El gobernador Axel Kicillof no enviará su proyecto de ley de Presupuesto -ni tampoco
la estratégica norma Impositiva, que fija los impuestos 2024- a la Legislatura, hasta no
tener en claro las medidas económicas de inicio del gobierno de Javier Mieli, que
podrían incluir, entre otras cuestiones, una prórroga del presupuesto nacional de este
año.
Tal como había adelantado DIB el sábado pasado, Kicillof, que reasume el mando el
lunes, afronta un escenario de gran incertidumbre sobre todo en materia financiera, por
dos cuestiones básicas, no conformadas pero probables: que Mieli congele los envíos de
fondos no automáticos a las provincias y que prorrogue el presupuesto.
Ambas cuestiones circularon en notas periodísticas lo que renovó su verosimilitud en el
marco del fuerte hermetismo que maneja Milei respecto al paquete que enviará al
congreso y a lo que dispondrá Luis Caputo, el ministro de Economía, por vía ejecutiva
en las primeras horas de su gobierno.
El Gobernador, de todos modos, ya tenía decidida la cautela: quiere ver “rodar” al
gobierno nacional para saber a qué atenerse. Por eso, no ocurrirá lo que ayer anunció el
flamante presidente de la cámara de Diputados, Alejandro Dichiara: el presupuesto y la
impositiva no ingresarán la semana que viene a la Legislatura.
El equipo económico de Kicillof, según supo DIB, evalúa por estas horas alternativas.
Una podría consistir en elaborar el presupuesto con variables “propia”, que tomen en
cuenta la evolución de parámetros nacionales, pero en la realidad, no los de un
presupuesto prorrogado. Parte de esos indicadores podrían ser calculados por el
ministerio de Economía provincial.
Un punto a evaluar es el grado de libertad para avanzar por esa vía, teniendo en cuenta
lo que marca la ley de Responsabilidad Fiscal: que las provincias deben utilizar los
parámetros macro del presupuesto nacional. Esto es, por caso, el grado de devaluación
de la moneda o el porcentaje estimado de inflación.
Una de las consecuencias de la prórroga del presupuesto sería congelar partidas al nivel
que tenían en enero de 2023, cuando desde entonces hubo aproximadamente un 180 por
ciento de inflación. Otra es que el Ejecutivo eventualmente las adecúe a discreción.
Respecto al impacto de la eliminación de partidas no automáticas es una reducción
drástica de las posibilidades de gestión de la provincia, que tiene desde fines de los años
80 una fuerte crisis financiera producto de la cesión de puntos de reparto de
Coparticipación nunca recuperados por los pactos fiscales posteriores.
La ley fiscal también preocupa a Kicillof: si hay baja de impuestos a nivel nacional el
impacto en el financiamiento provincial se verá incrementado. De hecho él, con el resto
de los mandatarios provinciales, viene pidiendo la readecuación del impuesto al Cheque
para cubrir el bache que dejó la eliminación de la cuarta categoría de ganancias en las
finanzas provinciales.
Eso lo pone ante una eventual disyuntiva: aumentar los impuestos provinciales para
asegurar programas de gobierno, pero a un alto costo político. El ya dijo, días atrás, que
seguirá planteando la necesidad de que la provincia recupere coparticipación, porque
aporta el 40 por ciento de los recursos nacionales y le devuelven el 22 por ciento.
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