Por Ing. Roberto Carnicer
Director del Área de Energía y Oil&Gas de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Austral
Entre abril y mayo, nuestro país tuvo un cimbronazo económico y financiero que nos volvió a potenciar el escepticismo y la credibilidad de nuestra falta de capacidad para administrarnos, fomentando una vez más -independientemente de la gravedad de la situación- nuestra extraordinaria capacidad para el dramatismo. Esa situación fue aprovechada por los mezquinos intereses políticos de quienes destruyeron las instituciones argentinas en la última década, infectando a la sociedad con conceptos de fanatismos basados en un relato único a favor de personas, ni siquiera de políticas, cuyo único interés era la egolatría y la permanencia en el poder.
Uno se preguntaría porqué empezamos un artículo sobre nuestra bendita potencialidad hidrocarburifera (Vaca Muerta) con un tema político, y es para recapacitar que un país no se reconstruye de la noche a la mañana cuando el daño fue tan tremendo y, además, reconocer nuestras falencias y tendencias al escepticismo. Brasil es el ejemplo de comportamiento opuesto.
El sector también fue, y probablemente continúe siendo, impactado con el cimbronazo al que hacíamos referencia. Motivo de ello fueron las declaraciones del ministro de Energía, Ing. Javier Iguacel, por ejemplo, frente al cumplimiento del Plan Gas. Recordemos que este plan fue el motor para quitarnos del letargo de una producción de gas en continua caída (por precios digitados por el gobierno anterior) y fomentar el desarrollo del gas no convencional en Argentina. Como consecuencia de las declaraciones del ministro, hubo interpretaciones periodísticas de diferente tenor, incluso con especulaciones y estimaciones dramáticas. Nuevamente se ve nuestro espíritu latino.
Los resultados técnicos muestran valores diferentes a las sensaciones, hay una mayor y fortísima productividad en gas no convencional, en especial en Vaca Muerta. ¿Por qué son tan importantes estos resultados? Porque la tendencia está dando sus frutos, a un ritmo que este año sorprendió. A marzo de 2018, la producción de gas no convencional representó el 30 por ciento de la producción nacional y el 52 de la producción de Cuenca Neuquina. Si actualizamos los datos a junio de 2018, ya representa el 60 por ciento de la producción neuquina.
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