La única reina pilarense del Carnaval del País, bailó en Pilar con la comparsa O’ Bahía en el año 2003 cuando tenía solo 13 años. Un año después debutó en Gualeguaychú como pasista de la batucada. En 2008 se pasó a ‘Mari Mari’ siendo elegida como reina de la comparsa. El año siguiente, Catalina fue electa reina del carnaval entrerriano. Hoy está transitoriamente alejada de la fiesta, ejerce su profesión de nutricionista en Capital Federal y Pilar. Se casó en diciembre del año pasado y piensa en formar una familia. No descarta volver a ‘Mari Mari’, aunque no necesariamente como bailarina.
Febrero es símbolo de carnavales y aprovechando la especial ocasión,
Resumen entrevistó a Catalina Lagomarsino en su consultorio de Nutrición en el primer piso del shopping Pilar Point, donde una vez por semana viene de Capital, donde está radicada, para atender a sus pacientes pilarenses. Una buena ocasión también, nos cuenta, para estar cerca de sus afectos en su ‘Patria Chica’.
“Desde hace dos años vengo todos los martes a Pilar, donde tengo mi consultorio de Nutrición. Estudié en Capital Federal y una vez que me recibí decidí mudarme a Buenos Aires, donde tengo mi consultorio principal. Cuando recién me recibí de licenciada en Nutrición estuve un tiempo trabajando acá, después en San Isidro. Era bastante complicado entonces ir y venir y ahora pude organizar mejor mis horarios y pude elegir un día para venir a atender a Pilar”, contó.
Es una buena ocasión para visitar a tu familia también.
A mí me encanta Pilar, me gustaría en un futuro volver a radicarme acá. Acabo de casarme, pero está toda mi familia paterna y materna acá, así que me encanta venir todas las semanas para poder estar con ellos y continuar también el vínculo con mi ciudad. Mis padres son Gustavo Lagomarsino y Fernanda Quintana, pero creo que soy pariente de todos los Lagomarsino que viven en Pilar. Somos cinco hermanos en total, Belén, Gaspar y Pilar por parte de mis padres y Pedro que es hijo de mi papá, que es el más chiquito. Yo soy la segunda de mis hermanos.
Si ya estaba enamorada del carnaval con lo que había vivido el año anterior en Capilla y en Pilar, debo confesar que me encantó la experiencia de bailar en el corsódromo de Gualeguaychú”
¿Cómo empezó tu afición por el baile?
Siempre me gustó de chiquita bailar, pero en el Carnaval la afición empezó cuando tenía 13 años, cuando vino la Comparsa O ‘Bahía a Pilar a la Avenida Tratado del Pilar. En ese momento estaba Sergio Bivort de intendente y alguien de Cultura sabía que a mí me encantaba bailar, que practicaba baile y le comentó a mamá que la comparsa abría convocatoria a pilarenses para bailar. Es así que primero me llevaron a Capilla del Señor a hablar con gente de la comparsa que habían ocupado un lugar allá para ensayar y guardar toda la escenografía y la ropa. La convocatoria era para mayores de 18 años, así que mis padres debieron firmar una autorización para que pudiera participar. Me probaron un traje y ese año bailé en Capilla y después en Pilar.
Los responsables de O ‘Bahía me vieron tan entusiasmada que me invitaron a participar el año siguiente en Gualeguaychú. Allá tengo tíos de parte de mamá, así que al año siguiente los fuimos a visitar, bailé una noche en el corsódromo. Si para entonces ya estaba enamorada del carnaval con lo que había vivido el año anterior en Capilla y en Pilar, debo confesar que me encantó la experiencia de bailar en el corsódromo de Gualeguaychú. Fue de todos modos una época muy complicada porque tuve que seguir siendo acompañada por mis padres, ya que seguía siendo menor. Actualmente las cosas cambiaron, al ser mayor viajo sola, me quedo en casa de una amiga o en un hostel. En esos años me llevaban un poco mis padres, mis abuelos, los papás de alguna amiga que se hacían cargo. Así arranque y nunca más paré. Debuté en Gualeguaychú en el año 2004.
¿Qué recordas de tu primera experiencia en Capilla y Pilar?
