El gobernador electo asumió el mandato en la tradicional Asamblea Legislativa realizada en la Cámara de Diputados. Llamó a reconstruir la provincia y fue duro con la “herencia” de Vidal.
Con la presencia de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner en el palco, Axel Kicillof asumió este miércoles su cargo como gobernador de la provincia de Buenos Aires, llamó a "reconstruir la provincia" y fue muy duro con la herencia que recibió de la gestión de María Eugenia Vidal. Además, dio marcha atrás con la suba de la tarifa eléctrica prevista para enero y aseguró que la caja que queda alcanza solamente para 30 días de funcionamiento.
La tradicional Asamblea Legislativa se realizó en la Cámara de Diputados de la provincia, en La Plata, donde a las 12 prestó juramento la flamante vicegobernadora, Verónica Magario. Alberto y Cristina se retiraron del recinto luego de que Kicillof recibiera los atributos de Vidal.
Uno de los puntos que se llevó mayores aplausos fue cuando anunció que dará marcha atrás con la suba tarifaria prevista para enero. "Vamos a dejar sin efecto el aumento de las tarifas. Tenemos que someter la situación a revisión, por eso convoco a las empresas del sector para trabajar en un esquema que sea justo y razonable, que la gente lo pueda pagar", dijo el flamante mandatario. Y agregó: "Si una tarifa no puede ser pagada por un jubilado, no es tarifa, es saqueo".
También le dedicó un párrafo a la herencia financiera de la gestión Vidal, a la que criticó en varias oportunidades a lo largo del extenso discurso. "Se habló de que dejaban una caja de 25 mil millones de pesos. Pero el problema no es cuánto queda en la caja, sino las necesidades que hay que atender con lo que queda en la caja. Y esa cifra no alcanza ni para los próximos 30 días", advirtió.
Para Kicillof, la provincia de Buenos Aires "perdió" autonomía fiscal durante el mandato de Vidal. "Depende más de recursos que vienen de Nación, que de los propios", señaló. Y alertó sobre la deuda de la provincia: "La cuestión de la deuda también es muy preocupante. Pasó de 9300 millones de dólares a ser de 12.300 millones de dólares. Esta provincia no recauda en dólares. La deuda en pesos se quintuplicó".
Asimismo, les dedicó varias chicanas a los referentes de Cambiemos. "No creo que estén dejando una vara muy alta, sino un desempleo alto, una inflación alta y las condiciones de la provincia muy abajo", remarcó. En ese sentido, criticó el "marketing político" de la gestión saliente y acusó a su antecesora de "negar" los problemas de Buenos Aires.
"La sociedad y el pueblo de la provincia no quiere persecuciones y un Estado ausente, acusador, que culpa a las víctimas de la situación económica", enfatizó. "El resultado de las elecciones expresa malestar y rechazo. Tiene que ver con una situación económica durísima. Pero no sólo eso, sino también un rechazo a una política económica y a una lógica de gobierno", puntualizó.
Kicillof consideró que las palabras de Fernández ante la Asamblea Legislativa "empezaron a señalar un nuevo horizonte de reparación y esperanza". Y afirmó que buscará "transformar" la provincia: "No pretendo ser el gobernador de un espacio político, sino de todos". Además, dijo que la mayoría de los bonaerenses pretenden que Buenos Aires "vuelva a ser una provincia productiva y no especulativa, solidaria y no egoísta". "Que tenga un Estado presente, cercano", expresó.
Hacia el cierre de su discurso, Kicillof aprovechó para citar a Antonio Cafiero, ex gobernador bonaerense. "Él decía que el que sueña solo, solo sueña. El que sueña con otro, hace historia".
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