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Miguel Saric: “Siempre estuve ocupadísimo, lo que me permitió conocer Pilar como al patio de mi casa”


  • Domingo 30 de Junio de 2019
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Miguel Antonio Saric fue cinco veces concejal de Pilar. Dejó asentada su actuación como edil en el libro “Memorias de un concejal” editado en 2015. Fue el funcionario más joven en la administración municipal de Pilar. Mediante permutas y asignación de espacios fiscales  consiguió los terrenos para el Polideportivo Municipal, la Escuela Técnica Nº 1, el campus de la Universidad del Salvador, el nuevo cuartel de bomberos de Pilar en ruta 8 y la Biblioteca “Palabras del Alma”, entre otros. Fue nombrado socio honorario de Rotary Club Pilar, entidad en la que el año próximo estará cumpliendo sus Bodas de Oro como asociado. Fue el mentor también del Camino de Circunvalación–hoy avenida Kirchner- proyecto que llevó adelante desde el año 1984 y que concretó en 2009. Nació  el 16 de enero de 1940 en Villa Mugueta, localidad cercana a Elortondo, al sur de la provincia de Santa Fe, a 60 kilómetros de Rosario. Su padre –Vid-, llegó a la Argentina en 1929, proveniente de Croacia, que en aquel momento formaba parte de Yugoslavia, empleándose como peón rural. Allí conoció y se casó con Ana Inovich, con quien tuvo cuatro hijos, el mayor Miguel.
No puedo dejar de mencionar la ordenanza que propulsé y se sancionó en 1989, referente a la prohibición de fumar en oficinas públicas y lugares cerrados, que fue pionera en la provincia”
“Venir a Pilar fue una decisión que tomaron mis padres en busca de nuevos rumbos. Mi padre entre otras tareas, hacía transporte de hacienda de Santa Fe a Pilar y como otros camioneros paraban a almorzar en ‘Lo de Mario’, un restaurante que estaba en Ruta 8 y Alsina de la familia Bianchi. La señora del dueño Mario Bianchi, era croata como nosotros  y un mozo que trabajaba con ellos, de apellido Gladich también. Ese mozo precisamente tenía una hermana que era vecina nuestra en Elortondo. Ellos nos consiguieron arrendar una quinta con una pequeña extensión de campo de 12 hectáreas entre Manzanares y Empalme –hoy Fátima-. El 5 de enero de 1946, mi papá vino conmigo en camión trayendo algunas cosas para instalarnos en el campo. Mi mamá y dos de mis hermanos, Pedro y Jorgelina, vinieron algunos días después, comenzando a trabajar en lo que llamamos ‘La chacra de Empalme’. Mi hermano menor, Fidel, nació acá tres años después”, comenzó la charla con Resumen. ¿Dónde cursaste tus estudios? El primario lo hice en la Escuela 17, después continué el secundario en el Colegio Almafuerte. Yo pertenezco al primer grupo de ingresados, el 20 de abril de 1953 y formé parte de la primera promoción de egresados, en diciembre de 1957. Recuerdo que tanto para ir a la escuela en el primario como en el secundario, tenía que caminar unas 15 cuadras de tierra y de barro los días de lluvia. Para ir a Pilar tenía que ir hasta ruta 8 y tomar el colectivo o hacer dedo a algún vehículo que pasara, la parada estaba donde hoy está el Club Chevallier. Después me acoplé a una maestra que había tenido en el primario, Chichita Fortez, que tenía un Ford A, modelo 25. Ella salía de la Escuela 17 al mediodía y me llevaba hasta Pilar. Cuando termino el secundario me inscribí en la Facultad de Derecho de La Plata, porque quería ser escribano. Yo tenía entones un tío que vivía en Berisso y el plan era vivir con él mientras cursaba mis estudios universitarios. En el ínterin, año 1958, un amigo de papá,  Ángel Martignone que era asesor de Oscar Allende, entonces gobernador de la Provincia de Buenos Aires, me llevó a Pilar a hablar con el intendente (Juan Cirilo) Sanguinetti, que me dio la oportunidad de ingresar como empleado en el Municipio. A los poquitos meses, me nombraron como secretario de Guillermo Rambaud, que era Inspector General, el tercer cargo después del Intendente. El funcionario estaba encargado básicamente de todos los temas viales, reparación de calles y caminos. Lo acompañé unos meses hasta que después el hombre se enfermó y yo ocupé su lugar con apenas 18 años, convirtiéndome en el funcionario más joven que tenía el Municipio, cosa que me provocó grandes problemas de celos, con gente de mayor edad que no podía comprender como le daban semejante responsabilidad a un ‘purrete’, recién salido del secundario y venido del campo.
