Dos semanas después del asesinato de Roberto Wolfenson en su casa de La Delfina, la investigación se encuentra en un punto muerto y las internas familiares no hacen más que enturbiar el panorama.
Para la pareja del empresario, Graciela Orlandi, el móvil del crimen fue un robo. Así lo declaró ante el fiscal Germán Camafreita, a cargo de la investigación, y por eso ha presentado un abogado propio para defender sus intereses.
Sin embargo, los hijos de Wolfenson no están de acuerdo con esta teoría. Esteban y Laura Wolfenson creen que el crimen pudo haber tenido un móvil económico y han pedido a la justicia que investigue las cuentas bancarias y las propiedades de su padre en el exterior.
Las dos partes también se encuentran en conflicto por el acceso a la computadora de la víctima. La hija de Orlandi reconoció haber ingresado al dispositivo y grabado las últimas conversaciones de Wolfenson en un video, algo que no ha gustado a la familia del empresario.
Mientras tanto, la investigación sigue sin avances significativos. No hay una hipótesis clara sobre el móvil del crimen ni sobre la identidad del autor o autores. Los peritajes informáticos y el análisis de las antenas de telefonía podrían arrojar algo de luz sobre el caso, pero por ahora las incógnitas siguen siendo muchas.
La interna familiar no hace más que dificultar la investigación. Las dos partes se encuentran en una posición de desconfianza mutua y esto podría entorpecer el trabajo de la justicia.
Es importante destacar que la investigación aún está en curso y que es posible que en los próximos días o semanas se produzcan nuevos avances.
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