Al menos 19 personas -14 hombres y cinco mujeres-, fueron detenidas, acusadas de integrar una banda que estafaba vía telefónica y con el penal cordobés de Bouwer como centro de operaciones, accediendo a las cuentas de beneficiarios que habían cobrado el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), en una maniobra en la que recaudaron alrededor de 18 millones de pesos por mes.
Según informó Télam, fuentes judiciales indicaron que las detenciones fueron realizadas tras 44 allanamientos pedidos por el fiscal general adjunto de San Isidro, Patricio Ferrari, quien encabezó una investigación de seis meses que recopiló 70 hechos cometidos por esta organización e incluyó el análisis de 6.000 llamados mensuales que realizaba la banda.
En la detallada investigación, se describió que la banda estaba conformada por nueve personas que operaban dentro de la cárcel cordobesa, quienes realizaban los llamados extorsivos, y otros diez cómplices fuera del penal que se encargaban de realizar la logística de cobro.
Se calcula que la banda delictiva comenzó a operar desde el 26 de marzo de este año, luego de decretarse el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio por la pandemia de coronavirus.
El modus operandi de estos delincuentes se basaba en realizar llamados a personas que eran beneficiarios del IFE haciéndose pasar por empleados de ANSES y/o de empresas multinacionales. Y de esa manera, llegaron a al menos 70 víctimas en las localidades de Pilar, San Isidro, San Fernando y Tigre.
Una vez que lograban obtener la atención de la víctima, la hacían dirigirse a un cajero automático y les solicitaban que modificaran las claves personales y que se las comunicaran para de esta manera vaciar las cuentas bancarias y solicitarles préstamos personales.
“Un valor promedio de estafa cercano a los 50.000 pesos (teniendo en cuenta que hay hechos que van desde los 3.500 hasta los 600.000 pesos aproximadamente) nos muestra valores estimados de 1.500.000 pesos mensuales de recaudación por operador y con mínimos costos”, describieron los investigadores.
Tras las denuncias de los damnificados, el fiscal general de San Isidro, John Broyad, ordenó comenzar con la investigación y puso al frente de ella a su adjunto, el fiscal Ferrari. Una vez finalizada la investigación, tras cuatro meses de cruzamientos de llamados e información, el juez de Garantías 7 de Pilar, Walter Saettone, avaló el pedido del fiscal Ferrari para realizar 44 allanamientos en las celdas de la cárcel de Bouwer y en los domicilios particulares de los acusados.
Además de los nueve detenidos en el penal cordobés, se apresaron a diez imputados que realizaban la logística para los cobros y se está investigando la participación de al menos 30 personas más, que se cree que actuaron de “bancarios”, es decir, prestaron su nombre para realizar las transferencias con el dinero robado Por último, las fuentes señalaron que a todos los acusados se les inmovilizaron las cuentas bancarias y se secuestraron los celulares de los responsables, quienes quedaron imputados por el delito de “asociación ilícita y estafas reiteradas”.
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