Investigadores del Laboratorio de Neurobiología de Insectos (Cenexa-Greg) han identificado tres mutaciones genéticas en los mosquitos Aedes aegypti, transmisores del dengue, que los hacen más resistentes a los insecticidas piretroides en el conurbano bonaerense. Este hallazgo se produce en un contexto alarmante, tras las advertencias del ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, sobre la inminente llegada de una epidemia grave de dengue.
Sheila Ons, bióloga y líder del equipo de investigación, advirtió sobre el incremento de casos de dengue que se espera este año y destacó la creciente resistencia de los mosquitos en la provincia de Buenos Aires. Las mutaciones identificadas afectan el canal de sodio, una proteína clave en el sistema nervioso de los insectos que es el objetivo de los insecticidas piretroides. Estas mutaciones dificultan la acción del insecticida, requiriendo dosis cada vez más altas para ser efectivas.
Hasta hace poco, solo se había detectado una de estas mutaciones en el país, pero los estudios recientes muestran la presencia de tres mutaciones que se han extendido en el área metropolitana de Buenos Aires, excepto en Pergamino. Este fenómeno preocupa debido a que las fumigaciones, empleadas en momentos de altos brotes, podrían estar acelerando la selección de mosquitos resistentes.
El equipo de Ons correlacionó la cantidad de casos de dengue con la frecuencia de las mutaciones, descubriendo que las localidades con mayor número de casos presentan una mayor resistencia en sus poblaciones de mosquitos. Esto sugiere que las fumigaciones masivas pueden estar contribuyendo al desarrollo de mutaciones resistentes.
Si bien existe la posibilidad de revertir estas mutaciones, sería necesario reducir o eliminar el uso de piretroides. Sin embargo, esta solución no es sencilla, ya que en algunos lugares, como en el estado de San Pablo, Brasil, las mutaciones persistieron a pesar de haber dejado de usar el insecticida durante 10 años para fumigaciones sanitarias.
Para mitigar este problema, Ons enfatizó la importancia de implementar un manejo integrado que priorice medidas como el descacharrado para eliminar los sitios de reproducción del mosquito, reservando el uso de insecticidas solo para controlar brotes específicos. La resistencia de los mosquitos al insecticida plantea un desafío significativo en la lucha contra el dengue, lo que subraya la necesidad de repensar las estrategias de control vectorial a nivel local.
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