El consumo de carne vacuna en Argentina ha caído a niveles históricamente bajos, según un informe reciente de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra). En los primeros cinco meses de 2024, la ingesta anualizada por habitante fue de 44 kilos, lo que representa una disminución del 15,9% en comparación con el mismo periodo del año anterior.
La caída en el consumo, equivalente a 8,3 kilos por persona, es la más significativa desde los primeros cinco meses de 2020, durante el inicio de la pandemia. Este volumen de consumo es el más bajo de los últimos 30 años. La Ciccra advirtió que esta tendencia podría empeorar si las condiciones macroeconómicas no mejoran en la segunda mitad del año.
Miguel Schiariti, presidente de la Ciccra, señaló que el poder adquisitivo reducido de los consumidores es el principal factor detrás de esta disminución. “Con un poder adquisitivo tan reducido, la decisión no recae en el consumidor, sino en su bolsillo”, afirmó. Schiariti sugirió que un posible aumento en la oferta de carne en los próximos meses podría llevar a una reducción de precios, lo cual podría estimular un repunte en el consumo. No obstante, advirtió que una baja significativa en el consumo y en los precios podría desincentivar a los productores a aumentar la producción.
El informe de la Ciccra destacó que esta brusca caída del consumo ocurrió a pesar de una desaceleración en los precios. En mayo, los precios de la carne vacuna aumentaron un 2,4%, por debajo del 4,2% del aumento general del costo de vida y del 4,8% de incremento en los precios de "Alimentos y bebidas no alcohólicas", según el Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (INDEC).
Comparando los precios de mayo de este año con los de mayo de 2023, el informe reveló un incremento del 283,9% en los precios de la carne vacuna. El mayor aumento se registró en la carne picada común, con un alza del 307,8%, mientras que el asado tuvo el menor incremento, del 259,7% interanual.
A pesar de estos aumentos, el incremento promedio de los precios de los cortes vacunos fue inferior al alza del valor promedio de la hacienda en pie (297,2%) y apenas superior al aumento del índice general de precios al consumidor del INDEC (276,9%). Schiariti señaló que el costo de 1 kilo de carne, que oscila entre 6000 y 7000 pesos, permite comprar al menos 3 kilos de pollo o 2 kilos de cerdo, lo que refleja un cambio en las preferencias de consumo debido a los precios.
Ante este panorama, Schiariti subrayó que el futuro del consumo de carne vacuna dependerá de la evolución de la macroeconomía. “Si efectivamente en el segundo semestre se reactiva y los ingresos empiezan a mejorar, es posible que esto sea un piso. Pero si seguimos en una situación como la actual, con una demanda tan débil, eso no será un piso”, concluyó.
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