A algunos políticos los bautice ‘vampiros truchos’, porque no chupaban sangre, sino medias”
Sanguinetti sin embargo me avaló, nombrándome primero subdirector y después Inspector General. En la función conocí todos los límites del amplio partido que en aquella época incluía a Escobar. Mi función más importante era el mantenimiento de las calles públicas. A pesar de mi consolidación en el cargo, seguí teniendo problemas con los ‘punteros’ políticos. Cuando Sanguinetti tiene que renunciar debido al golpe militar del ’62, quedó como comisionado Morelli, que tuvo que irse a los pocos meses cuando asumió Colombo, que tenía su gente. Me inventaron un sumario por guardar la maquinaria municipal en un predio particular, cosa que yo hacía para no movilizar los vehículos muy lejos de los lugares adonde se debía trabajar, por ejemplo  un predio ubicado en El Panchito (kilómetro 57 de Ruta 8) en la quinta del ex intendente Morelli que nos quedaba cómodo para trabajar durante la semana en esa zona, en Manzanares, Fátima y Kilómetro 61. Algún puntero que quería mi cargo, propició el sumario que desembocó primero en una suspensión. Al poco tiempo, al llegar al Municipio el escribano Guillermo Oriol, finalmente el expediente pasó a archivo y me reincorporaron. De todas maneras estuve poco tiempo, ya que había comenzado a trabajar en la administración de Transportes de Hacienda López. Ahí también me conecté con los responsables de la empresa Irigoin y Cía, que se dedicaba a remates feria, así que ya había encontrado otra ocupación y me fui del Municipio, aunque estuve colaborando en lo político, sin goce de sueldo. Precisamente, ¿cómo empieza tu actividad política? Yo me afilio al Desarrollismo cuando se fundó el MID en el año ’63. Estuve en el partido junto a los Sanguinetti, los Domenech, los Severio y otros más, que aún están. Yo soy el más longevo de ese grupo, fundador del movimiento en Pilar. Llegaron las épocas después de involucrarnos en distintas alianzas y frentes. En el año 1984 se hizo un frente en la provincia de Buenos Aires, el FREJULI, con el que yo como integrante del MID fui candidato y entré como concejal, cuando estaba Luiso Lagomarsino de intendente, de 1985 a 1989. Después reaparecí políticamente con la Unión Vecinal, siendo candidato dos veces y ambas electo concejal. En el 2000 entré con Humberto Zúccaro como extra partidario y fui edil por dos periodos más. En el plano personal te casaste. Sí, me casé en 1964, tengo dos hijos Miguel Ángel y Ana y tres nietos, Damián, Guadalupe y Máximo. Debo reconocer que estuve bastante alejado de mi función como padre de familia, ya que estaba constantemente en la calle, sea por mis trabajos en el transporte de hacienda y remates feria o por mi actividad política. Siempre estuve ocupadísimo, lo que me permitió conocer el partido de Pilar como al patio de mi casa. Sos reconocido como un especialista en conseguir predios para varias instituciones pilarenses a través de permutas de tierras con emprendimientos y con la concesión de terrenos fiscales. El primer canje en que intervine fue cuando conseguimos el predio para la Universidad del Salvador, que eran tierras que pertenecían a la Provincia de Buenos Aires. La universidad estaba buscando terrenos para construir su sede en Pilar y no lo conseguían. Un día me encuentro con José Sánchez, reconocido militante peronista, me explicó el problema que había, tomé la posta y convencí a Luiso Lagomarsino que esas tierras que eran un bañado, inutilizables para el Municipio, pudieran destinarse a la universidad. Se hicieron las gestiones y la Provincia le cedió al Municipio 65 hectáreas sobre el Río Luján, de las cuales 7 fueron destinadas a la construcción del Campus Nuestra Señora del Pilar en el año 1986.
