Jueves 28 de Marzo de 2024

Manuel Vázquez: “Se ha cometido una gran injusticia en limitar las actuaciones de los elencos locales en el Teatro”


  • Sábado 18 de Agosto de 2018
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Sin dudas un verdadero referente de la cultura pilarense en diversas disciplinas: actor y director de teatro desde hace más de 40 años. Fundador del grupo Unidad Teatral 8, escritor de obras de teatro y exitosas novelas. Trabajó en la docencia como profesor de Literatura y además actualmente preside la Asociación Italiana de Socorros Mutuos de Pilar. Fue subsecretario de Cultura durante la gestión del intendente Humberto Zúccaro. Aunque destacó que “es muy sano que se hayan abierto nuevas salas teatrales en Pilar”, subrayó que “el surgimiento de espacios teatrales tuvieron la misma causa: el mal manejo del Teatro Lope de Vega, la mala disposición para que la usen los elencos de Pilar”. Manuel Ángel Vázquez, inicia su relación con el teatro pilarense siendo muy joven, cuando a los 17 años terminaba el secundario en el Instituto Verbo Divino de Pilar. ¿Cómo fueron esos comienzos? Un cura del colegio, profesor de Literatura, daba clases de teatro. Me interesó y me integré al grupo. Después me acerqué al Teatro Municipal, en ese momento dirigido por Jorge “Titi” Villar. Me entusiasmó mucho la actividad, tanto que luego seguí estudiando en Capital con Milagros de la Vega –madrina del Teatro Lope de Vega-, Mario Luciani y Alfredo Iglesias. Seguí un tiempo más en el Teatro Municipal, hasta que, junto a Mabel Almanza decidimos crear un grupo propio. Así nace la Unidad Teatral 8, que conformábamos precisamente ocho actores: Alejandro Benedetti, Estela Nurmanian, Pedro Aimeta, el recordado Guillermo Moreira (Grillo), Francisco Runco, Mabel y Yo. Creímos que el grupo iba a tener una duración efímera, lo formamos con la sola pretensión de  presentar un par de obras y demostrar que se podía hacer otro tipo de teatro en Pilar, presentar obras distintas a las que estaba acostumbrado el público pilarense. Pensar que han pasado más de 40 años desde su creación y UT8 sigue vigente. Debutamos con “La depresión” de Julio Mauricio, una pieza que me gustaría volver a interpretar con el grupo, hoy más que nunca porque los personajes condicen con nuestra edad biológica. La primera obra que escribí para el grupo fue “La basura a la calle” en el año 1985. Disfruto mucho escribiendo comedias;  me gusta el humor y ver interpretado lo que imagino sobre un escenario. Todas las obras que presentamos este año son de mi autoría, aunque también me gusta alternar con clásicos del teatro universal. Se recibió de profesor de Literatura. ¿Tuvo otras actividades laborales? Cuando me recibí de profesor de Castellano, Literatura y Latín, solo había en Pilar un colegio secundario: el Oficial. No había por lo tanto muchas horas cátedra para tomar; por eso estuve un tiempo como empleado administrativo en Anilinas Argentinas (ANIARSA), una fábrica que estaba en el barrio Pellegrini. Con la posterior creación durante la década de los ’80 de las medias 1 de Tortuguitas, 2 de Derqui y 5 de Villa Rosa, se abrió el panorama laboral en la docencia, por lo que me dediqué a pleno a ello. También ejercí como profesor en el Instituto Fátima por más de 30 años.
“La mayor experiencia en la función pública es la amargura de comprobar que se pueden hacer cosas y no se hacen”.
