Por Gustavo Giacomo
La decisión de la Academia Sueca de otorgar el Premio Nobel de Química a un grupo de científicos que dedicaron su vida a investigar el Litio, colocó en el centro del tablero mundial a la Argentina y a este elemento de extraordinarias propiedades. Es el metal más liviano, con la mitad de la densidad del agua. Pero a esta virtud suma su capacidad de conducir y almacenar electricidad. Una batería basada en el litio tiene una alta densidad de energía.
El litio es un mineral indispensable hoy por la importancia que tiene en las baterías de celulares, computadoras portátiles, autos eléctricos y otras maquinarias de la industria. Ya es considerado el “oro del futuro” y los países con reservas de litio se han convertido en exportadores mundiales de un material cada vez más valioso. Ya hace años que había ganado espacio en la industria electrónica, en particular con la expansión del mercado de teléfonos inteligentes. Pero ahora su demanda crece a los saltos, motorizada por un fuerte aumento en la fabricación de baterías utilizadas para vehículos eléctricos.
Argentina es uno de los principales productores de este mineral y juega en las grandes ligas. El Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS) ubica a la Argentina en la cuarta posición en la producción mundial de litio, por detrás de Australia, Chile y China, con unas 873.000 hectáreas disponibles de explotación. Además, nuestro país junto con Bolivia y Chile conforman el “Triángulo del Cono Sur del Litio”, ya que los tres países concentran el 80 por ciento de las reservas mundiales del llamado “oro blanco”. Impulsadas por la transformación de la industria automotriz, se estima que las ventas de litio en el mundo van a llegar a 7700 millones de dólares en 2022.
En Argentina, el litio hallado es de alta concentración y con pocas impurezas. Eso es provocado por el ingreso de manantiales hidrotermales que agregan litio al salar y al reservorio de salmuera. Así, los salares argentinos donde se extrae este material están distribuidos en Salta (41%), Jujuy (37%) y Catamarca (22%). El creciente interés de varios países como Japón, Corea del Sur, China, Australia, Estados Unidos, Canadá y Francia en la extracción y comercialización en el norte argentino es cada vez más intenso.
Hoy Argentina exporta dos productos primarios: el carbonato de litio, que constituye el 93 por ciento de nuestras exportaciones, y el cloruro de litio. Más allá de cierto agregado de valor de la minería, a partir de la exitosa extracción del carbonato de litio de la salmuera, hoy no existe ningún producto industrializado luego de este proceso primario.
Argentina tiene potencial para convertirse en el principal productor mundial de carbonato de litio. No solo las condiciones naturales parecen beneficiar al país, sino que el marco normativo es, en relación a sus vecinos del triángulo, particularmente favorable para la llegada de inversiones orientadas a la explotación de los salares, explica el informe oficial "Litio en la Argentina”, presentado en septiembre por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación.
Jujuy picó en punta en junio pasado, cuando la provincia se asoció a la empresa italiana SERI, que tiene una larga trayectoria en la fabricación de baterías de litio en Europa. “La colaboración entre la empresa italiana y la provincia de Jujuy es una iniciativa totalmente innovadora, ya que permitirá la trasformación de un recurso natural, el litio, en un motor de desarrollo económico. Así, gracias al know how italiano el sistema productivo jujeño se integra en la cadena de valor internacional en un sector estratégico para el futuro de ambos países.
El proyecto en marcha es un emprendimiento público-privado que trabajará en coordinación con el Instituto del Litio para la incorporación de la tecnología especializada y la transferencia de conocimientos de todo el proceso de este mineral. Es decir, que a diferencia de las empresas extranjeras que hasta ahora se radicaban en Jujuy, Salta o Catamarca para extraerlo y llevarlo a sus países para la producción de baterías, en este caso la novedad es que las baterías se harán en Argentina. Además, la empresa italiana que la producirá en Jujuy tendrá mayor exclusividad que los países asiáticos a la hora de ingresar las baterías a la Unión Europea.
Respecto a la importancia que suma el litio hay que destacar que es el único componente que no se reemplaza en una batería. Por eso se habla de baterías de litio-ion o ion-litio, hay tanto interés en el litio argentino y sudamericano en general. Incluso las futuras baterías, ya no serían de litio-ion sino de litio metálico. Los cálculos termodinámicos indican que las baterías basadas en litio metálico tendrían, en el mismo peso que la batería actual, muchísima más capacidad. El futuro de litio parece no tener techo y su demanda mundial crece día a día.
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