Sábado 07 de Septiembre de 2024
Denuncia de los pacientes

La realidad de Resiliencia San Fernando: privación ilegítima de la libertad, abandono y torturas

En la comunidad murieron cuatro personas en un incendio la semana pasada. Pacientes que lograron sobrevivir y rescatar a sus compañeros relataron lo ocurrido. Los internos eran medicados con un cóctel tres veces al día.


  • Martes 01 de Marzo de 2022
Resiliencia San Fernando
Foto. Augusto Telias

Ha pasado una semana desde que un incendio en la comunidad Resiliencia San Fernando ubicada en La Lonja se cobró la vida de cuatro personas y desde la Comisión Provincial de la Memoria (CPM) afirmaron que el sitio no estaba habilitado para el tratamiento de la salud mental y que tenía a sus pacientes sobremedicados y encerrados la mayor parte del día.

Ahora se ha conocido un nuevo informe del Consejo Municipal Contra la Violencia Institucional de Ramallo, desde donde se entrevistaron con los jóvenes sobrevivientes de la tragedia en San Fernando, dos de ellos de dicha localidad.

“Constatamos hechos que podrían catalogarse como Homicidio, Torturas, Privación ilegítima de la Libertad, Malos tratos, incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos, entre otros que pudieran surgir una vez avanzada la investigación”, afirmaron al inicio del informe al que accedió Resumen.

Además, surgen del documento otras irregularidades como la utilización de pacientes como operadores de la comunidad que no solo realizaban guardias sino también internaciones compulsivas, en las cuales mediaba violencia.

En total había 26 pacientes, privados de su liberad: “Los recluidos se encontraban en total abandono. Padeciendo privaciones ilegítimas de la libertad y torturas, bajo la forma de golpes, chalecos químicos, humillaciones, condiciones de alojamiento degradantes, entre otros agravamientos”.

Durante las entrevistas, uno de los sobrevivientes contó que el fuego inició “fuera de la habitación 2, en pila de colchones en pasillo frente a la puerta de la habitación”. Además, el joven indicó “que las puertas de las habitaciones no estaban cerradas, no así las puertas y ventanas lindantes al exterior las cuales se encontraban enrejadas” y que fue uno de los fallecidos quien inició el fuego.

Del relato, surge asimismo que el cóctel de psicofármacos compuesto de clonazepam, Levotiroxina y Etumina por 2 mgs era “aplicado indiscriminadamente sobre la población y de forma sistemática tres veces al día, mañana, tarde y noche”.

El joven que prendió el fuego había manifestado deseos de no querer vivir más, que no fueron tomados en cuenta por los miembros de la comunidad. Jamás fue visto por un psicólogo o psiquiatra, añade el informe e indica que “las demás víctimas se encontraban sedadas dentro de la habitación al momento del siniestro”.

El fuego

El humo tomó rápidamente la casa y dificultó la visibilidad, así como también la capacidad de respirar. “Martin Abella, junto con otros usuarios y operadores comenzaron a evacuar a los presentes llevándolos al patio exterior. Que una vez afuera de la casa observaron que faltaban usuarios, los cuales todavía estaban dentro de la casa. Es entonces cuando Martín, ingresa a la casa en llamas y evacua a tres de los cuatro de los usuarios que se encontraban en la habitación 1. Para luego, habida cuenta que el humo y fuego no le permitía ingresar a la casa, tomar un hacha y comenzar a romper la reja de la ventana exterior de esta habitación, pudiendo evacuar al último usuario que quedaba en ella”, explica el Consejo.

Sin embargo, cuando intentó rescatar a quienes se alojaban en la habitación 2 “ya era tarde”: “rompieron la ventana pero el humo no los dejaba ingresar”. La misma suerte corrió un joven alojado en la habitación 3, lindante a donde se inició el fuego.

La institución no contaba con matafuego u otro elemento para extinguir este tipo de siniestros. Así tampoco, plan de evacuación o contingencia, aclaró el Consejo.

Martín Abella

Sobreviviente y responsable del rescate de sus compañeros y de la reconstrucción de lo ocurrido, se encuentra detenido en la comisaria en Ramallo, a espera de cupo para su alojamiento en una unidad penal. Desde el Consejo Municipal solicitan a la Dra. Luciana Díaz Bancalari a través de un habeas corpus que se le permita continuar con el arresto domiciliario, garantizando el tratamiento ambulatorio.

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