¿Cómo ve actualmente al teatro pilarense? El teatro forma parte del crecimiento de Pilar y por eso cada vez es mayor la cantidad de gente que se acerca ‘a probar’ hacer teatro en Pilar. Hoy tenemos una diversidad de grupos que ofrecen al espectador diversas alternativas: teatro contemporáneo, de vanguardia, clásicos… La gente puede elegir. Hay grupos, por ejemplo, que solamente integran a gente joven. Nosotros por el contrario creemos que la riqueza está en la interacción de gente de distintas generaciones. Aunque tampoco desaprovechamos los nuevos valores que conocemos en nuestra clases de teatro. Desde la aparición de Patricia Catania, que es hoy un valor ya consagrado en Pilar, últimamente se han sumado otros muy buenos actores y actrices, entre ellas puedo mencionar a Karina Poggi, Mónica Iacurto y Mónica Simonetti;  sin dejar de lado a gente con experiencia como Irma Brochiero.  También es muy sano que se hayan abierto nuevas salas teatrales en Pilar. Es muy bueno por la cantidad de elencos que hay hoy en nuestro medio. Aunque lamentablemente, el surgimiento de espacios teatrales tuvieron la misma causa: el mal manejo del Teatro Lope de Vega, la mala disposición para que la usen los elencos de Pilar. UT8  hace más de 20 años que no usa el Teatro Lope de Vega, gracias a la Asociación Italiana, que nos ofreció un espacio propio para desarrollar nuestra actividad; por eso puedo expresar con absoluta libertad lo que pienso  y siento al respecto. Creo que se ha cometido una gran injusticia en limitar las actuaciones de los elencos locales en el Teatro Municipal de Pilar. Por supuesto que esto tiene responsables. Hay cargos públicos en los que no se puede poner a gente de afuera y uno de ellos es el del responsable de Cultura de la Comuna. Un funcionario del área de Cultura debe conocer el pueblo, nuestra idiosincrasia. ¿Por qué no funcionan en  Pilar obras consagradas de Capital? Hay varios factores, el principal, la falta de comunicación. Hay gente que no se entera de la programación del Teatro Lope de Vega, sencillamente porque no se promocionan las actividades. Hace falta mayor difusión. Otra de las causas es que las producciones que llegan de Capital deben adaptar el costo de las entradas a la realidad económica de los pilarenses. Por supuesto que montar una obra al estilo de las que se ofrecen en salas capitalinas tiene su costo, pero en esto también debería colaborar el gobierno municipal a través del área de Cultura, subsidiando parte de los costos que supone el montaje de una obra con actores consagrados. Nosotros implementamos con mucho éxito los espectáculos con entrada “a la gorra”, una modalidad que nos ha dado excelentes resultados. El primero, es que se duplicamos y a veces hasta triplicamos la cantidad de gente que viene a ver las obras. En cuanto a lo económico, la recaudación se compensa con la posibilidad económica de cada espectador.  Ninguna persona que viene a ver una obra al Piccolo se va sin dejar algo. Por eso estamos muy agradecidos con la gente de Pilar, porque en gran medida colabora con su asistencia, apoyando a sus grupos locales. ¿Qué experiencia le dejó haber pasado por la función pública como responsable de Cultura del Municipio? Sin dudas, la mayor experiencia es la amargura de comprobar que se pueden hacer cosas y no se hacen. Nosotros no disponíamos de grandes fondos, pero la ventaja de ser pilarense y haber estado siempre en el mismo tema nos abrió muchas puertas y nos dio la posibilidad de poder ofrecer al público muchas actividades culturales. Para lograrlo, siempre contamos con el apoyo de los comercios y empresas de Pilar. Hoy los espectáculos que se ofrecen son distintos, hay otro sentido de lo que se entiende por arte popular. Durante nuestra gestión, toda la gente podía disfrutar de diferentes propuestas. Creo que hoy no se considera a la cultura como algo necesario, cuando en realidad debería ser una prioridad. ¿Cómo nació el escritor de novelas? Nunca pensé en publicar obras de teatro, porque considero que no hay gente que lea teatro, salvo los actores o estudiantes del conservatorio. Siempre escribí cuentos cortos e historias en los diarios. “Crónicas de Vetusta” y una serie de relatos basados en el crimen de la socióloga María Marta García Belsunce, es un ejemplo de lo que digo. Pero, por otra parte, desde chico escuchaba en casa historias de Pilar, contadas por gente grande de Pilar. Me dio miedo de que todas esas anécdotas que hacen a la identidad del pilarense se perdieran. Surgió entonces la idea de publicar “Mitos y Leyendas  I”, a la que al tiempo siguió “Mitos y Leyendas II”, porque muchas historias me las relataron después de la publicación