José Alberto “Beto” Pinheiro nació en Ramallo, provincia de Buenos Aires, pero se radicó en Pilar con su familia cuando tenía 7 meses de vida. Desde su adolescencia fue un entusiasta de las comunicaciones y los espectáculos artísticos, acompañando a su padre que fue integrante de comisiones directivas y entusiasta colaborador de la Agrupación de Jubilados San Lorenzo de Pilar, de la cual eran vecinos. Fue radioaficionado y uno de los fundadores del Radio Club Pilar. En 1964 formó parte del grupo de pilarenses que realizó durante quince días las históricas transmisiones de la única radio de Amplitud Modulada que tuvo Pilar. En la década de los ’70 realizó un curso de dirección de cámaras en Capital Federal y antes de recibirse recibió la oferta de viajar a Córdoba para formar parte del equipo técnico del canal 10 de próxima instalación. Por motivos familiares desistió de la oferta y continuó trabajando en la ex planta de la empresa AVAN. En los ’70 junto a su tío, participó como libretista en el programa “La chispa de mi gente” que conducía Quique Dapiaggi en canal 11 de Buenos Aires.
A principios de los ’90 incursionó en la incipiente televisión local pilarense, primero en PTC y luego en VIP, donde tuvo dos programas propios. Paralelamente comenzó su actividad como realizador de videos sociales, con su productora B&D, con la que realiza también varias producciones locales, entre ellas su programa propio “Los Especiales” , que acaba de cumplir 17 años de emisiones ininterrumpidas en la pantalla de Telered Pilar, convirtiéndose en el programa de mayor trayectoria en la televisión pilarense.
“En realidad todo lo que es comunicación fue mi pasión de toda mi vida –refiere el entrevistado a
Resumen-. A principios de la década de los ’60, comencé con la radio afición, logrando la máxima categoría en la especialidad, logrando comunicarme internacionalmente. La radio afición fue uno de mis primeros amores con las comunicaciones y junto con otros entusiastas del tema formamos el Radio Club Pilar. A mediados de los ’70 realicé un curso de Dirección de Cámaras de Televisión en la Escuela Superior de Arte de la Ciudad de Buenos Aires, ESABA, que estaba en la calle Tucumán, entre Rodríguez Peña y Callao, frente a la Universidad del Salvador. Me llevó cinco años el estudio, viajando dos veces por semana. Entrabamos a las 8 de la noche y salíamos a las 10, retornando a Pilar generalmente entre la 1, 1.30 de la madrugada. Recuerdo que en esa época tenía que entrar a la fábrica donde trabajaba a las 6 de la mañana.
Antes de recibirte te ofrecieron ir a trabajar a Córdoba.
En esa época se estaban abriendo varios canales de televisión en el interior del país, faltando unos cinco meses para recibirme, de los 25 o 30 que cursábamos eligieron a cinco, entre ellos dos mujeres para ir a trabajar a Córdoba porque se abría el canal 10. Entre esos cinco elegidos estaba yo. En ese momento yo ya estaba casado, tenía tres hijos y la oferta laboral representaba el 50 por ciento de lo que yo ganaba en la metalúrgica donde trabajaba acá en Pilar y lamentablemente tuve que decir que no a una propuesta que podía haberme cambiado la vida. Si no hubiera tenido tantas responsabilidades hubiera ido sin dudarlo. Acá en Capital, aunque lo intenté nunca tuve la posibilidad de entrar a alguno de ellos. Yo era un asiduo visitante a los canales de aire, estuve yendo por ejemplo muchos años como espectador del programa humorístico La Tuerca, que salía en vivo desde canal 13.
