A poco menos de un mes de la crucial votación a llevarse a cabo el próximo 27 de octubre, los ciudadanos de a pie son sometidos a un bombardeo de propuestas voluntaristas por parte de la principal oposición que poco aportan a la solución de la compleja realidad argentina.
Por estos días el INDEC -Instituto Nacional de Estadística y Censos- dio a conocer el índice que representa la última medición de la pobreza en nuestro país. La pobreza llegó al 35,4% en el primer semestre del año cuando un año atrás era de un 27,3%. Una lamentable realidad si además tenemos en cuenta que el 52,6% de los niños que habitan este suelo son pobres. Esta noticia nos entristece, porque es un sonoro fracaso de las políticas económica y social desarrolladas no sólo por el gobierno de turno, sino también por varios gobiernos anteriores. A ello contribuyeron por cierto todos los sectores de la sociedad.
Recordemos que cuando el kirchnerismo-cristinismo dejó el poder en diciembre de 2015 la estimación de la pobreza rondaba entre el 30 y el 32%, ya que para ese entonces no existían las mediciones oficiales. Todavía resuena lo expresado por el hoy candidato a gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, en cuanto a que el gobierno que integraba no medía la pobreza “…porque hacerlo implicaba estigmatizar a los pobres”. Curioso comentario de alguien militante de un movimiento que se dice nacional y popular.
La pobreza lejos de ser una virtud como sostiene el ex presidente uruguayo José Mujica, a mi juicio es una carencia. En este caso es propia de un país, que pese a la opinión de algunos políticos anacrónicos, no es rico. Este país tiene muchos recursos pero inexplotados por lo que en el mejor de los casos deberíamos autocalificarnos como país en vías de desarrollo. Entiendo que un país rico, es aquel en el que la mayoría de sus habitantes goza de una buena calidad de vida sustentable en el tiempo.
Esta descripción nos transporta lamentablemente a la difícil situación por la que atraviesa Venezuela. En el país caribeño el dictador Nicolás Maduro alienta a la ocupación de las viviendas vacías de aquellos ciudadanos que huyeron al exterior. A este proceder Maduro lo denomina “justicia social”. En paralelo y dada la emergencia alimentaria que sufren los venezolanos, recorre escuelas arengando a los alumnos a que llenen los establecimientos educativos de gallinas para paliar en alguna medida la hambruna que azota al hermano país. Como se advierte estamos en presencia de un supuesto “estadista” para algunos, cuando en realidad se trata de un dictador que viola sistemáticamente los derechos humanos y por ende condena al sufrimiento a sus compatriotas.
Vale la pena recordarle a Maduro que su mentor y sostenedor político-militar, es decir el régimen cubano, recurre por estos días a la tracción a sangre para paliar una grave crisis energética que padece Cuba. Se usan caballos y bueyes en el transporte y la agricultura. Un modelo ejemplar socialista del que deberían tomar nota muchos dirigentes políticos y sociales argentinos que responden al Papa Francisco.
Hace unos días con el declarado objeto de atender a los más necesitados los legisladores votaron en el Congreso Nacional, primero los diputados y luego los senadores la emergencia alimentaria. Cabe señalar que con un decreto del Ejecutivo hubiera sido suficiente ya que se trató de una actualización de partidas para atender la coyuntura. La ley de emergencia alimentaria rige en nuestro país desde 2002. Ambas Cámaras se reunieron, en sucesivas semanas, en la primera sesión del año y todos los legisladores votaron con gran premura tratando de demostrar una gran “dedicación” al trabajo.
