La medida se dispuso luego de que se lograra comprobar la violencia de género ejercida. Los relatos de Julieta Coch, hija de la víctima y sobreviviente del ataque, fueron claves.
El pasado 28 de abril en pleno aislamiento social, preventivo y obligatorio, Miguel Ángel Massolo atacó brutalmente a su ex pareja Patricia Frete en la vivienda del barrio Villa Verde. Como resultado del feroz ataque Patricia fue asesinada y la hija de ella, Julieta Coch, herida al intentar defender a su madre.
Semanas después el Juez de Garantías Nº 6, Nicolás Ceballos, avaló las actuaciones realizadas por la Fiscal de Género, Carolina Carballido, y la detención de Massolo se transformó en una prisión preventiva.
El magistrado dispuso la medida por los delitos de “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género” en perjuicio de Patricia Frete y “femicidio en grado de tentativa” en el caso de Julieta Coch de 24 años, la hija de la víctima.
Fue informado que para tomar la decisión se hizo referencia a un altercado ocurrido en 2018, probando así la violencia de género ejercida, donde la hija contó que se sintió intimidada al ver a Massolo afilando sus cuchillos y haciendo gestos sugestivos hacia ella, en virtud del pedido de exclusión que solicitara su madre en ese entonces para que se marche del inmueble de la calle Corbeta Belfast al 1600, del barrio Villa Verde.
Desde ese momento Massolo vivía en el quincho de la vivienda, e incluso le solicitaba dinero a Frete para mudarse. Resumen pudo averiguar que días antes del crimen, se encontraba buscando alquiler “cerca de la estación de trenes”. Además, en marzo la víctima había pedido que se concrete el divorcio.
Según la reconstrucción de la fiscal Carolina Carballido Catalayud, aquel 28 de abril Massolo ingresó a la vivienda con una llave, lo cual no era habitual y golpeó a Patricia y a su hija con los puños, luego las lesionó con un cuchillo que llevaba en sus prendas. Julieta Coch intentó defender a su madre, interponiéndose e incluso, fue en busca de ayuda.
Cuando regresó, su madre había sido asesinada por Massolo: éste la había degollado y luego, se había cortado el cuello y la muñeca izquierda, intentando quitarse la vida.
El juez Ceballos destacó en su resolución la labor de la fiscal Carballido por haber concurrido al lugar del hecho donde tomó en el momento declaraciones testimoniales clave, así como también conseguir el relato pormenorizado de la víctima Julieta Coch, quien había sufrido cortes en su nariz, un pómulo, el cuello, el tórax y ambas muñecas. El imputado se encuentra alojado en una seccional policial de Pilar a la espera que el Servicio Penitenciario Bonaerense otorgue cupo para poder alojarlo en alguna unidad.
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