“Estoy destruida, es un baldazo de agua, no me esperaba esto”

Fueron 17 días de una intensa búsqueda por parte de familiares, amigos, vecinos, allegados y fuerzas policiales que, lamentablemente, terminaron de la peor manera. María Ángela Francioni, de 72 años, fue encontrada sin vida este jueves en un pastizal de la calle Luis María Drago y las vías del Ferrocarril San Martín, a 800 metros del paso a nivel, camino a Estancias del Pilar.

Durante días sus seres queridos se organizaron y la buscaron: empapelaron la zona cercana a su vivienda, ubicada en la calle Lauría, y otros puntos estratégicos de Pilar con un panfleto que abogaba por su búsqueda, se reunieron frente a la Parroquia Nuestra Señora del Pilar para orar por su aparición, se movilizaron, hicieron público el caso y movieron cielo y tierra para dar con María Ángela.

Con la mala noticia, llegó la tristeza para sus seres queridos y para los pilarenses, seguido por el deseo de comprender qué fue lo que realmente pasó aquel 22 de agosto cuando María Ángela dejó su vivienda.

“Estoy destruida, es un baldazo de agua, no me esperaba esto. Quería encontrarla pero viva”, dijo a Diario Resumen, Andrea Loncon, hija de María Ángela. Respecto de la teoría de que podría haber caminado sola hasta allí, aseguró: “no se nada aún, porque hasta que no hagan las pericias, no sé nada, no sé si caminó, tomó colectivo, no lo sé. Solo me dijeron que estaba como salió que no tenía lesiones, golpes, nada”.

Andrea, por último, recordó a su madre, con gran emoción y la describió como una gran persona. “Ella era muy querida, porque trataba siempre de ayudar a las personas, no tenía problemas con nadie. Ella siempre sonriente, feliz. No le gustaba tener problemas con nadie”, dijo.

Quien también charló con nuestro medio fue María Laura, sobrina de María Ángela, quien afirmó que como familia, están intentando sobrellevar la falta de su tía y todo lo que ha ocurrido. “Estoy consternada por todo esto. Somos una familia que de repente se encuentra con una persona fallecida, en cuestiones muy confusas”, aseguró.

Sobre su tía, María Laura habló con palabras de amor y admiración: “mi tía era la persona más buena, pulcra, amante de su familia, una persona con mucho coraje, muy decidida desde joven. Llegó a Pilar a trabajar, a la fábrica Johnson donde se hizo su primer ramillete de amistades, que están vigentes. En pandemia hizo cursos de tejido, bordado”.

“Era una persona muy solidaria, cuidadosa de su salud, su imagen. Era una persona con proyectos, a nosotros como sobrinos siempre nos brindó una mano, siempre estuvo ahí, fue una tía muy presente. Ella no se merecía este final, era una persona muy dinámica, con muchos proyectos de vida”, contó emocionada y añadió: “mi tía es una genia”.

Por último, pidió que se ponga el foco en que “ella apareció muerta y hay que investigar por qué”, para que como familia puedan descubrir qué pasó y para que María Ángela, descanse en paz.