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El año 2020 será recordado por todos como el año que introdujo cambios impensados en todos los aspectos de nuestra vida. Casi de un día para el otro, nos adaptamos a nuevas formas de trabajo, incorporamos nuevos hábitos de higiene, comenzamos a saludarnos de otro modo, y la educación no quedó ajena a estos cambios, debiendo adaptarse rápidamente a nuevos formatos y métodos.
La enseñanza universitaria se enfrentó al desafío de seguir impartiendo conocimientos, para alumnos de un ciclo lectivo que recién comenzaba.
En la Universidad del Salvador, tanto docentes como alumnos, rápidamente comenzaron a interactuar en clases virtuales, utilizando plataformas de enseñanza, que permitieron desde el dictado de clases, hasta la posibilidad de rendir exámenes, ya fuesen exámenes parciales como así también evaluaciones finales, brindando la oportunidad de acceder al tan esperado título universitario, mediante esta nueva modalidad.
También el funcionamiento del Centro Pescar-USAL debió adaptarse a los nuevos requerimientos. Desde la convocatoria de los nuevos alumnos, la selección de los mismos y el dictado diario de clases. Se incorporaron los métodos necesarios para poder brindar una formación integral enfocada en una sólida capacitación laboral, para quince alumnos del último año de colegios secundarios del Partido de Pilar.
En la USAL, un nuevo ciclo lectivo está por comenzar y la modalidad de regreso va de la mano de las indicaciones tanto del gobierno provincial como del nacional, como así también de autoridades sanitarias y de educación. El foco estará puesto en la salud y en la seguridad de la comunidad universitaria.
Como en otros niveles de educación, la enseñanza universitaria se encamina hacia un modelo híbrido que combina la presencialidad con la virtualidad. Si bien el foco seguirá puesto en la virtualidad, no deben dejarse de lado los beneficios de la presencialidad en cuanto a la sociabilización, el debate e intercambio docente-alumno, que actualmente han quedado a un lado y que sería de vital importancia, poder recuperar. Los protocolos implementados servirán para ordenar y brindar seguridad en todo el desempeño del ámbito universitario: distancia social, ventilación, control de temperatura e higiene y uso de espacios comunes. En el Campus Nuestra Señora del Pilar, el entorno natural en el que se encuentra emplazado, puede brindar una opción más segura para programar actividades al aire libre.
La educación enfrenta un nuevo desafío que debe afrontarse con responsabilidad, criterio, creatividad e innovación.
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