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Fue en el marco de una jornada en la cual el presidente electo recibió a una delegación de diputados del país vecino. Fernández también trasmitió su intención de trabajar junto al gobierno brasileño.
El presidente electo, Alberto Fernández, confirmó en la jornada de ayer a Felipe Solá como su futuro canciller, y a Daniel Scioli como embajador en Brasil, tras recibir a una delegación de diputados de ese país.
Fernández recibió a la comitiva brasileña acompañado de Sergio Massa y los ex gobernadores bonaerenses, a quienes presentó como canciller y embajador. Sobre la difícil situación con el gobierno de Jair Bolsonaro, el presidente electo sostuvo que "si nos respetamos, convivir es más fácil".
"Transmitan al presidente Jair Bolsonaro mi respeto y valoración para trabajar juntos. Mi primer gesto con Brasil es enviar como embajador a alguien muy valorado por mí", sostuvo a los representantes del país vecino.
En ese marco, destacó que "estén aquí los representantes del pueblo de Brasil porque la integración regional es la mejor herramienta para enfrentar la globalización, como en el reciente tema de los aranceles al acero".
La delegación de diputados de Brasil fue encabezada por el presidente de la Cámara de Diputados de ese país, Rodrigo Maia, quien expresó que el presidente Bolsonaro estaba informado de la visita de la delegación y transmitió que espera tener una "buena relación" entre ambos gobiernos.
"Estamos felices de trabajar con Argentina y de acercar a los gobiernos para tener más fuerza al enfrentar los desafíos de la economía mundial", indicó Maia.
"No me sentí muy convocado"
Por su parte, el dirigente social Juan Grabois planteó que no se sintió "muy convocado" durante el armado del gabinete de Alberto Fernández, aunque aclaró que seguirá apoyando al Frente de Todos "porque es una necesidad de la Patria Grande".
"No, no me sentí muy convocado. Es una cosa que me pasa bastante en general. Hay algunos que estamos para las malas. Para las buenas hacen fila otros", opinó el líder de la CTEP, y afirmó que durante la campaña presidencial se acercó al espacio que conduce Fernández con "muchas propuestas de política pública" que fueron recibidas "con mucho interés", pero que después, "en la carrera de los cargos y la vorágine de las ambiciones personales, todo quedó bastante desdibujado".
"Prefiero concentrarme en lo que hay que hacer que en quejarme por sentirme más o menos convocado. Tengo mucha esperanza de que el Gobierno salga bien y no creo que yo ni mi espacio seamos imprescindibles. La política tiene mucho de la meritocracia de la imagen. Algunos que ponemos el cuerpo somos muy demonizados y eso es un costo para el Gobierno", señaló.
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