El proyecto para la creación de la Universidad Nacional de Pilar ha contado con un fuerte apoyo de toda la comunidad local, pero se ha encontrado con reiterados obstáculos al momento de ser tratado en la Cámara de Diputados de la Nación.
Se debe a que no se han logrado los acuerdos necesarios entre el oficialismo del Frente de Todos que impulsa la iniciativa, y los bloques de la oposición, fundamentalmente de Juntos por el Cambio.
En ese marco, los legisladores que anunciaron que no acompañarán la creación de esta y otras universidades, explicaron sus razones, y entre este grupo se encuentra la diputada pilarense de la Coalición Cívica, Marcela Campagnoli, quien afirmó: “En algunas ocasiones, ciertos temas de interés público adquieren absoluto consenso, tanto social como político, y resulta entonces sencillo construir los acuerdos para legislar. En otros casos, las miradas sobre una misma realidad, son tan dispares que pareciera casi imposible encontrar puntos de acuerdo”.
Y explicó: “Desde el Ejecutivo se promueve la creación de nueve universidades nacionales -entre ellas la de Pilar-, sin los requisitos y condiciones que justifiquen la necesidad. La razón que esgrimen es extender el alcance de la educación de nivel terciario a mayor cantidad de jóvenes. Sabemos que para ello no es necesario crear nuevas, sino potenciar las existentes, haciendo convenios para traer las carreras que interesen a la localidad que sea, sin crear nuevas estructuras y sin desfinanciar a las universidades que ya existen; en recursos necesarios para investigación, para sueldos docentes atrasados y becas verdaderas que permitan estudiar sin trabajar a los sectores más vulnerables, que terminan abandonando los estudios para sostener a sus familias”.
Asimismo, la pilarense fue tajante al manifestar que “a simple vista para el público aplaudidor crear nuevas universidades pueda parecer una buena iniciativa. Sin embargo, no es más que seguir con políticas que procuran cortar cintas de inauguración dando la espalda a los problemas de fondo que deben ser resueltos previamente”.
En ese sentido, sostuvo que “en nuestro país la mitad de los niños y niñas viven debajo de la línea de pobreza, y el deterioro en la escolarización, tanto en el nivel inicial como primario y secundario, es un flagelo representado con cifras que deben ser puestas sobre la mesa a la hora de hablar de educación”.
Por eso, concluyó indicando que no tiene sentido “abrir nuevas universidades sin elaborar un plan integral que empiece por garantizar el efectivo ejercicio del derecho a estudiar desde los niveles iniciales”.
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