, ha sido avistado nuevamente en localidades del AMBA, especialmente en aquellas donde las lluvias han sido más intensas. La capacidad de estos mosquitos para reproducirse y proliferar radica en la inundación de terrenos bajos y anegables, donde depositan sus huevos que permanecen en estado de espera hasta que nuevas lluvias los activan.
Aunque se espera que la cantidad de mosquitos no sea tan alta como en las invasiones anteriores debido al descenso de la temperatura y las acciones de fumigación contra el Aedes aegypti, transmisor del dengue, la aparición del Aedes albifasciatus genera preocupación en medio de la crisis sanitaria por el dengue que enfrenta el país.
María Victoria Micieli, doctora en Ciencias Naturales y directora del CEPAVE (Centro de Estudios Parasitológicos y Vectores), ha explicado que la capacidad de supervivencia de los huevos del Aedes albifasciatus en estado seco puede llegar a ser de un año o más, lo que subraya la importancia de tomar medidas de prevención ante su proliferación.
Ante esta situación, se recomienda el uso de repelentes, espirales en los hogares, ropa que proteja el cuerpo, insecticidas y estrategias de fumigación a nivel comunitario para evitar las picaduras y la propagación de enfermedades como la Encefalomielitis Equina del Oeste (EEO), que afecta tanto a los caballos como a los seres humanos.
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