Hay grandes diferencias entre las cotizaciones que hacen que el valor de la nafta y el gasoil en el país se mantenga, no obstante las quejas de transportistas y otros usuarios.
El lunes se registró una caída histórica en el valor del precio del petróleo. El valor del barril WTI (West Texas Intermediate, el que toma EE.UU.) a futuro terminó negativo por primera vez, es decir, el vendedor debía pagarle al comprador para que se lleve los barriles. Esto fue provocado por la caída de la demanda de combustibles a nivel mundial por la pandemia de Covid-19. De todos modos, en nuestro país el precio de naftas y gasoil permanecería invariable pese a quejas de transportistas, entre otros, porque aquí se toma como referencia el barril Brent, que si bien descendió a su menor valor desde diciembre de 2001, continúa positivo. Además, influye la carga impositiva, casi la mitad del valor del litro de nafta.
Al cierre del lunes, el barril WTI para los contratos de entrega en mayo (último día de cotización) costaba -37,63 dólares. Este martes había subido a los -4,72 dólares, pero como se ve continúa negativo. En tanto, el barril de Brent para entrega en junio cayó hasta 18,10 dólares, aunque luego se recuperó y se vendía a 21,51.
“Más allá de la caída de ayer, creemos que el impacto a la baja no va a ser inmediato en el precio del surtidor en la Argentina. Hay una negociación pendiente entre las petroleras y el Gobierno por un precio de barril criollo que será clave para la ecuación del negocio petrolero en el país”, dijo Vicente Impieri, presidente de la Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina (Fecra).
El contexto inflacionario y la carga impositiva del litro de nafta no permite una baja inmediata del precio local”
La discusión a la que hace referencia Impieri es la que establecería un valor para la producción local de 45 dólares por barril, unos 20 dólares arriba de lo que cotiza el Brent en los mercados internacionales. “Un barril a 45 dólares cuando hoy cotiza alrededor de 26 sería inviable. El contexto inflacionario y la carga impositiva del litro de nafta no permite una baja inmediata del precio local de los combustibles en línea con los que pasa con el barril internacional”, agregó el empresario.
El último aumento del combustible fue en diciembre pasado (hubo uno más en marzo pero fue traslado de impuestos). En ese momento el valor del barril de petróleo del Brent cotizaba a 62 dólares y, aunque la diferencia hoy es de una caída de casi 40 dólares y la cuarentena hizo caer el consumo en un 80 por ciento, el precio del litro que se paga en los surtidores se mantuvo sin modificación alguna.
“No hay motivos”
En tanto, Martín Borbea Antelo, secretario general de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac), aseguró en un informe de la entidad: “Desde la irrupción y diseminación del COVID-19 el petróleo cayó de un promedio de 60 dólares por barril que cotizó durante el año 2019 y principios del año 2020, hasta menos de 25 (variedad Brent, referencia en la Argentina) este lunes, valor mínimo en 20 años. En la mayoría de los países del mundo frente a este escenario los precios del combustible bajan, pero en Argentina siguen subiendo”.
No existen motivos para que los precios no bajen y que sería vital para contener una economía local en crisis”
El reporte asegura que “no existen motivos para que los precios no bajen y que sería vital para contener una economía local en crisis. Según un informe desarrollado por el Departamento de Estudios Económicos y Costos de Fadeeac, un descenso en el precio de los combustibles en el mercado interno implicaría una ganancia competitiva para la economía real e impactaría positivamente en el descenso más rápido de la tasa de inflación, una de las principales metas del Estado Nacional para normalizar la macroeconomía”.
“No parece acertado pagar un precio exorbitante de gasoil mientras el sector atraviesa una profunda crisis que tiene al 70 por ciento del transporte parado, el resto trabajando a pérdida, con la cadena de pagos cortada y con los sueldos de abril que probablemente no se puedan pagar en su totalidad. El empresario del transporte es principalmente PYME, que son los más golpeados en esta crisis.”, finalizó Borbea Antelo. (DIB)
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