Los ciudadanos de a pie resisten el duro e inevitable ajuste, consecuencia de la hipoteca que dejó “la década ganada”, tratando de llegar a fin de mes y soportan ataques contra la convivencia democrática.
El próximo domingo se llevará a cabo en Brasil el balotaje que ha de consagrar al nuevo presidente del hermano país. Todo pareciera indicar que Jair Bolsonaro se encamina a ganar las elecciones en la segunda vuelta. Su llegada al poder a contramano de lo que opinan algunos analistas, a mi juicio contribuiría a consolidar un polo latinoamericano que enfrente con éxito al anacrónico y corrupto populismo que le tocó vivir recientemente a buena parte de la región.
En el orden nacional la inmensa mayoría de los argentinos muestran su temple en medio de la inflación y recesión por la que atraviesa la economía. Esto tiene que ver con cambios en el consumo tendientes a maximizar los ingresos afectados por la inflación. Es así que se percibe que una parte importante de la población, realiza ajustes en gastos en entretenimiento y bienes durables. Se deja de lado la concurrencia al gimnasio y se considera la posibilidad de tomar vacaciones más cortas que las gozadas durante el verano anterior. Asimismo, crece la compra de segundas o terceras marcas y también se postergan la compra de un inmueble, la compra o cambio de un auto y la refacción de una vivienda. Todo ello pone a prueba la capacidad de resiliencia de todos nosotros. Dicho más llanamente desafía nuestra capacidad de aguante frente a la adversa coyuntura económica.
Esta capacidad queda superada frente al asombro que generan recientes acontecimientos políticos, gremiales y eclesiásticos. La misa llevada a cabo el pasado sábado en la basílica de Luján constituye un acto digno de ser incorporado al libro de los records. A esa misa convocada por el camionero Hugo Moyano asistieron además de su familia, dirigentes de ciertos sectores del justicialismo, sindicalistas y fue presidida por el arzobispo de Mercedes-Luján Agustín Radrizzani.
Recordemos que el pasado miércoles 17 de octubre Hugo Moyano fue recibido por el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina el obispo de Lomas de Zamora Jorge Lugones. Vale la pena repasar la historia de Lugones. Es hermano del ex-interventor de la policía bonaerense en tiempos de Eduardo Duhalde y tío del ex–intendente durante el kirchnerismo-cristinismo de la ciudad de La Plata Pablo Bruera. Los platenses lo recuerdan, entre otras cosas, por el otorgamiento sin control de innumerables permisos de construcción y la devastadora inundación acaecida en 2013. También es tío de Mariano Bruera con problemas judiciales a quien el tristemente célebre ex-juez César Melazo, actualmente preso, excarceló de manera cuestionable.
En cuanto al anfitrión de la misa convocada bajo el lema de “paz, pan y trabajo” devenida en un plural acto opositor al Gobierno que se montó en la basílica de Luján, el arzobispo de Mercedes-Luján Agustín Radrizzani es dable recordar algunos datos. Conservó un estrecho vínculo con Oscar Parrilli ex–secretario general de la Presidencia del kirchnerismo-cristinismo. Esa relación data desde que se desempeñó como obispo de Neuquén y supo mantener una cordial relación con el matrimonio presidencial, aún en los tiempos de extrema turbulencia en la relación entre Néstor y Cristina con el por entonces cardenal Begoglio. En más de una ocasión agradeció públicamente a los dos, por los fondos que el gobierno nacional le aportó para la restauración de la emblemática basílica. En su diócesis está ubicada la construcción en la que las religiosas recibieron al ex–secretario de Obras Públicas José López con los bolsos conteniendo 9 millones de dólares.
En los primeros días de octubre el obispo de La Plata Víctor Fernández participó de una oración por la paz junto a dirigentes sociales como Emilio Pérsico y sindicalistas antimacristas como el abanderado de la escuela privada, Roberto Baradel. A estas autoridades de la Iglesia Católica, todas en total sintonía con el Papa Francisco, se suman sus punteros que forman parte de algunos movimientos sociales, políticos y sindicales. Grabois, Menéndez, Pérsico, Vera, Valdez, Bárbaro, la familia Moyano, Pignanelli y siguen las firmas.
