La justicia le secuestró al femicida Fernando Farré, condenado a prisión perpetua por el crimen de su mujer Claudia Schaefer en 2015 en el country Martindale, dos celulares en su celda del penal de Bahía Blanca, luego de que una fiscal y la querella denunciaran que el condenado hostigaba por redes sociales a testigos de la causa.
El allanamiento se produjo el jueves pasado en el sector B del módulo de la Unidad 4 de Bahía Blanca del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), destinado a pacientes de riesgo ante el coronavirus, donde Farré (56) cumple su condena.
De acuerdo al acta de secuestro realizada por funcionarios del SPB -y a la que Télam tuvo acceso, al femicida le encontraron el celular marca Samsung modelo Core Prime SM-G361F que tenía registrado de manera oficial desde el 15 de abril a partir de la resolución que permitió a los presos tener teléfonos móviles por las suspensión de la visitas ante la pandemia, pero además le secuestraron un segundo aparato clandestino también marca Samsung modelo J2 Prime SM-G532M.
El procedimiento fue ordenado por el juez Esteban Andrejin, del TOC 2 de San Isidro. El magistrado hizo lugar a una presentación conjunta realizada por la fiscal de la causa, Carolina Carballido Calatayud, y el abogado Jorge Sandro, quien representa como particular damnificada a la familia de Schaefer
En esa presentación, Carballido informó que había recibido en su celular oficial mensajes de un testigo que declaró en el juicio y también de la hermana de la víctima, Sandra Schaeffer, en los que le comunicaban que Farré los estaba hostigando desde el penal a través de distintos perfiles de Facebook, algunos creados con nombres de personas vinculadas a la causa.
Incluso Sandra contó que recibió una solicitud de amistad del perfil de Farré que ella bloqueó y que luego se enteró que a través de Facebook, Farré había intentado contactar a su hija mayor y que incluso le había mandado un mensaje a una amiga de la joven para preguntarle por un número de teléfono.
“Ambas personas que se pusieron en contacto con la fiscalía manifestaron sentirse hostigadas y con temor por el insólito e insistente acoso de Farré, refiriendo no entender, además, cómo una persona privada de su libertad y condenada a prisión perpetua tiene en su poder medios de comunicación que le permiten intimidar a familiares directos de la víctima, testigos del juicio y allegados de estas personas mediante una maniobra de corte tenebroso”, sostuvo la fiscal.
Ante el secuestro de los celulares, el abogado defensor de Farré, Jorge Césaro, presentó un pedido de recusación del juez Andrejin en un escrito en el que además consideró la medida arbitraria y en el que él se atribuye ser quien le maneja a Farré los perfiles de sus redes sociales.
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