del primero. Muchas veces sobre la misma historia había varias versiones. La versión que yo publiqué sobre determinado relato es la  que me pareció más interesante, no necesariamente fue la verídica. Lo que más me sorprendió de Mitos es que llegó a las escuelas de Pilar como material de lectura de los alumnos, cuestión que justifica que el libro vaya por su cuarta edición. Luego viajé a España, con mi señora, mi hermano y su esposa, a Galicia, pueblo donde nació mi abuela paterna. Allí encontré historias olvidadas que recuperé y se transformaron en “Lola,  del Coto de Otero”, una especie de biografía novelada sobre la vida de mi abuela. Mi último libro fue “Charca Seca”, cuya la acción transcurre en Pilar. Muchos de los protagonistas pueden sentirse identificados, por eso cambié los nombres de personajes reales que aparecen en el libro. La obra transcurre un poco antes de la caída del gobierno de Perón. Hay escenas que me relataron como verdaderamente sucedidas en Pilar. En cuanto a la difusión de mis obras, gracias a “Lola…” mis libros se venden  muy bien en España, sobre todo en Galicia y también abrió las puertas para que los lectores españoles se interesen  también en los “Mitos y Leyendas de Pilar”. ¿Cómo llega a ser presidente de la Asociación Italiana? La familia de mi madre es del norte de Italia, ella se llamaba Luisa Odobez. Pero mi vinculación con la Asociación Italiana proviene también de los cursos de italiano que tomé en la academia Dante Allighieri, que funciona en la entidad. Luego usábamos uno de los salones para los ensayos de UT8, para tiempo después implementar una sala de teatro en la quinta social que mantuvimos por más de 10 años, hasta que luego que se vende la propiedad del Cine Rex frente a la plaza, la comisión directiva de la institución, presidida entonces por Norberto Oliva, nos ofrece un lugar en el primer piso para montar allí “Il Piccolo Teatro”, como una manera de no perder presencia en el centro de Pilar, a través de una actividad cultural. Cuando finalicé mi actividad docente y me jubilé, acepté ser presidente de la entidad, después de haber integrado por muchos años junto a mi esposa Nené la comisión directiva de la entidad. Acepté el honroso cargo en agradecimiento por todo lo que me había brindado la institución, por la que siento mucho cariño y compromiso.
“Hoy no se considera a la cultura como algo necesario, cuando en realidad debería ser una prioridad”.
¿Cómo nace el personaje de la Abuela Corina? El personaje de la Abuela nació hace más de 30 años un Día del Periodista, durante el festejo que organizó para los medios de prensa la Cámara de Comercio de Pilar, improvisamos un sketch con el recordado Roaldo “ Tiki” Barbesini, al que interrumpía constantemente mientras trataba de hacer un discurso serio, con motivo de la celebración. Fue tal éxito y tan buenos los comentarios que “Tiki” me propuso llevarlo a su radio, Difusora América, en formato de micro que se emitió en vivo todas las mañanas dentro del programa “Sintonía”. A principio de los ’90, con la llegada de la televisión por cable a Pilar, nos ofrecen llevar el programa a VIP (Video Intercable Privado), iniciando un ciclo inolvidable por el que transitaron todas las personalidades de Pilar de las más diversas actividades: políticos, deportistas, periodistas, docentes, comerciantes y empresarios, entre otros, siempre con la producción de mi señora Nene Pirch. La abuela tuvo grandes partenaires, pero sin dudas con los que  mejor se complementó el personaje fue con Roaldo Barbessini y José Antonio Urquijo, sin dejar de mencionar a Ernesto González y Mónica Bellone. Más cerca en el tiempo también me acompañaron  Miguel Garella y Graciela Julian. Siempre me han dicho la similitud que hay entre ‘mi’ abuela y la que interpreta Antonio Gasalla, pero en realidad son dos personajes muy diferentes. Solo nos parecemos en el tono de voz. Por otra parte cuando nació la Abuela Corina, todavía Gasalla no había hecho su festejada e inolvidable composición en “Esperando La Carroza”, la exitosa película que dirigió Alejandro Doria. Oscar Orlando Mascareño
Ficha personal Manuel Ángel Vázquez Nació en Zárate el 7 de mayo de 1953. Desde 1956 vive en Pilar. Padres: Héctor Raúl Vázquez y  Luisa Odobez. Hijos: 5 que le dieron 11 nietos. Dos de sus hijos incursionaron en teatro: Milagros y Emanuel (hoy músico profesional, integrante de la orquesta de música ciudadana “De queruza Tango Club”, actualmente de gira por Europa). Pasatiempos: Huerta y pintura artística. Su madre fue profesora de dibujo y pintura. Manuel se perfeccionó con Eva Velázquez y Alejandro “Gato” Maass.

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