Recuerdo que me dieron un traje normal, lindo pero común de los que les dan a los que participan localmente en la comparsa. Justo en esa semana en el ballet de la batucada que es uno de los lugares más requeridos por los bailarines, hubo una baja de una de las chicas y al momento de bailar, me dicen que me cambie de ropa que iba a bailar en la batucada. Siempre digo que en el tema carnaval, la suerte estuvo de mi lado desde que comencé, porque fue una gran oportunidad siendo tan chica, debutar bailando ni más ni menos que en la escuadra rítmica de la agrupación, digamos que sin quererlo entré por la puerta grande a la comparsa. Al año siguiente ya en Gualeguaychú, volví a bailar en el ballet de la batucada y lo hice por dos años más. Después ya fui bastonera, que es la persona que va abriendo una escuadra o un bloque de la comparsa.
¿Cómo sobrellevaste el cansancio siendo tan chica?
Realmente se hace un gasto de energía grandísimo, lo vas comprobando con el traje que llevas puesto que se confecciona para el carnaval de acuerdo a tus medidas. Uno mismo va viendo cómo a lo largo de las noches el traje te va quedando grande. Eso tiene que ver con el gasto de energías que implica el baile. Cuando era más chica realmente no sentía ese desgaste. Me acuerdo que viajaba un viernes a Gualeguaychú, si había alguna presentación previa también bailaba en la semana. Incluso los domingos si había una actuación cerca, iba también a bailar. Hoy a los 30 años debo reconocer que ya no tengo esa energía que tenía a los 15, así que tengo que administrar el esfuerzo si sé que tengo que trabajar el lunes temprano.
Una vez dentro de la comparsa imagino que debías viajar durante el año también.
En O ‘Bahía después de haber participado durante tantos años no me dieron nunca la oportunidad que me dio Mari Mari”
Todas las comparsas tienen un funcionamiento más o menos parecido. A mediados de año hacen la convocatoria para quienes van a integrar la comparsa el próximo verano y después de acuerdo al lugar que ocupes hay que volver a ir, ya sea para ensayar o probar trajes. Puede pasar además que en el proceso te cambien de lugar y tengas que ir varias veces. Esa es la contra que tiene estar lejos de Gualeguaychú. Con referencia a las coreografías hay cosas que uno desconoce, por ejemplo la gente te llama para sacarse una foto y una debe acercarse a ellas o bien en el trayecto que va desde el lugar donde nos cambiamos hasta el corsódromo o cuando terminas, también hay personas que se te acercan y hay que acostumbrase a eso. Hay que cuidar mucho los trajes, porque son costosísimos, tanto las plumas como los trajes se traen desde Brasil. La comparsa y el club hacen un gran esfuerzo para confeccionarlos y para que permanezcan intactos durante las once noches de carnaval. A medida que va pasando el tiempo uno va tomando conciencia de ello y va tomando ciertos recaudos. Hay que aprender también a administrar la energía, porque si arrancas bailando enloquecida y con muchos bríos se llega a la mitad del circuito donde está el jurado, agotada y eso conspira contra la puntuación que te puedan dar. Esas cosas se van aprendiendo con el tiempo.
Imagino que algunos trajes son muy pesados para llevar.
Eso va de acuerdo al lugar que ocupes en la comparsa. Cada lugar representa a un personaje, me ha pasado de llevar trajes muy grandes pero que no pesaban tanto y en otras ocasiones trajes no tan grandes pero pesados, como el que lucí cuando abrió 0’Bahia en 2006, que era un traje que representaba una estrella, confeccionado con espejitos, pegados sobre una estructura de hierro que era pesadísimo, recuerdo que pesaba como 30 kilos. Ese año lo sufrí mucho porque me lastimaba los hombros y prácticamente no podía bailar, me permitía caminar nomas. Esa es una de las contras de estar lejos, porque no hice tiempo de viajar con antelación para probármelo y hacer los ajustes correspondientes, como lo hacen las chicas que viven allá. En esa oportunidad no llegué a probarme el espaldar con antelación y me lo tuve que poner y salir a bailar como pudiera. Cuando la estructura está hecha, es muy difícil armar y desarmar.
Los trajes a diferencia del carnaval de Corrientes están financiados por el club que invierte lo que recauda en las diversas actividades en la comparsa. Puedo decir que a diferencia de Pilar, en Gualeguaychú, todos los habitantes son socios de algún club.
A partir de tu primera participación en Gualeguaychú no dejaste nunca de participar.
Bailé siempre, excepto en el 2007, año que O’ Bahía descendió y fue al año siguiente cuando me pasé a Mari Mari y el mismo año salí reina del carnaval.
¿Cómo se vivió tu pase de comparsa en Gualeguaychú?