Siempre les repito a mis nietos y a los chicos jóvenes que sin desarrollo económico no hay justicia social”
Otro canje importante fue el predio donde funcionaba el remate feria de Irigoin y Cia., 11 hectáreas en la entrada a Pilar por ruta 28 que se canjeó con el country Tortugas para destinar al Polideportivo Municipal ya que había varios establecimientos educacionales que no tenían un lugar para que sus alumnos practicaran educación física. La feria estaba ya cerrada y se concretó la transacción. Otro predio que conseguí fue el espacio donde hoy funciona la Escuela Técnica Nº1. La escuela estaba funcionando entonces en un local de la Terminal de Ómnibus. A fines de los ’80 comenzaron las negociaciones para hacer un canje de tierras con el country Los Lagartos, que tenían  un predio fiscal dentro del emprendimiento que querían negociar. Me llegó la inquietud por el concejal Oscar Salom y después de muchas gestiones y viajes a La Plata, se logró conseguir el terreno donde está edificada la escuela en la calle Tucumán, en un predio que pertenecía a la familia Arotce.  Además del canje de tierras se logró que Lagartos agregara dinero para propiciar la construcción del establecimiento. Fue un logro que siempre tengo presente, ya que los directivos de la escuela hasta hicieron una plaqueta para recordar mi gestión. La última permuta importante en el ámbito educativo que conseguí fueron los terrenos para la construcción de la sede propia de la Biblioteca “Palabras del Alma” en el barrio Peruzzotti, inquietud que me llegó de uno de sus directivos, la docente Carla Ponsone. Ese predio era fiscal y se hizo la cesión para la biblioteca. No puedo dejar de mencionar también el logro de los terrenos sobre ruta 8 donde hoy funciona el Cuartel de Bomberos de Pilar y el Camino de Circunvalación, que es también un proyecto mío que inicié en el año 1984 y que recién se pudo concretar en 2009, durante la gestión del intendente Humberto Zúccaro e inaugurado tres años después, permitiendo desde entonces desviar el tránsito pesado sin que los camiones deban pasar por el centro de Pilar. Si bien no tiene nada que ver con lo que he comentado anteriormente, no puedo dejar de mencionar la ordenanza que propulsé y se sancionó en el año 1989, referente a la prohibición de fumar en oficinas públicas y lugares cerrados, que fue pionera en la provincia de Buenos Aires y tomada como ejemplo en varios municipios. Fuiste nombrado socio honorario de Rotary Club Pilar. Voy a cumplir el año que viene 50 años de socio de la entidad. Me apadrinó un viejo vecino de Pilar, José Endara, el marido de la vasca Endara, a quien conocí en mi labor profesional en transportes de hacienda y remates feria. Ellos tenían campo en el Kilómetro 61 y yo estaba conectado con ellos constantemente. Nunca fui presidente de la entidad, ya que por mis ocupaciones no podía tomar semejante compromiso que involucra tener que viajar constantemente de un club a otro, ya que Rotary tiene muchas filiales en la gobernación que yo no me podía comprometer a cumplir. Por eso siempre traté de estar fuera de los candidatos a presidente de la institución de la que aún estoy presente hasta la actualidad. Por otra parte  siempre dije que ‘el Rotary no es para secos’, frase que aún sigo sosteniendo. Yo por ejemplo tuve un lapso de varios meses de crisis económicas que me impidió pagar las cuotas mensuales de asociación. Un rotario que hoy no vive en Pilar que me pidió que protegiera su anonimato, me bancó las cuotas  durante un lapso de alrededor de nueve meses, lo que me permitió seguir asociado a la entidad. En política también instalé en Pilar una frase famosa, dedicada a algunos políticos a los que llamé “vampiros truchos”, ya que no chupaban sangre sino medias. Para algunos fue chocante y para otros no, por algo será… Hablanos de tu libro “Memorias para un concejal”. En 2013 se agudizaron mis problemas de salud relacionados con mi visión que comenzaron con un desprendimiento de retina lo que me hizo recordar en forma acelerada algunas cosas que había considerado importante hacer públicas a través de la publicación de un libro. Me ayudó mi amigo Carlos Cabral, que grababa lo que yo le iba contando. Esto, sumado a todos lo que tenía guardado en mis archivos personales, posibilitó contar con el material para escribir mis memorias. Así comencé a recorrer mi vida desde el comienzo. Ahí están contados todos los episodios por los que transité, algunos importantes y otros no tanto, que hicieron también a la historia de Pilar. No creo que haya otro funcionario que  lo haya hecho. Yo me animé a hacerlo y pude presentarlo en abril de 2015.
Pasaron muchos gobiernos, pasaron muchos políticos y no tomaron en cuenta que el desarrollismo es lo que va sacar adelante al país, la provincia y a Pilar”
¿Cómo ves a Pilar hoy y su futuro? No puedo opinar mucho porque por a causa de mi ceguera no estoy en la calle. Pero, por lo que oigo e informaciones que me llegan, no hay muchos pilarenses complacientes con la administración de Ducoté. Hay quejas y cosas que no se hacen o no se pueden hacer. Aunque últimamente el intendente parece que se ha abocado a hacer obra pública. El tema es que el futuro de Pilar va atado al del país y a mí me preguntan políticamente qué voy a hacer. Yo les respondo que soy desarrollista y con eso me alcanza, porque ahora escucho a muchos políticos a los que la palabra ‘desarrollo’ la tienen en la boca, cosa que está bien, porque el desarrollismo como salida para nuestro país sigue vigente, pero se quedan en la simple declamación. Yo siempre les repito a mis nietos y a los chicos jóvenes que sin desarrollo económico no hay justicia social. Es un tema que sigue pendiente, pasaron muchos gobiernos, pasaron muchos políticos y no tomaron en cuenta –lamentablemente- que el desarrollismo es lo que va sacar adelante al país, la provincia y a Pilar. Al respecto y teniendo en cuenta la cercanía de las elecciones, voy a hacer un pronunciamiento público junto a otros integrantes del MID  como Carlos Poggi, Nélida Domenech, Castro Riglos, Jorge y Mimo Domenech, Francisco Ciancio y José Antonio Benítez, entre otros, para demostrar a la ciudadanía que el desarrollismo sigue vivo en Pilar. Oscar Orlando Mascareño

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