Por Fernando Robles
Analista político y economista
Seguime en www.fernandorobles.com.ar
Mientras Daniel Ortega, dictador nicaragüense sigue sosteniendo que las libertades cercenadas y los crímenes perpetrados por su régimen obedecen al comportamiento de los opositores y a la tendenciosa difusión que hace la prensa de esa situación, Maduro trata de reforzar su vínculo con China. El régimen totalitario venezolano busca aliviar la cada vez más desinflada economía del país caribeño acercándose al gigante asiático. Es así que Nicolás Maduro emprendió sorpresivamente un viaje a China buscando apoyo financiero de su principal socio comercial con el objeto de apuntalar las escuálidas finanzas “revolucionarias”. Procura lograr un importante crédito para lograr el refuerzo financiero y reestructurar la deuda.
Vale la pena recordar que Venezuela, ese “paraíso revolucionario” originado en su concepción fundacional por Fidel Castro, Hugo Chávez y el apoyo fanático del kirchenrismo-cristinismo, como así también de buena parte del peronismo e izquierda vernácula atraviesa una delicada situación socio económica. Sólo en lo que va del presente año el PBI de ese país se achicó un 25%. Es decir, el conjunto de bienes y servicios producidos por Venezuela, bajo la dictadura que conduce Maduro, es hoy un cuarto menos de lo que producía a comienzos de 2018. Pero claro el régimen no para, tal como pasaba en la Argentina en época de cristilandia, de anunciar medidas que pretenden convencer a sus habitantes que se ocupa de la gestión.
Es así, que el marco de un “plan de repatriación” de ciudadanos venezolanos que escaparon del régimen, lograron que volvieran a su país de origen 86 venezolanos que habían escapado a la Argentina. Como diría el entrañable actor y filósofo popular Tato Bores “vermout, papas fritas y good show”. Una verdadera payasada que no es otra cosa que un burdo atentado a los derechos humanos, atento los sufrimientos que padecen nuestros hermanos de Centro América.
Cabe recordar que a principios del corriente mes se reunieron en Quito, representantes de 13 países receptores de la migración venezolana para tratar el éxodo, que según diversas estimaciones, alcanza a 2,3 millones de personas. Es realmente increíble que los aplaudidores de la dictadura venezolana, no sólo políticos sino también organismos de derechos humanos argentinos, no pronuncien palabra alguna condenando esta grave crisis humanitaria.
En el orden local asistimos a una delicada y compleja coyuntura económica-financiera resultante de un Estado Nacional que ha venido gastando por encima de lo recaudado durante los últimos 65 años. A ello se suma una cuestión no menor, como lo es la aprobación por parte del Congreso Nacional del la ley de Presupuesto para el año 2019. El Presupuesto es una estimación de lo que espera recaudar el Estado para el año que viene y una autorización de los gastos que podrá efectuar el Poder Ejecutivo a cargo de la gestión gubernamental. Es de esperar que los legisladores de todos los sectores políticos se dediquen seriamente y todos los días a estudiar el Presupuesto y a proponer los cambios que entiendan oportunos, atendiendo al interés de todos los argentinos. No es momento de perder el tiempo discutiendo por temas pequeños y que apuntan a lograr algún supuesto rédito con dudosos fines proselitistas.
Muchachos oficialistas y opositores, las elecciones son en octubre del año que viene. Estamos a poco más de un año de las mismas. Trabajen y hagan trabajar a pleno a la numerosa cantidad de asesores que tienen a su cargo y que pagamos todos los ciudadanos cuando abonamos los impuestos día tras día. Propongan soluciones, busquen consensos, inviertan tiempo productivo administrando disensos, es decir, hagan uso de todas las herramientas que provee la política para ayudar a nuestro querido país a superar los numerosos problemas que lo aquejan. Perder el tiempo ocupándose del fondo sojero es una forma de ir a contramano de lo que el ciudadano de a pie pretende de ustedes.
En materia judicial se preparan los fundamentos de los procesamientos a dictarse en la causa de los cuadernos “Gloria” que lleva adelante el juez federal Claudio Bonadío, el fiscal federal Carlos Stornelli y el fiscal federal Carlos Rívolo. Esta causa trata la corrupción en el uso de los fondos públicos y las diversas asociaciones ilícitas que se tejieron para robar al Estado, es decir, a todos los argentinos que siempre se han dedicado y se dedican a trabajar dentro de la ley.
También se han producido cambios en la presidencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Deja de ser presidente de la misma, luego de 11 años de mandato, a partir del 1º de octubre Ricardo Lorenzetti. Lorenzetti viene sufriendo ataques sistemáticos por parte de la diputada Elisa Carrió. El último de estas embestidas tiene que ver con supuestas irregularidades que se registrarían en el manejo del Laboratorio de Toxicología de la Morgue Judicial. No estaría mal profundizar el análisis del supuesto mal desempeño del aludido laboratorio, atendiendo a las responsabilidades internas que resulten del estudio en detalle del complejo organigrama, no siempre explícito y conocido.
En la semana que termina se cumplieron 130 años del fallecimiento de un ciudadano argentino ejemplar, Domingo Faustino Sarmiento. En efecto, este sanjuanino político, escritor, docente, periodista, militar y estadista falleció en Asunción del Paraguay el 11 de septiembre de 1888. Fue senador nacional, embajador argentino en los Estados Unidos de Norte América, dos años gobernador de la Provincia de San Juan, Presidente de la Nación por seis años entre otros destacados cargos públicos que supo ocupar. Una de las máximas preocupaciones de su gestión pública tuvo que ver con impulsar y concretar en un productivo accionar todo lo relacionado con la educación pública en su país, la Argentina. Apuntando a lograr la excelencia en ese campo trajo a nuestra tierra a 65 docentes estadounidenses, 61 maestras y cuatro maestros. Con ello apuntó a mejorar todos y cada uno de los aspectos inherentes a la educación pública.
Como es fácil de advertir se trató de un estadista de dimensión internacional que supo también descollar su incansable trabajo con una brutal honestidad. Cuando dejó su cargo de Presidente de la Nación se dio cuenta que no poseía una vivienda propia. No hace falta decir nada más y naturalmente a todo argentino de bien le aparecen como un brutal contraste las tristes imágenes de los bolsos, asociaciones ilícitas, bandas delictivas formadas con integrantes de varios poderes del Estado y privados. Vaya decadencia apta para integrar el libro de records de Guinness.
Una de la más fuerte imágenes que a mi juicio se contraponen a una figura como Sarmiento es la del preceptor Roberto Baradel. Este gremialista ha hecho mucho por el desarrollo de la educación privada. La cantidad de paros políticos impidiendo las clases en la escuela pública, empujan a todos los argentinos, siempre que sus recursos se lo permitan, a buscar refugio en la educación privada para no condenar a sus hijos a la ignorancia. Me parece que lo señalado constituye ejemplos extremos de nuestra decadencia como sociedad. Pero ahí está Sarmiento para que pensemos en su accionar llevado a cabo hace tantos años y también hay muchísimos maestros que no actúan miserablemente pensando sólo en fanatismos políticos. Esta en ese ejemplo, esos maestros y todos los ciudadanos de buena voluntad que habitamos este maravilloso suelo la posibilidad de seguir trabajando para sepultar para siempre la decadencia educacional.
Dejar un comentario