Familiares y allegados a vecinos de la localidad sepultados en el Cementerio Municipal de Derqui se encontraron el pasado fin de semana con la desagradable sorpresa de que desaparecieron placas y chapas de las tumbas de sus seres queridos. Una modalidad delictiva que se viene repitiendo aleatoriamente desde hace tiempo y que ha alcanzado mayor virulencia en los últimos meses.
Los malvivientes no solo se llevan las placas de bronce, sino también las chapas de metal que identifican con nombres, fechas y frases a los moradores de las sepulturas. En muchos casos incluso, para la extracción de las placas los cacos apelaron a herramientas que provocaron la rotura de las cruces de mármol donde estaban fijados los elementos a sustraer.
Resumen pudo dialogar con un florista vecino a la necrópolis, quien comentó a nuestro medio que “el cementerio se ha convertido por la noche en tierra de nadie”. El comerciante relató que hace poco la policía local detuvo a dos jóvenes en plena tarea, pero al ser menores de edad, pronto recuperaron la libertad.
El robo de placas no es privativo de vecinos comunes, efectivamente hace pocos meses el ex concejal derquino Alberto Zapata, denunció indignado a través de las redes que ladrones se llevaron las placas de la tumba de su padre, lo que provocó una andanada de comentarios, relatando casos similares.
El cementerio municipal de Presidente Derqui fue inaugurado a principio de los ’70, erigido sobre terrenos donados por el empresario Henry G. Martin, propietario del country Martindale. Precisamente, una fracción de tierra aledaña a su emprendimiento fue otorgada al Municipio para ese fin.
El geométrico crecimiento poblacional de la localidad, motivó continuas ampliaciones del sector destinado a sepulturas, hecho que amplió el área a vigilar por los serenos que destina el Municipio para tales menesteres.
“Es mucho lo que se tiene que recorrer para una sola persona –opinó el florista- y la gente está cansada de reclamar que se coloque un alambrado perimetral en todo el perímetro del cementerio. Aparte del robo del metal de las tumbas, también se llevan las griferías de las piletas, donde la gente se surte de agua para regar las flores que dejan a sus familiares”.
“Hace poco tendieron una nueva cañería hacia los sectores del fondo y se llevaron las canillas que no eran de metal sino de plástico; lamentablemente no hay límites para la voracidad de los ladrones”, aportó con amargura el comerciante a nuestro medio.
En los últimos años varios hechos delictivos acontecidos en el Cementerio de Presidente Derqui llegaron a medios nacionales. El más cruento ocurrió en noviembre de 2017cuando una mujer fue abordada por delincuentes en momentos en que dejaba flores en la tumba de su madre. Al no encontrarle dinero ni objetos de valor, la hirieron con saña, provocándole cortes y escoriaciones con partes de un florero de cerámica que rompieron ex profeso para cometer el ataque.
Pero quizás el más inexplicable es el que trascendió y se hizo viral en mayo de 2021, referente al robo de una maqueta del icónico Faro de Mar del Plata que la hija de un fallecido había fabricado artesanalmente y dejó en la tumba de su padre para homenajearlo, sobre un pedestal de material adornado con caracoles. La joven pidió colaboración a través de las redes sociales para lograr la devolución del preciado y sentimental adorno. No trascendió si finalmente se pudo recuperar.
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