Este proceso contribuyó a poner el foco sobre la política y sus dirigentes. Es así, que se dio a conocer un informe elaborado por el economista privado Roberto Cachanosky sobre el costo del Congreso Nacional argentino. Los costos resultantes por diputado y por senador se comparan con los costos por diputado y por senador con los vigentes en España. Esta comparación obedece, según el autor, a que ambos países tienen aproximadamente la misma cantidad de habitantes. Concretamente se plantea en el aludido informe, que sin considerar los gastos que insumen la Biblioteca y la Imprenta del Congreso, un diputado le cuesta a los argentinos dos veces lo que le cuesta un diputado a España. Y que un senador le cuesta a los argentinos diez veces lo que le cuesta un senador a España. Que cada diputado y/o senador nacional disponga de 30 o 40 “asesores colaboradores” es una flagrante agresión a todos los ciudadanos de este país que trabajan y pagan sus impuestos. Es de esperar que gane quien gane las próximas elecciones, el tan anunciado ajuste a llevarse a cabo se concentre esta vez en la política. Y este ajuste debería enfocarse en primer término en los cuerpos legislativos nacionales, provinciales y municipales. Al mismo tiempo debería encararse por primera vez en más de 50 años una reforma cualitativa de los poderes ejecutivo y judicial. Es decir, no limitarse al recorte de partidas presupuestarias que si bien pueden generar algún ahorro no contribuyen a mejorar el funcionamiento del Estado. Estaría bueno que cada uno de los ciudadanos que habitamos este bendito suelo, tomemos conciencia de esta urgente necesidad y exijamos a quien gobierne que lo haga efectivo.
El martes pasado se cumplieron 70 años del nacimiento de la República Popular China. Hoy el país asiático, que disputa el liderazgo mundial con los EEUU, es el segundo socio comercial de la República Argentina ya que Brasil sigue siendo el primero. La administración Macri trabajó con empeño y perseverancia con el objeto de abrir, entre otros, el mercado chino a los productos argentinos. Y los primeros resultados ya se concretan, sumándose a la exportación de soja la creciente exportación de carne bovina y porcina argentina. Esta relación virtuosa no solo con China sino con el mundo, debería proseguirse e incrementarse sea quien fuera el que ocupe la administración nacional a partir del próximo 10 de diciembre.
También entiendo vale la pena destacar las bases que han contribuido al sostenido crecimiento chino. Semejante desarrollo del gigante asiático se asentó en una gran capacidad de trabajo, una gran organización con respeto por el orden y las jerarquías, válidas ellas tanto para la actividad pública como la privada. Sin olvidarnos por cierto en el desarrollo de una permanente innovación tecnológica y una muy baja tolerancia a la corrupción que abarca a la actividad pública y privada. Para tener en cuenta, sin duda, estimado lector en estos tiempos complejos y a veces turbulentos de la vida nacional.
En el plano interno la cúpula de la Unión Industrial Argentina recibió al candidato Alberto Fernández en una reunión de casi dos horas. Llevada a cabo en la provincia de Tucumán tuvo como anfitrión al gobernador Juan Manzur. Sí, el mismo que usó el avión de la gobernación, para que el diputado Fernando Espinoza y la intendente de La Matanza Verónica Magario viajaran a su provincia para asistir a un encuentro político partidario. Al cabo de la reunión el presidente de la UIA Miguel Acevedo blanqueó su apoyo a Fernández manifestando que el candidato “…va a tener una mirada productiva”. Del como llevará adelante una política industrial ni noticias. Acevedo fue a esa reunión luego de sostener dos días antes una suerte de contrapunto con el Presidente Macri. Acevedo en ese encuentro de la Unión Industrial de Córdoba se retiró del evento sin escuchar el discurso del Presidente. Un acto de “militancia empresaria” que demuestra un claro desprecio por la libertad y el diálogo, constituyendo un claro destrato hacia el Presidente de todos los argentinos.
A propósito del exabrupto mencionado en el párrafo anterior, me permito recomendarle a Acevedo que lea el reportaje a la destacada emprendedora, productora y empresaria artística Cris Morena. Esa entrevista fue publicada por el diario La Nación el pasado 21 de septiembre. Entre otras cosas Cris Morena señaló “...Pese al contexto, hoy es el momento para pegar el salto”. Y agregó “…No somos buenos empresarios. No somos buenas personas. No hay derecho. Hay que acompañar lo que está pasando de la mejor manera posible, pero con el corazón y la inteligencia, de entender que si no salimos todos, no sale nadie”. Eso lo dijo la argentina que se prepara para debutar en Netflix, después de cerrar la venta del formato Rebelde Way.
Por último se formalizó la unión de la CGT con la CTA que parece conducir el ex – docente Hugo Yaski. Esta unión gremial en tiempos de campaña es una más de las tantas que se concretan para ganar una elección, llegar al poder y después ver que se hace. En la próxima columna profundizaré el análisis sobre el particular.
Por Fernando Robles, analista político y economista
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