Fue polémico, porque O ‘Bahía y Mari Mari son las comparsas más representativas del carnaval de Gualeguaychú, O ‘Bahía pertenece al club de Pescadores y Mari Mari al Central Entrerriano. Entre ellos hay una ‘pica’ como si fuera un River- Boca o un Colón- Rosario Central. Creo que hice algo que molestó, pero fue culpa de la inocencia de mis 19 años que no me dejó ver las consecuencias de mi decisión. De todas maneras, en O ‘Bahía después de haber participado durante tantos años no me dieron nunca la oportunidad que me dio Mari Mari, la comparsa con más trayectoria, la más ganadora.
El director me convocó y me dijo que quería que yo fuera la reina, fue una propuesta muy tentadora y el sueño de cualquier chica que baila en el carnaval de Gualeguaychú. Dije que si y me dieron un lugar en la carroza de los músicos. El tema es que yo no había salido nunca a ‘carrozar’, a mí me gusta bailar y fue como si me hubieran atado las piernas; no me quejé pero lo único que le dije al director fue ‘por favor, bajame, dejame bailar’, fue así que a la tercera noche logré que me dejaran bajar y así poder bailar que es lo que más me gusta.
¿Cómo fue el proceso de la elección?
La elección de la reina, la mejor pasista, la mejor batucada, y el mejor traje se evalúa aparte de la elección de la comparsa, son premiaciones individuales. Se eligen en una noche especial, por lo general un viernes dentro de un finde largo de carnaval, en el marco de un desfile donde se nos entrevista, se pasa un video de cada reina en el circuito. El jurado puntúa ítems en forma individual, la postulante que reúne la mayor cantidad de puntos es la ganadora.
La gente de O ‘Bahía vio mi pase a Mari Mari como una traición. De hecho, la primera noche hubo gente que me abucheó”
Recuerdo que la noche que fui elegida fue una noche larguísima, quizás una de las más largas de la historia del carnaval de Gualeguaychú. Fue un 21 de febrero de 2009, el día del cumpleaños de mi mamá. Recién a las 5 de la mañana se conoció el veredicto y me enteré que había ganado. Fue una emoción tremenda, más teniendo en cuenta que tenía apenas 19 años y competía contra otras dos chicas con mayor trayectoria, formación y edad que yo. Representaban a Kamarr y Papelitos, ambas eran bailarinas profesionales que venían participado del carnaval entrerriano desde hacía tiempo, tenían sin dudas mucha más experiencia que yo en ese aspecto y esas diferencias se notaban, hasta en la elección de la ropa. Pero bueno, parece que el jurado vio algunas cosas en mí que les resultaron más interesantes y me eligieron. Fue una experiencia muy linda, en una noche de verano inolvidable que vivimos en el puerto de Gualeguaychú, que ese año se hizo por última vez en ese lugar.
Lamentablemente después vino la epidemia de gripe A y se suspendieron muchos eventos al aire libre, por lo que tuve ese año pocas oportunidades de representar al carnaval de Gualeguaychú. De todas maneras la gente todavía me recuerda cada vez que viajo a Gualeguaychú. Gané además un viaje a Brasil para dos personas y un montón de regalos.
¿Cómo tomó la gente de O ‘Bahía tu pase a Mari Mari?
Como una traición. De hecho, la primera noche hubo gente que me abucheó. Hay que entender el fanatismo que ellos tienen por las comparsas que representan a sus respectivos clubes. Tienen un sentido de pertenencia muy grande. Por otra parte, en Mari Mari hubo gente que me recibió muy bien y con los brazos abiertos, bien predispuesta y con mucha buena onda y otra que hasta que no pagué cierto derecho de piso, no dejaron de marcarme la diferencia de que yo venía ‘de la contra’. Y en realidad, yo venía de O ‘Bahía, pero no tengo esa formación de haber crecido en un club como tienen ellos. Ellos probablemente fueron al colegio de Central Entrerriano o al Colegio de Pescadores, jugaron al básquet, al vóley. No es por justificar, pero no es el mismo sentimiento el mío del que ellos sienten por sus clubes y por sus comparsas.
Hoy considero que Mari Mari es la comparsa que me dio todo, que me abrió las puertas, la que por mucho tiempo me dio los mejores lugares y han estado conmigo en momentos también fuera de lo que es el carnaval y por suerte también tengo amigos y amigas de O ‘Bahía que conservo, aunque nunca hice ni haré el intento de volver. Estuve este año en los carnavales de Gualeguaychú, me saludé con todo el mundo y por sobre todas las cosas valoro y respeto el trabajo de todas las comparsas. De hecho mi esposo es de Gualeguaychú.
