Un hombre de 22 años fue condenado a 13 años y cuatro meses de prisión por haber intentado robar y matar a un agente de la Policía Local en Manuel Alberti.
El hecho ocurrió el 17 de septiembre de 2019. José Daniel Acevedo caminaba por la calle Santa Isabel a pocos metros del cruce con Cattaneo, luego de hacer algunas compras en un comercio de la zona cuando fue abordado por un joven delincuente, que en ese momento tenía 18 años, quien blandiendo una pistola lo amenazó para robarle, sin embargo la víctima extrajo su arma reglamentaria y dio la voz de alto.
El ladrón inmediatamente se dio a la fuga disparando varias veces a la víctima sin llegar a lesionarla. Sin embargo se escondió a pocos metros del lugar del hecho, donde residía.
El efectivo inmediatamente pidió refuerzos a través del sistema 911 y se dispuso un allanamiento en la vivienda del delincuente, que atento al despliegue policial decidió entregarse.
Varios móviles policiales y de la Guardia Urbana se hicieron presentes en el domicilio de la calle Santa Eulalia 1725 y luego de detener al delincuente, allanaron la vivienda.
Escondidos en el cielo raso de dicha casa, se hallaron una pistola Taurus calibre 9mm. con numeración suprimida, una pistola Browning calibre 380 con numeración suprimida, una pistola Star calibre 380 con numeración suprimida y una escopeta CBC calibre 12/70 sin numeración visible.
Tiempo después, familiares del ladrón declararon que éste había sido amenazado por la víctima y que mantenían diferencias por conflictos vecinales en el pasado, sin embargo, el juez Alberto Ortolani, titular del Tribunal en lo Criminal Nº 1 de San Isidro, pudo establecer a partir de las contradicciones de algunos testigos que nada de ello era cierto.
En su fallo, el juez Ortolani consideró que “ha quedado acreditado legalmente que el delincuente abordó a la víctima con una clara intención delictiva, puntualmente la de robo, y que estaba armado”.
Asimismo, expuso que “el damnificado revestía la condición de funcionario policial e hizo saber de ella al imputado, quien al tomar conocimiento de ello reaccionó efectuando diversos disparos hacia el primero, con la intención de provocarle la muerte”.
“No existen dudas que el intento de homicidio se cometió con la intención de procurar la impunidad. Aquí se procuró matar para conseguir la impunidad, es decir, que la muerte de la víctima apareció a los ojos del imputado como medio necesario o favorable para lograr la impunidad”, fundamentó.
Por todo ello, el juez Ortolani condenó a 13 años y cuatro meses de prisión a Diego Sebastián Villalba por encontrarlo autor penalmente responsable de los delitos de tentativa de robo agravado por el empleo de arma de fuego y tentativa de homicidio calificado por cometerse para procurar su impunidad y por la condición de la víctima de ser miembro de las fuerzas de seguridad pública, y tenencia de arma de fuego de uso condicional de guerra sin la debida autorización legal.
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