Mientras en el país Héctor Cámpora se constituía como nuevo presidente democrático, en nuestro distrito un joven Daniel “Beto” Ponce de León era elegido como intendente. Sin embargo, con el peronismo intervenido, fue el voto en blanco que se impuso por amplia mayoría.
Una larga historia de intervenciones e impugnaciones signaron al Frente Justicialista de Liberación (Frejuli) que finalmente no presentó lista en el ámbito local.
Las elecciones del 11 de marzo de 1973 marcaron como gran ganador al voto en blanco. Fueron cerca de 12 mil los pilarenses que se inclinaron por esa opción, mientras otros 9.429 se repartieron entre las cuatro fuerzas que presentaron candidatos distritales: Nueva Fuerza, Unión Cívica Radical, Partido Socialista e Izquierda.
Mientras los sufragios en blanco representaron un 56 por ciento, Daniel Alberto Ponce de León se ungió como nuevo intendente con el apoyo de un 22,5 por ciento del electorado. Detrás quedaron Miguel “Coco” Rodríguez (19,5%), Alfredo Cayol (1,7%) y Román Velázquez (0,25%).
Para entender porque más de la mitad del electorado no se inclinó por ninguno de los postulantes hay que retroceder el almanaque y poner la lupa sobre la realidad del peronismo local.
El 27 de diciembre era intervenido el Movimiento Nacional Justicialista de la Provincia de Buenos Aires, alcanzando así al Consejo de Partido del Distrito de Pilar que presidía un jovencísimo Luis Lagomarsino.
Tras esta declaración, un activo militante del peronismo vernáculo y titular del Sindicato de Trabajadores Municipales, Tomás Pérez Bodria (p), se refería a esta situación en una nota publicada por Resumen. “Esto es desconocer la abrumadora mayoría de afiliados que eligió a Luis Lagomarsino. De las consecuencias desde ya se le pueden hacer responsables a quienes hayan ordenado esta intervención, responsables del caos que van a ser para el peronismo las elecciones comunales del próximo 11 de marzo”, apuntaba.
Un mes después, se escribía un nuevo capítulo en esta historia. Integrantes de la lista que encabezaba Lagomarsino impugnaron a la nómina rival que proponía a Alfonso Luis Canciani como candidato a intendente, quedando así el Frejuli sin opciones a nivel local.
Pero el peronismo no se quedaría de brazos cruzados, más allá de no poder presentar lista para las elecciones del 11 de marzo. Fue otra vez Pérez Bodria quien tomaría protagonismo. A través de los micrófonos de Radiodifusora América, exhortó a la ciudadanía peronista a votar en blanco para marcar su posición en los comicios distritales.
“En la conducción local del peronismo se ha producido un vacío a raíz del atropello que significó la intervención del Consejo de Partido. Esto ha dado lugar a una sospechosa ola de rumores”, afirmaba.
En otro párrafo, marcaba: “las elecciones hasta este instante no son un juego limpio, se presentan llenas de dudas y para nosotros cargadas de amenazas de parte de las autoridades militares que dicen querer institucionalizar el país”.
“Nunca hemos prestado ni vendido nuestro voto, en las presentes circunstancias disciplinada y masivamente votaremos únicamente los candidatos del Frejuli sin agregar ninguna boleta cortada perteneciente al candidato de otro partido en Pilar”. Así llamaba al pueblo peronista pilarense a votar en blanco y aclaraba: “ningún peronista ni equivocadamente, ni escuchando consejos interesados, cometerá el error de agregar la boleta de otro partido a su sobre”.
Finalmente, el 11 de marzo, mientras Héctor José Cámpora era elegido presidente y Oscar Bidegain gobernador de la provincia de Buenos Aires, Pilar, sin oferta peronista, elegía a un joven de 30 años como nuevo intendente.
El 25 de mayo de 1973, Daniel Ponce de León tomaba posesión del cargo poniendo fin a una de las tantas intervenciones militares que marcaron las horas más oscuras en nuestro país.
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