Paola es madre de cuatro hijos y, hace tiempo que es víctima de violencia de género: ha soportado golpes, maltratos psicológicos, abusos sexuales, violación y el desinterés de la justicia en su caso, en donde también hay un desalojo en circunstancias poco claras.
Ella y sus hijos hoy viven con sus padres en una pequeña habitación en donde, por momentos, se sienten protegidos. Sin embargo el miedo a su ex pareja y a la familia de él aún no se disipa porque todos están libres, a pesar de las causas iniciadas en su contra y las restricciones perimetrales dispuestas.
“Caí en un estado depresivo, no encontraba solución. No hay información sobre qué hacer. Quiero saber en la fiscalía como sigue esto, si tengo que renovar la perimetral porque sí, estamos en cuarentena pero puede pasar cualquier cosa. Me gustaría que le Juzgado resuelva la vivienda mis chicos, estamos en una habitación los cinco. Yo hoy no tengo nada”, contó a Diario Resumen Paola.
Ella se separó en 2018 y, con los cuatro hijos fruto de esa relación, quedaron viviendo en el hogar que era propiedad de la familia del agresor por lo que éste podía ingresar con total impunidad, a pesar de las denuncias por violencia, acoso y violación. “Ya con más de dos años de separados, un día mientras yo descansaba ingresó a mi casa e intento abusarme sexualmente. Ante mis gritos mis dos hijos más chicos, de 7 y 10 años, una nena y un varón corrieron a la habitación y me salvaron. Al hacer la denuncia se dispone el día 3 de abril de 2019 una perimetral”, explicó en una carta.
Pasaron apenas siete horas, contó, desde aquella perimetral para que él intentara ingresar nuevamente a la propiedad pero, tras llamar al 911 fue detenido. La familia del golpeador al enterarse de la detención, se acercó a la vivienda y amenazaron a la mujer, la policía se hizo presente y finalmente hicieron que a Paola la desalojaran dejándola en la calle con lo puesto.
“Nos dejaron en la calle. Esto es todo una espera y yo necesito respuestas, pero aún no las consigo. En 2018 decidí separarme definitivamente, hice la denuncia por violencia de género pero yo ya vivía la violencia psicológica, física, acoso sexual. Quedé varada en la propiedad de la familia”, relató.
El acusado tiene más de una denuncia según contó Paola pero sigue en libertad: “varias veces lo denuncié, tuvo perimetrales pero no las cumple. Me hostigaba, me amenazaba”. “Estoy totalmente sola. Me acompañan mis padres, pero estoy sola tratando de salir adelante, que es muy complicado”, indicó en relación a cómo la justicia ha mirado para otro lado en su caso.
Paola destacó que si bien existe el aislamiento, ella tiene miedo. “Tengo miedo. Por un lado, pienso que me da tranquilidad que los chicos están conmigo, pero la verdad es que sí, tengo miedo. El desalojo, la policía, fue realmente humillante, aberrante, muy violento todo. Fue terrible para los chicos también. Realmente espero que esto se solucione porque hace un año y medio que estoy esperando”, expresó.
“Finalmente en este año y medio solo me devolvieron algunos muebles, este abusador está en libertad. La familia a través de una abogada hace pocos meses me ofertó 8 mil pesos para que vivan cuatro chicos y que yo calle mi reclamo. Salgo a la calle intranquila e insegura, como si estuviera rehén, sin libertad otra vez. Y también tengo miedo, porque lo conozco al padre de mis hijos y sé que pronto se va a vengar. Primero víctima de un psicópata, los cuales logran que uno deje de amarse a sí mismo. Luego víctima de la justicia”, cerró Paola.
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