El menor se fugó en reiteradas ocasiones de su casa del barrio Los Cachorros. La Policía recibió la denuncia el 2 de mayo. “Esta vez es diferente”, señalaron los familiares. Refuerzan las tareas para encontrar al chico.
Autoridades policiales buscan intensamente a Javier Ezequiel Ríos, un niño de 11 años que falta de su hogar desde el pasado 28 de abril. Sus familiares, que residen en el barrio Los Cachorros de Del Viso, reconocieron que no es la primera vez que sucede, pero sostienen que "esta vez es distinto".
Por el momento, no hay rastros ni pistas que sugieran el paradero del nene, que vive con su familia en una casa de la calle Las Violetas al 1000. Según apuntaron los parientes del menor, en anteriores ocasiones había regresado rápidamente a su hogar.
Ante esta situación, los familiares de Javier pidieron ayuda en forma desesperada. El menor posee tez trigueña, cabello oscuro y corto y 1,35 metros de altura. Al momento de su desaparición vestía pantalón azul oscuro, campera de algodón gris claro y zapatillas deportivas blancas. Además, informaron que tiene una cicatriz reciente en su mejilla izquierda.
A pesar de que en los medios tanto locales como nacionales se informó que Javier estaba desaparecido desde el miércoles pasado, el responsable de la Comisaría 7ª del barrio Los Cachorros, Guillermo García, explicó que "esto es un error ya que la familia informó el 2 de mayo pasado que el niño no regresa a su casa desde el 28 de abril".
Según señaló García, las reiteradas fugas de Javier de su hogar se deben a que el niño vio morir a su padre años atrás, pero cree que su papá todavía vive y sale a buscarlo por las calles de la ciudad. En varias ocasiones fue visto por los vecinos cerca de la estación de tren, pero esta vez no hay absolutamente ningún rastro del infante.
Las autoridades policiales señalaron que, ante cualquier información sobre el paradero del niño, los ciudadanos pueden comunicarse con la Comisaría 7ª al 02320-401105.
Con cuidado
Con respecto al contacto en caso de desaparición de persona, García explicó que se intenta no dar el teléfono de la familia ya que en una ocasión se publicó en el diario Crónica un número de celular y las personas "se aprovecharon de eso para mandar mensajes de todo tipo".
Estos mensajes apuntaban a hacerle bromas pesadas a la familia que pasaba la delicada situación.
“Tengo a tu hijo (perdido) laburando” o “qué linda que está tu hija (desaparecida)” expresaban los impertinentes mensajes de textos a los que también se le sumaban llamadas telefónicas de la misma índole. “Preferimos gestionar las llamadas nosotros para mayor seguridad”, concluyó García.
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