El gobernador Axel Kicillof cerró el pasado sábado un plenario de militancia en la ciudad de Santa Clara del Mar, localidad del partido de Mar Chiquita con un extenso discurso centrado en la crítica al gobierno de Javier Milei.
De hecho, lo llamó “la más inmensa estafa electoral que haya habido” y reivindicó su administración como la contracara de las políticas nacionales y las proyectó como parte de un programa para recuperar el poder que sintetizó en una frase con resonancia en la interna peronista: “no se trata de volver mejores, se trata de mejorar para volver “.
Realizado bajo la consigna “La Patria no se vende”, sumó la presencia de intendentes, legisladores, dirigentes sindicales y de organizaciones sociales de diversos sectores.
Dentro de quienes participaron mostrando, una vez más, su fuerte apoyo al gobernador Axel Kicillof estuvo el intendente pilarense, Federico Achával.
“Con intendentes e intendentas de toda la provincia acompañamos al gobernador Axel Kicillof en un encuentro con vecinos y vecinas en Mar Chiquita. Desde nuestro proyecto político proponemos construir un país que crezca y se desarrolle con educación, producción y trabajo”, planteó Achával.
Asimismo, el mandatario local expresó: “En la provincia se eligió el camino de la inclusión y la igualdad, y por eso vamos a seguir trabajando para que haya más escuelas, más salud pública, más inclusión social, más seguridad y más obras que mejoren cada uno de los municipios”.
Además de Federico Achával, participaron del acto junto al gobernador la vicegobernadora de la provincia de Buenos Aires, Verónica Magario; los ministros de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, Andrés Larroque, y de Infraestructura y Servicios públicos, Gabriel Katopodis.
Estuvieron presentes también los jefes comunales del conurbano como Jorge Ferraresi (Avellaneda) o Mario Secco (Ensenada).
“Milei no va a ser recordado por ser el libertario más importante del mundo, sino por la manera en la que reprimió a los jubilados y por el gas pimienta que le tiraron a una nena de 10 años. Ni los niños ni los grandes: los únicos privilegiados de Milei son los bancos de inversión, los millonarios evasores y las grandes transnacionales”, dijo Kicillof en el tramo final de un discurso en el que describió a las políticas económica nacional como una continuidad de los ajustes de “Martínez de Hoz (durante la dictadura); Menem y Macri”.
Antes de esa definición, Kicillof había dicho que Milei es una “estafa electoral” porque prometió ajustar a “la casta” pero “ahora nos queda claro que para él la casta es el pueblo”.
También le reprochó que “gobierna con los que salieron terceros”, en referencia a los ministros Caputo (Economía), Bullrich (Seguridad) y Sturzenegger (Desregulación): “No solamente nadie los votó para volver a hacer los desastres que ya hicieron, sino que se votó específicamente en contra”, fustigó el gobernador en un tramo encendido de su discurso.
Un eje central que desarrolló a lo largo de toda su presentación fue la contraposición del modelo nacional con el que desarrolla él desde el gobierno bonaerense. En un pasaje, habló de una “pantalla partida” en la que se ve “un gobierno nacional que quita y la provincia que hace todos los esfuerzos para complementar y sustituir”.
A los recortes de Milei hacia las provincias los llamó, directamente, “un intento de disolución nacional”. Y, en ese marco, dijo “estamos obligados a hacer que Milei cumpla con la Constitución Nacional”.
Fue una manera implícita de postular su política en la provincia como una alternativa de poder nacional, en un acto en el que fue interrumpido al menos una vez por cánticos de la militancia que proponían “¡Axel Presidente!”, ante lo cual la dirigencia en el palco y las primeras finales se puso de pie y aplaudió.
Kicillof insistió en que Milei ataca a todas las provincias, pero particularmente a Buenos Aires porque aquí perdió las elecciones. Admitió que la estrategia de “sustituir” a la Nación allí donde “deserta” tiene “límites” porque el presupuesto los tiene, pero desafió: “Esto no es el sálvese quien pueda: que haya ganado Milei no significa que hayamos comprado el discurso del individualismo; sé que hay un pueblo bonaerense que está dispuesto a ayudar y contribuir con todo el país para suplir la ausencia del Gobierno nacional”.
“Hemos firmado convenios con otras provincias y nos hemos puesto a disposición antes situaciones difíciles. Esto no es el sálvese quien pueda: que haya ganado Milei no significa que hayamos comprado el discurso del individualismo; sé que hay un pueblo bonaerense que está dispuesto a ayudar y contribuir con todo el país para suplir la ausencia del Gobierno nacional”, agregó.
El Gobernador hizo hincapié en que Milei “está aplicando las mismas recetas económicas de siempre: un ajuste salvaje; la desregulación de todos los precios; apertura de las importaciones; tarifas en dólares; y salarios bajos. Nada de original, esta política ya está teniendo resultados calamitosos”. Y señaló lo que a su juicio son las consecuencias: “vemos cómo se deterioran los indicadores de despidos, de salarios y de cierre de empresas”. Lo definió como “un modelo de precarización y de primarización de la economía”.
Kicillof planteó un programa político para consolidar la oposición a Milei e intentar disputarle el poder: “La tarea es clara, se trata de organizar la solidaridad”, lanzó, luego de reivindicar su participación en las protestas en las calles que hubo contra el Presidente, algunas organizadas por la dirigencia sindical, de las que no participaron Cristina Kirchner ni Sergio Massa. “La provincia se organiza porque la provincia no se vende”, arengó en ese sentido.
Y cerró con una frase con fuerte resonancia interna: “Ya no se trata de volver mejores sino de mejorar para volver”.
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