Sos hasta la fecha la única reina del carnaval entrerriano oriunda de Pilar.
Yo a todo lugar adonde voy siempre hablo del carnaval, hasta mis pacientes saben que yo bailo en el carnaval”
Si, es verdad. El año en que fui elegida reina hubo un conflicto porque ninguna de las tres reinas éramos residentes de Gualeguaychú y de la misma manera que tienen su sentido de pertenencia con los clubes, los gualeguaychenses son también muy localistas, así que cuestionaron que las reinas del carnaval no hayan sido oriundas de su ciudad. En mi caso ya hacía siete años que iba todos los años a Gualeguaychú y puedo decir que turísticamente conozco Gualeguaychú como conozco a Pilar, por eso yo no me siento una oportunista y tomé mi participación en la comparsa siempre con mucha responsabilidad. A partir de ese momento pusieron como requisito que las postulantes a reina tenían que ser nacidas o haber residido por lo menos dos años en forma permanente en la ciudad. Ese reglamento se puso en práctica justamente el año en que fue reina de O ‘Bahía Delfina Félix, otra representante pilarense en Gualeguaychú, así que soy la única reina pilarense del Carnaval del País.
¿Cuándo fue la última vez que bailaste?
El año pasado, en que Mari Mari perdió y por lo tanto al no participar del carnaval este año yo no bailo. Precisamente es el momento en que las comparsas que no participan realizan presentaciones y giras a lo largo y ancho del país. De hecho yo estuve aquí en Pilar con Mari Mari en 2013. En 2018 estuve en Campana. Las giras implican viajar mucho para estar solo un ratito en algún lugar y ahora con mi quehacer profesional y mi nueva situación familiar, las cosas se me complican. Pero siempre que hay eventos aquí en Buenos Aires donde se convoca a Mari Mari, siempre me llaman y ahí estoy.
¿A tu esposo lo conociste en el marco de los carnavales?
Sí, nos conocimos en lo que se conoce como ‘las previas’ de los carnavales en el año 2010. Las previas son juntadas que hacen todas las comparsas antes de salir. Si bien en esa época no eran abiertas, el que no era de la comparsa pero era de Gualeguaychú podía acceder y en esas circunstancias nos conocimos. Mi esposo es licenciado en Comercialización y trabaja en Buenos Aires como yo. Mi suegra bailó en Mari Mari muchos años y por eso es un personaje muy conocido en la ciudad. Mi marido bailó un año obligado por su mamá, cuando tenía 18 años, pero no le gustó y no salió más. De todas maneras me acompaña mucho y entiende todo lo que rodea al carnaval.
Nos casamos el 28 de diciembre del año pasado y la idea en un futuro no muy lejano es formar una familia y por eso siempre está la posibilidad de volver a vivir a Pilar, por todo lo que ello implica. Vivir en Capital Federal es muy lindo con muchas posibilidades laborales, pero le falta lo lindo de Pilar: el verde y esas cosas de pueblo que todavía se conservan.
¿Te ves siendo mamá y bailando en Mari Mari?
Hasta un tiempo te hubiera dicho que no, pero ahora que fui a Gualeguaychú y viví nuevamente el carnaval, siento que es mi lugar, que me encanta y que es mi gran pasión. Los carnavales me atrapan y me dan ganas de estar, de participar. No sé, si siendo mamá volvería a bailar, pero si me gustaría y me veo participando de alguna manera y formando parte de la organización de la comparsa, quizás formando parte de los equipos de comunicación, asistiendo a las chicas que bailan, coordinando las tareas del taller. No es lo mismo que bailar, pero es una manera de seguir siendo parte de esta pasión. Por eso yo les digo a las chicas que me preguntan que si tienen ganas de bailar en una comparsa, que lo hagan, que les va a encantar y chicas que conozco de Capilla del Señor y de acá de Pilar que lo han hecho, me dicen que el año que viene volverán a repetir la experiencia.
Yo a todo lugar adonde voy siempre hablo del carnaval, hasta mis pacientes saben que yo bailo en el carnaval. Para mí el carnaval es un evento muy importante para nuestro país y es un honor haber sido parte durante tantos años, que me hayan elegido reina y que me sigan relacionando con eso, aunque haya pasado ya bastante tiempo de ello. Pero la mención tiene algo de afectuoso y me agrada mucho que me lo hagan saber.
Oscar Orlando Mascareño
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