Otro dato significativo que tiene que ver con este sector lo aportó el periodista Carlos Pagni en una columna publicada por el diario La Nación refiriéndose a la directa participación o no de Bergoglio en la interna peronista y en el devenir del polo antimacrista. Termina su nota diciendo “…Pero hay un dato que confunde, desde hace más de un año llega desde el Vaticano el obispo Marcelo Sánchez Sorondo para encabezar reuniones con Moyano y Vera. Una de ellas se celebró en la biblioteca del sindicato de Camioneros. Fue un Congreso Antimafia. El juez Garzoglio, agradecido….”. Surge con claridad la fuerte tensión existente entre la Iglesia y el Gobierno, y también la existente dentro de la misma Iglesia Católica. Por ello, algunos integrantes de la coalición Cambiemos mencionan en privado “…que en lugar de ser el representante de Cristo en la tierra, a veces Bergoglio parece ser el representante de Perón en la tierra…”. Recordemos que el ex–presidente Perón falleció en 1974, hace apenas 44 años.
Violencia bochornosa
El pasado miércoles 24 asistimos a otra puesta en escena de violencia bochornosa, con ribetes claramente golpistas contra el orden institucional. Ese era el día en que se trataba la aprobación del proyecto de ley de Presupuesto Nacional para 2019 que en su oportunidad presentara el Ejecutivo a la Cámara de Diputados de la Nación. En efecto, al igual que en diciembre de 2017, alrededor de unos 300 forajidos ubicados en la Plaza de los Dos Congresos destruyeron el espacio público y agredieron a las fuerzas policiales y de Prefectura. La excusa para semejante violencia era “que no se debe aprobar el presupuesto del Fondo Monetario Internacional”.
En tanto dentro del recinto, algunos diputados de la izquierda y kirchneristas-cristinistas vociferaban aludiendo a la imposibilidad de sesionar dada la “brutal represión que se desarrollaba en la plaza”. Al mismo tiempo algunos diputados como Leonardo Grosso, Lucila De Ponti, Nicolás del Caño y Andrés Larroque bajaron del recinto a la calle y hasta se treparon algunos de ellos a las vallas para incentivar la protesta.
Recuerdo que en diciembre de 2017 la diputada Victoria Donda, hoy junto al ubicuo Felipe Solá y Cristina Fernández de Kirchner, declaraba que “…las leyes se ganan en la calle…”. Nada más equivocado que ello. Hay que leer la Constitución Nacional y atenerse a ella. Los promotores, ejecutores y partícipes que generaron estos episodios no creen en la Democracia ni respetan la Constitución y por tanto lejos están de hacerla cumplir. Por ello, les sugiero a los diputados que piensan y actúan de esta forma que renuncien a sus cargos. Renuncien, dejen sus fueros y dejen de cobrar los sueldos a los que todos contribuimos a pagar cuando cumplimos con nuestras obligaciones tributarias. No están ahí para generar escándalos tratando de trabar el funcionamiento del Congreso Nacional, ya sea impidiendo que se logre el quórum para sesionar o impidiendo una votación porque la van a perder.
Y si piensan que lo del miércoles pasado es un método para aplicar en ocasión de las reuniones del G-20 sepan que la inmensa mayoría de los argentinos queremos instituciones más fuertes y que funcionen adecuadamente. Debemos señalar que varios gobernadores peronistas aportaron 30 votos para la aprobación de la Ley. Y finalmente hay que destacar el trabajo desarrollado por el presidente de la Cámara de Diputados Emilio Monzó. Con su estilo dialoguista y paciente hizo posible la sanción de la Ley de Presupuesto para el 2019.
Fernando Robles
Analista político y economista
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