La difícil tarea de los políticos: recuperar la confianza de la gente y trabajar para mejorar sus condiciones de vida.
Cuando la parálisis del Congreso Nacional empieza a recorrer el cuarto mes, los políticos están concentrados en la única tarea de generar alianzas y discutir candidaturas con miras a las elecciones a llevarse a cabo en el mes de agosto. Luego de tramitado eficientemente el ajuste de sus remuneraciones, los legisladores desarrollan afiebradas negociaciones por las próximas PASO.
Las Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias son un invento genial del ex-Presidente Néstor Kirchner. Este mecanismo fue creado para que lo usaran aquellos que ocupaban el poder en aquel entonces, es decir, los kirchneristas. Su concepción obedeció a la clara intención de complicarle la vida a las fuerzas de la oposición, en lo concerniente al uso de fondos destinados a la financiación de las campañas electorales. Pero claro, hoy la realidad es otra y el kirchnerismo no ostenta el poder sino que es oposición.
El kirchnerismo en los años que ocupó el gobierno construyó para sí una gran prosperidad material. En este contexto subsidió, según sus conveniencias, a un objeto decorativo para esa facción denominado peronismo o partido justicialista.
Atento a los 43 años que pasaron desde la muerte del ex–Presidente Juan Domingo Perón, parecería más apropiado que la fuerza política por él creada, hoy se denominara justicialismo y no peronismo. En esa línea de razonamiento, es inevitable recordar que en la década del 80, ya recuperada la democracia, Antonio Cafiero lideró un proceso de renovación en el justicialismo.
Este destacado referente, junto a otros dirigentes trabajaron para construir un camino de democratización dentro de esa fuerza política. Este camino consistió en propiciar elecciones internas entre diversas listas de dirigentes que compitieran entre sí dentro del justicialismo, para determinar el candidato a enfrentar al nominado por el partido radical. Es decir, instalar la práctica de realizar elecciones internas partidarias para definir la conducción del partido político. Optar por la democracia interna en lugar de depender del dedo del caudillo de turno.
De esas elecciones surgió como candidato a la presidencia del justicialismo el gobernador riojano Carlos Menem. Como todos recordamos este riojano derrotó, en las elecciones nacionales, al entonces gobernador de la Provincia de Córdoba Eduardo Angeloz candidato de la Unión Cívica Radical. Fue así que Carlos Menem accedió, primero a ser candidato por el justicialismo a la presidencia y luego ocupó la primera magistratura de la Nación a través de elecciones democráticas. Pese a ello, una vez a cargo del gobierno nacional en la década del 90, congeló hasta el fin de su segundo mandato el accionar del Partido Justicialista.
Esto demuestra claramente la inutilidad de la PASO, constituyendo una deformación sustantiva de la democracia. En realidad deberían realizarse elecciones internas en el seno de cada partido político con la participación de los afilados al mismo. Y luego los ganadores de esas elecciones internas de cada fuerza política, competir entre sí en cada jurisdicción y estamento por los cargos en disputa.
El panorama actual nos muestra a Cambiemos presentando candidatos en 23 de los 24 distritos nacionales. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires participará la coalición gobernante con la sigla “Vamos Juntos”. En casi todos los casos los candidatos emergentes, resultan producto de negociaciones internas. Estas negociaciones tienen que ver, a mi juicio, con la tolerancia democrática que priva en la coalición y al ejercicio de la gestión. Es cierto que recibieron un Estado casi inexistente y plagado de bolsones de corrupción, pero sería deseable que en un futuro no muy lejano se imponga la democracia interna de cada partido y la supresión de las PASO.
En lo que concierne a la oposición se presenta el Frente Renovador liderado por Sergio Massa y Margarita Stolbizer y el peronismo. El primero exhibiendo también tolerancia democrática ha prescindido de las elecciones internas para nominar a sus candidatos y entiendo debería trabajar a futuro por la anulación de las PASO.
Lo más confuso acontece sin embargo en el peronismo, donde la ex-Presidente juega a ser o no ser candidata. Armó un frente denominado “Unión Ciudadana” y con la conocida soberbia y aislamiento dejó afuera al Partido Justicialista de la Provincia de Buenos Aires. Ah, también dejó afuera de ese frente al partido Miles privándose de figurar junto a destacadas joyitas de la política argentina como Luis D’Elía, Amado Boudou y Fernando Esteche.
Por otro lado aparece liderando otro grupo peronista el ex–Ministro del kirchnerismo Florencio Randazzo quien se haría cargo del Partido Justicialista de la Provincia de Buenos Aires. En todos los grupos peronistas abundan ex–funcionarios participantes de los tres gobiernos kirchneristas. En medio de este paisaje, circulan unos cuantos intendentes de la provincia de Buenos Aires tratando de adivinar donde encolumnarse. Muchos dentro del peronismo añoran a Néstor Kirchner, arquitecto de las victorias electorales.
Resumiendo, se percibe que la coalición Cambiemos con Macri, Vidal y Carrió a la cabeza nos vendrán a hablar sobre el futuro. El peronismo de la ex-Presidente aun no hizo ninguna evaluación de los motivos que la eyectaran del poder. Por ello, ella y los otros grupos del peronismo nos propondrán a hablar del pasado. En tanto los referentes del Frente Renovador nos plantearán debatir sobre problemáticas del presente.
Fernando Robles
Analista político y economista
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