El bono otorgado a los jubilados, que busca compensar el impacto de la inflación en sus ingresos, se ha revelado insuficiente ante el creciente costo de vida. A pesar de la inclusión de un bono adicional de $70.000 para los beneficiarios de la jubilación mínima, que elevará sus ingresos totales a $204.445 en abril, la medida se queda corta frente al aumento de precios que ha superado el 57% en el primer trimestre del año.
El Gobierno de Javier Milei ha implementado este bono por decreto, ante la demora en la implementación de una nueva fórmula previsional debido a discrepancias con la oposición. Sin embargo, la suba del haber mínimo junto con el bono solo representa un incremento del 27,2% desde diciembre, dejando a los jubilados y pensionados con un desfasaje de casi 30 puntos respecto a la inflación.
El decreto 268/24, publicado en el Boletín Oficial, establece que este bono de $70.000 será destinado a los jubilados y pensionados que perciben haberes mínimos. Aquellos que tienen ingresos superiores al haber mínimo pero inferiores a $204.445 también recibirán un bono proporcional hasta alcanzar ese monto. Por ejemplo, un jubilado con un haber de $184.445 obtendrá un bono de $20.000.
En cuanto a quienes no recibirán bonos, como las pensiones no contributivas y la Pensión Universal al Adulto Mayor (PUAM), sus ingresos se mantendrán en $164.112 y $177.556 respectivamente, sumando el bono de $70.000.
Esta medida, aunque intenta mitigar el impacto de la inflación, refleja la necesidad de encontrar soluciones más efectivas y sostenibles para proteger el poder adquisitivo de los jubilados y pensionados en un contexto de creciente costo de vida.
Dejar un comentario