Deseo muy fervientemente que Pilar siga teniendo su canal local y para conseguirlo debemos apoyarlo todos”
Hasta que a principio de la década de los ’80, estaba Quique Dapiaggi con su famoso programa que se llamaba “La chispa de mi gente”, en canal 11, cuando el canal estaba en la calle Pavón. Vino un tío mío, hermano de mi padre al que le gustaban estas cosas como a mí y me cuenta que habían largado un concurso de versos para libretear los “aro-aro” y las “relaciones” que tenían que decir los invitados al programa en algún momento de la emisión. Le dije a mi tío que me diera los que escribiera él, que yo los presentaría personalmente en el canal y así fue. Con tanta suerte que al llegar me encuentro en la puerta con el gran actor y amigo de la vida Tino Pascali a quien ya conocía de Pilar. Me saluda y me pregunta qué venía a hacer. Me dijo que esperara y me trajo al flaco García, un humorista que trabajó con los grandes capos cómicos, como Olmedo y Porcel, por ejemplo. Me hizo esperar y me dijo que me iba a hacer hablar con Marcela Fontana, secretaria de producción que era hija de Hugo del Carril. Ella trabajaba bajo las órdenes de la productora del programa Graciela Huber, que era pariente de los Huber de Pilar. Le mostré lo que había llevado y me pidió que escribiera más cosas para el programa. A partir de ese momento escribimos los aros y relaciones de la ‘Chispa de mi gente’ durante todo el año 1982. Yo iba al canal de lunes a jueves y mi pago era con canjes de camisas Ángelo Paolo, donde me daban cuatro o cinco camisas por semana. Esa experiencia me sirvió para hacerme amigo de muchas personas del ambiente que aún conservo. Me acuerdo que mencionaban mis colaboraciones, a veces con mi nombre y otras con nombres ficticios, de supuestos televidentes.
Finalizado el ciclo, hay un impasse en tu relación con los medios, hasta que llega la televisión a Pilar.
A principio de los ’90 tuve que dejar mi trabajo en la metalúrgica por razones de fuerza mayor, me fui de vacaciones y cuando vuelvo a mediados de marzo me encuentro con una sorpresa en las calles de Pilar: carteles publicitando un canal de televisión en Pilar. Inmediatamente me puse en campaña a ver a que se referían y me entero que se instalaban dos canales de televisión por cable en Pilar. Me presenté primero en Video Intercable Privado (VIP), donde su gerente general era el recordado Roaldo Barbesini. Roaldo me dijo que me recibirían encantado, pero que tenía que ir “con mis herramientas” porque el canal no tenía cámaras, ya que recién comenzaban y la inversión había sido mucha. Me prestaron plata y en menos de una semana tuve mi primera cámara propia. Me salió 2.090 dólares. Me presento nuevamente al canal, que todavía no estaba bien organizado. Barbesini entonces me sugiere que vaya al otro canal que estaba próximo a salir, Pilar Televisora Color (PTC). Ahí me reciben Ricardo Pandolfo y Lucrecia Saulle. Empecé a trabajar en el canal en forma inmediata, donde conocí a un equipo de trabajo verdaderamente maravilloso.
Tus primeros programas propios lo hiciste en VIP.
Si, presenté algunas propuestas a PTC, pero no las aceptaron, así que rápidamente me cambio de canal, donde ya estaban a cargo de la programación, los Pagani y Pedro Bottarelli, gente amiga también de Pilar. Ahí arranque con “Mujeres de Hoy” que conducía la profesora de gimnasia Marta Brusco y que grabábamos en exteriores y después “Este es mi Pueblo” que luego se llamó “Así es mi Pueblo”, que arrancó con la conducción de un muy joven Julio Ferrari y que continuó luego otro derquino: Carlitos Rodríguez, quien ahora por esas vueltas que tiene la vida, está trabajando conmigo en la parte de producción comercial de “Los Especiales”. El ciclo tuvo unos 40 programas. Aparte hacía notas en los canales de televisión de Capital, como el 11 y el 7 y traía notas de color con famosos para mi programa y el noticiero.
Todo lo que es comunicación fue mi pasión de toda mi vida”
¿Cuándo comenzas con la grabación y edición de eventos sociales y empresariales?
A partir del preciso momento en que compré mi primera cámara. En esos principios de los ’90, la televisión no daba para vivir, así que me armé bien y comencé con una actividad que dejé hace dos años más o menos. Al principio éramos dos, después fueron cinco y como pasa cuando algo se convierte en negocio empezó una gran competencia que hizo que debiéramos bajar bastante lo que veníamos cobrando. Se fue desmejorando lentamente por lo tanto el negocio, pero igual seguí trabajando muy bien. Llegó un momento en que me cansé de las fiestas; los casamientos, los cumpleaños de 15, realmente me agotaron, no así los espectáculos y coberturas de festivales que realizamos en toda la provincia de Buenos Aires y el interior del país, como la Fiesta del Inmigrante en Misiones y la del Cabrito en Cuyo.
La productora B&D es un emprendimiento netamente familiar.
Si, en su momento incorporé a Diego, hijo de mi señora Esther, con 12 o 13 años, que me dio una mano y así nació B&D Producciones, con las siglas de Beto y Diego, que nació en 1990 y va a seguir hasta que siga en esta hermosa profesión.
