La madre de la nena de 2 años que fue abusada y asesinada semanas atrás afirmó que al ser trasladada a la Comisaría de Astolfi la esposaron a una silla a la intemperie, recibió golpes en el cuerpo y un fuerte maltrato verbal.
El pasado lunes, la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires, a través del Observatorio de Violencia de Género (OVG), comunicó que Celina Benítez, detenida por la muerte de su hija Milagros recibió “presuntos apremios ilegales, malos tratos y torturas" en la comisaría de Villa Astolfi.
La denuncia fue presentada ante la Fiscalía Descentralizada especializada en Violencia de Género de San Isidro y en la Auditoría de Asuntos Internos del ministerio de Seguridad bonaerense.
La mujer se encuentra detenida y está siendo investigada por "abandono de persona" tras el abuso sexual, lesiones y asesinato de Melina Milagros, su hija de 2 años, a manos del padrastro de la menor, Luis Carlos Alonzo, quien fue detenido inmediatamente después del hecho y apareció muerto días después en su celda.
Las afirmaciones de la joven sucedieron luego de que el Observatorio de Violencia de Género mantuviera una entrevista con ella, en el pabellón especial de Melchor Romero en el que se encuentra alojada, y allí escucharon los detalles de cómo fue el momento de la detención de Benítez.
“Me hicieron sentar en una silla esposada y con frío en un patio. Luego me llevaron a una celda chiquita. La mujer policía me pegaba en la panza y me daba cachetadas. Me decía ‘confesá que vos entregaste a tu hija’, que como yo no valía nada como mujer la entregué para que la abusara", relató Benítez al OVG, según el portal Pilar de Todos.
Asimismo, la coordinadora del Observatorio, Laurana Malacalza, manifestó que ese relato motivó la denuncia que ya elevaron a la Fiscalía y al ministerio de Seguridad y puso el ojo en el accionar judicial para con mujeres víctimas de violencia de género.
"Celina nos pudo contar que Alonzo, con el que mantenía una relación de cuatro meses, era muy violento. No la dejaba salir, era muy celoso y no quería que ella saliera a trabajar. Ahí empezaron los golpes y una fuerte agresión verbal”, mencionó Malacalza.
"Para Celina, fue un momento de dolor y gran sensibilidad poder contarnos todo por lo que tuvo que pasar. Más allá de eso, está bien y esperanzada frente a las circunstancias que vive", cerró.
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