Más de un siglo de una actividad que en las últimas dos décadas ha sabido construir su prestigio en Argentina.
Por Mg. Máximo Paz
Decano Ciencias de la Educación y Comunicación Social de la Universidad del Salvador
Las relaciones públicas no son una cosa nueva. Si bien el periodista Ivy Lee fundó la primera agencia de relaciones públicas en Boston en el año 1906, pueden rastrearse antecedentes del tema en la Grecia antigua y el ejercicio de la persuasión (en el Ars Rhetorica de Aristóteles); también en Egipto, cuando los consejeros del faraón lo orientaban en distintas materias de índole pública e inclusive en la acción de exploradores como Magallanes o el mismo Julio César, quien hizo publicar su biografía para dar a conocer sus proezas militares, se incluyó el germen que luego haría florecer a esta práctica profesional.
Durante las primeras décadas del siglo XX, esta joven disciplina se mezcló confusamente con la publicidad y la propaganda. Y sobre todo la acción política utilizó su poder de influencia para movilizar a la opinión pública, controlar a los sindicatos o promover la participación en la Segunda Guerra Mundial, a través de la radiodifusión. Pero aún su rol y función social no estaba totalmente perfilados.
Será luego de la posguerra, y durante el pleno empleo de la década de 1950 que esta actividad se va a asociar al desempeño legal de las grandes compañías del mundo, que iniciaban su proceso de globalización. De manera que abogados corporativos estrenaron el cargo de “director de asuntos públicos”, defendiendo los intereses y la reputación empresarial en el mercado del consumo masivo. Fueron los verdaderos pioneros de esta actividad para la mayoría desconocida, hasta que comenzó a enseñarse en la universidad. ¿Qué vas a estudiar querido? ¿Relaciones Públicas? ¡¿Qué es eso?!...
Y será desde el año 1960, que se va a celebrar, cada 26 de septiembre, en todo el continente el Día Interamericano de las Relaciones Públicas, gracias a la iniciativa del relacionista mexicano Federico Sánchez Fogarty. En 2019, dentro de unos días, la fecha va a coincidir con el 15º aniversario de nuestra licenciatura en Relaciones Públicas de la Universidad del Salvador.
¿Qué hay de Nuevo, viejo?
Más de un siglo no es poca vida para las Relaciones Públicas, una actividad que en las últimas dos décadas ha sabido construir su prestigio en Argentina, en base a la creciente especialización de sus profesionales y de las herramientas que se utilizan en su ejercicio. Pero todo tiene una contrapartida: a su consolidación le siguió una crisis de identidad, que tiene que ver con la integración de disciplinas.
Porque si hay algo que ha afectado a esta profesión es la tecnología digital. Todas las agencias de relaciones públicas y relación con los medios hoy sufren de una clara transformación: su integración con las comunicaciones integradas de marketing, la comunicación digital y por supuesto, la gestión de las relaciones públicas a través de las redes sociales.
Si un profesional del sector antes sólo necesitaba saber cómo escribir –y muy bien–; hoy, además, necesita dominar el uso de las historias de Instagram, la programación y calendarización de contenidos a través de Hootsuite, o la posibilidad de realizar campañas mediante el administrador de LinkedIN.
Y sin olvidarnos de la regla de oro de Internet: el contenido es el rey. Por lo cual, un comunicado de prensa, hoy es una pieza más en un complicado engranaje de contenidos textuales y audiovisuales que permiten lograr un mejor relacionamiento con periodistas, editores y… claro, ¡influencers!
Los influenciadores: hiper-segmentados, hiper-profesionalizados, ya dejaron de ser una novedad, y forman parte indiscutida del ecosistema de comunicaciones integradas de cualquier marca: mamás bloggeras, gamers adolescentes –y no tan adolescentes–, críticos de cine, food tasters… Youtube ha permitido el florecimiento una colorida fauna de profesionales de la opinión virtual. Muchos de ellos, antes se llamaban a sí mismos “periodistas”. Y tientan a las grandes empresas con sus varios miles de seguidores. A veces millones.
En el espacio saturado del mercado de consumo posmoderno, las relaciones públicas viven con fuerza la necesidad de construir reputación de compañías, políticos, instituciones e individuos. Y se debaten en la revolución digital que está en alza. Pero no olvidemos que todo tuvo un inicio: Cristóbal Colón necesitó usar todo su poder de relacionamiento para convencer a Isabel de Castilla de explorar el Nuevo Mundo y que hoy usted pueda leer esta nota, y yo pueda escribirla. Por todo esto, celebramos la relación y… ¡Feliz Día Interamericano de las Relaciones Públicas!
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