Infinidad de recuerdos y anécdotas invaden mi mente si cierro por un instante los ojos y traigo al presente lo vivido como periodista en Resumen.
A Augusto Zamarripa (padre) y a Irma (su esposa) los conocía de Radio Difusora América pues compartíamos el mismo día al aire, no así a su hijo quien llevaba adelante el periódico. Llegué a la oficina de la calle San Martín y, con mucha ansiedad, me presenté. Recuerdo una charla amena y una consigna clara para comenzar a trabajar (yo estaba cursando los primeros años de la carrera).
Esas notas de color, que podían abarcar temas tan amplios como moda, decoración o turismo, me abrieron las puertas a la gráfica, me dejaron ser parte de una hermosa familia y me permitieron, con el correr del tiempo, trabajar diariamente en Resumen.
Existen muchísimas noticias que me marcaron como periodista, ya sea por la manera en la cual pude llegar a realizarlas, o por el tenor de las mismas, o tal vez por el peso de las declaraciones obtenidas.
Una de ellas fue durante una de las mayores inundaciones de Pilar. Por conseguir la nota no dudé en subirme a un carro con dos desconocidos, internarme en el Luján con el agua tocando el fondo del vehículo y escuchar al conductor decir (cuando llegamos a la última casa del barrio): “Cachito, mirá la joyita que trajimos”. Hacía muy poco que había ocurrido el crimen de las dos mochileras en el sur y recuerdo que esos titulares irrumpieron en mi mente. El miedo me invadió, no lo voy a negar, y comencé a gatillar fotos por si me pasaba algo. Afortunadamente la frase dicha era un elogio. Charlamos por varios minutos, comprendí lo que estas familias vivían y sentían con cada inundación. Y las crecidas del Luján nos permitieron conversar en varias oportunidades más, muchas más, hasta que una de ellas se llevó la vida de este hombre.
Por aquellos años cubrir política no era lo que más me apasionaba, aunque después me encantó, pero sí recuerdo entrevistar a un ex intendente que me afirmó estar “más allá del bien y del mal”, casi desconociendo el valor de las urnas, y a quien a los pocos días el voto popular sacó de la comuna. Esas declaraciones, esos textuales, algunos lugares, muchos personajes y gran cantidad de imágenes quedan grabadas a fuego en la memoria a pesar del tiempo transcurrido.
Y cierro los ojos y me permito recorrer cada uno de los espacios de Resumen. En este camino puedo ver a Aníbal Zanetti corrigiendo las noticias; a Alicia pautando publicidades, a mi querida Irma con su elegancia y simpatía, a Jorgito Suarez acercando las notas deportivas, a Titi Villar con los comentarios y detalles de sus columnas, puedo escucharme reír a carcajadas con los dichos de Analía Soria, contemplar a Susana Serantes (esposa de Augusto) con su guardapolvo de dire del jardín, charlar con Sebastián, Facundo y Matías; escuchar también las offset imprimiendo cada página, percibir el olor a tinta.
Y allí me veo, concentrada en la nota que estoy escribiendo, acompañada de mi grabador, mi anotador y una pavita roja que habilita unos buenos mates. Y al llevar mi mirada hacia la derecha puedo observarlo a Augusto, Zama para los conocidos, detrás de su escritorio haciendo cuanto se necesita para que el diario salga, para que el diario crezca, para que avance.
Y así como creció Resumen, también lo hizo su familia y cada una de las personas que fuimos, somos, y seremos parte de su historia. Brindo por sus 60 años de vida y por los que vendrán.
Dejar un comentario