Volviendo un poco atrás en el tiempo, formaste parte del grupo que puso al aire la única radio de AM que tuvo Pilar.
Eso fue en el año 1964 del 3 al 12 de octubre, en que un grupo de cinco pilarenses tuvieron la idea de hacer una transmisión en carácter experimental, ya que en esa época la Secretaría de Estado de Comunicaciones no otorgaba licencias para instalar nuevas emisoras de radio en amplitud modulada. Me enteré de eso y me sumé como operador en esa transmisión histórica para Pilar, por la que desde hace tiempo se ha instaurado el 3 de octubre como el Día de la Radiodifusión Pilarense, recordando esa emisión que se hizo en Pilar en 1440 kc en una emisora llamada Radiodifusora Impulso.
¿Cuándo arrancan Los Especiales, el ciclo de mayor trayectoria en la TV pilarense?
A principio de los ’2000 yo vivía de los sociales, hasta que en 2002 me encuentro con Roaldo Barbesini en la plaza de Pilar, nos pusimos a conversar y le pregunté porque no estaba haciendo televisión. Me dijo “porque nadie me convoca, pero me gustaría”. Me volví a casa pensando qué podía hacer para incorporar a Roaldo nuevamente en la televisión pilarense. Y arranqué con una de sus grandes aficiones: el teatro. Yo tenía grabadas dos obras, una dirigida por Titi Villar y otra por Manuel Vázquez y decidí crear un programa de contenido cultural, con la conducción de Roaldo Barbesini. Habrían pasado unos quince días y le llevé una carpeta con la idea del programa. El hombre miró la carpeta y se emocionó. “Plata no sé si vamos a ganar, pero nos vamos a divertir un rato”, le dije. Así sale el primer programa de “Los especiales” el 20 de octubre de 2002, que pasé nuevamente la semana pasada, en el programa número 770. Después el teatro, el programa pasó por otros temas, como eventos culturales y musicales, viajes, turismo. Con Barbesini grabamos 53 programas, pero estábamos adelantados en dos en la salida al aire, así que cuando se enfermó Roaldo quedaron dos programas sin emitir. Tuvo una corta enfermedad, me había quedado uno sin salir, con Martín Simeoni y le pedí permiso a su viuda para ponerlo al aire. Después continuaste vos en la conducción del ciclo durante muchos años, hasta que me animé y desde hace tiempo la vengo haciendo yo.
También hiciste el recordado ciclo Pilar Cultural, con el auspicio de la Municipalidad de Pilar.
Mientras pueda respirar, caminar, estar sentado y ver la pantalla para editar, el programa va a seguir”
Fue en la época del intendente (Humberto) Zúccaro, cuando yo vi que se estaban activando las actividades culturales auspiciadas por el Municipio no solo en Pilar, sino también en Del Viso, Manuel Alberti y Derqui con la creación de las Casas de la Cultura y me gustaba la idea de promocionar los interesantes programas que se desarrollaban. Le propuse la idea al intendente, de cubrir exclusivamente los eventos culturales que se realizaran en las distintas localidades auspiciadas por el Municipio. Así realizamos varios programas con distintas conductoras: debutó Sol Urroz, hasta que le llegó la propuesta de Radio 10 y después la de C5N; después continuaron Patricia Catania, Miriam Becerro, Cecilia Cataldo, entre otras. Todos los programas, como todo lo que yo hago, están perfectamente guardados y catalogados, para en un futuro poder emitirlos en forma parcial o total.
¿Le ves un final al ciclo de “Los Especiales”?
Al programa le queda el resto de vida que me resta a mí. Mientras pueda respirar, caminar, estar sentado y ver la pantalla para editar, el programa va a seguir, siempre y cuando la dirección del canal me lo permita. Ahora mi mira es llegar a los 800 programas, después iremos por los 900 y si el de arriba me ayuda, iremos por las ‘cuatro cifras’, Yo tengo fe que vamos a llegar. Por otra parte, lo que deseo muy fervientemente es que Pilar siga teniendo su canal local y para conseguirlo debemos apoyarlo todos, desde la parte empresarial, la política y el ciudadano común. Así como se escuchan mucho las radios locales, también hay que mirar la programación del canal local. Por eso, yo siempre aconsejo que cuando agarramos el control remoto, veamos qué están dando en el canal local, siempre van a encontrar algo de interés sobre el lugar adonde viven.
Oscar Orlando Mascareño
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